Vamos pasando
César Reyes Abúndez
que se me vaya la memoria
que las hojas muertas
jueguen en el retrete
antes de alcanzar su destino
que los árboles
no le tengan miedo
al frío
ni el paso a la salamandra
ni el pan
de poros que soy
día
a
día
le tema a los dientes
que se me vayan lejos
las fotos familiares
las paredes sosteniendo
las fiestas infantiles
que en mi espalda
no se ciñan
los erizos pesados
con el recuerdo de unas olas perdidas
con el sabor a sal
en sus puntiagudos labios
que se me quede
el corazón blanco
atrevido balcón abierto
para otras calles
que se mueven
que se me quede fuego
en las manos
para quemarme en todo lo que viene
así
la vida no duele
ser un cangrejo
y a la vez
un perro atravesando ciudades
con sus patas
que saben
que no hay
cocheras de casas
cines
restaurantes
para echar sus ojos vagos
al suelo
y quedarse