martes. 24.06.2025
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De dónde son las ideas

Federico Urtaza

De dónde son las ideas

En una larga entrevista que sostuvieron Francois Truffaut y Alfred Hitchcock el cinéfilo y el profano pueden hallar reflexiones sobre el cine que tienen mucho qué ver con la vida en general. Por ahora, me ocuparé de un asunto en especial, la adaptación de una obra literaria al cine.

Es bastante común escuchar “Me gustó más el libro que la película”, aunque no falta quien diga lo opuesto. Aparte de señalar que es obvio que la literatura y el cine siguen reglas propias y que es demasiado esperar que sean traducibles uno al otro sin problema alguno, tendríamos que pasar del lugar común para profundizar aunque sea un poquito. Que cada quien se quede con sus libros y sus películas y no trate de compararlas, es un principio; otro punto de arranque es la respuesta que da Hitchcock cuando le pregunta Truffaut si se atrevería a adaptar algo de Tolstoy.

Como pie para lanzar la pregunta, la conversación había girado en torno a la fuente de inspiración de Hitchcock, quien respondió que prefería las novelas que el teatro (sin desperdiciar éste), que por cierto leía de prisa y casi por encima, para luego quedarse con la idea, la impresión vaga, al grado de que si se le preguntara de qué trataba, no sabría decirlo, ejemplificando con una novela de Daphne Du Maurier como surgió Los pájaros. Truffaut le cuestionó si no le molestaba eso; AH dijo que no tanto pues reconocía la fuente de la idea y desarrollaba ésta con un guión, que es el texto de donde realmente surge una película (y eso con sus asegunes a medida que avanza el rodaje, se acaba el dinero y se abrevia el tiempo).

El caso es que Hitchcok, cito de memoria, dice que en las grandes novelas hay muchísimas palabras y cada una tiene una función en el desarrollo del texto; algo así se debe decir para la escritura del guión, aunque en este caso se debe utilizar el mínimo de palabras, las indispensables para decir lo que se verá y escuchará en la película.

No es extraño, no lo dice Hitchcock ni Truffaut sino lo digo yo, que una mala novela acaso proporcione material para un buen guión (lo que sí es canónico es que un mal guión ni con excelente producción resulta en buena película), pero esto depende del guionista, ya que en general eso que llamamos best seller apenas desarrolla una idea (y no importa que tan larga sea), prácticamente nada más una.

Para escribir un guión, se parte de apenas un par de enunciados que presentan la idea; el verdadero trabajo viene después, desarrollando personajes, situaciones, trama, etcétera. Por eso muchas veces la película nada tiene que ver con el libro que prendió el foquito de la idea.

Pienso por ahora como ejemplo en la película El francotirador de Clint Eastwood, que según me parece, le da un giro al libro del que nace, presentándole al espectador otro personaje, un tanto diferente que el personaje de la vida real.

También pienso en Pedro Páramo, de Rulfo, que en cine no funcionó muy bien a pesar de contar con el trabajo guionístico de Carlos Fuentes, cinéfilo acendrado. Sin embargo, hallo un empate entre la película protagonizada por la actriz francesa Isabelle Hupert, basada en la novela Madame Bovary de Flaubert, acaso porque el novelista, como Dumas, Dickens, Balzac y otros que escribieron para la gente común recurriendo a las famosas “entregas” periódicas, incluso apegándose a la palabra apropiada también ejerció el texto con las palabras precisas y necesarias.

En fin, me pregunto por qué el guionista resulta tan olvidado que es como si la película se hubiera escrito sola. Sin guión no habría película, por más que me den ejemplos de cineastas que se lanzaron a filmar sin otra cosa que su entusiasmo. Vamos, hasta para un documental se necesita una línea argumental, que el trabajo de investigación se apoye en un relato, en una estructura que de cierta manera “dramatice” los acontecimientos y/o personas que va a mostrar.

El cine trata de contar historias y ya se sabe, nada hay nuevo bajo el sol, pero sí hay algo de novedoso en la manera en que cada uno encuentra su voz y la comparte con otros