Cuando a la noche emocional me asomo

soy ese títere, que en minutos de poeta

se deja conducir inerme entre renglones.

El delirio me avasalla

y a la pluma le late la tinta

corre y se desangra en el espacio en blanco

haciéndole hablar.

Y la hoja cobra vida

le nacen ojos

le manan labios,

algunos juran que brazos también.

Porque al leer esos versos de la sílaba encendida

advierten que los miro,

palpan el abrazo

y perciben

que los beso.