Es lo Cotidiano

El fut mercancía (La Liga MX)

Pablo E. Montes Palomares

0 Leonora Carrington
Pintura de Leonora Carrington.
El fut mercancía (La Liga MX)

Hace medio siglo, era raro que un partido terminara sin goles: 0 a 0, dos bocas abiertas,

dos bostezos. Ahora, los once jugadores se pasan todo el partido colgados del travesaño,

dedicados a evitar los goles y sin tiempo para hacerlos.

-Eduardo Galeano-

Los modelos europeos siempre han sido punta de lanza en la temática del futbol, y desde que se creó la Liga MX se buscó reproducir algunas de sus características más emblemáticas. No hay mayor problema en que se tomen los ejemplos europeos y se reproduzcan  en el país; la problemática radica en las formas en que son aplicados.  Sin hacer un análisis de la realidad local, y  sin resolver males históricos que se vienen arrastrando desde hace tiempo, se pretende imponer esquemas como si fueran la panacea.

A lo largo de la trayectoria histórica de este deporte, el aficionado siempre ha tenido uno de los papeles más importantes, si no es que el primordial; los equipos, los colores del club, los jugadores leyenda, sólo cobran valor a partir del papel del aficionado, que va perdiendo protagonismo, sustituido por lo que eminentemente resulta ser el factor principal en el futbol actual: el dinero.   

No es un secreto para cualquier interesado en el futbol, que desde hace mucho tiempo no hemos tenido un digno representante al frente de la Federación Mexicana de Futbol. Desde hace décadas los objetivos se plantean a partir de lo económico y después, de lo deportivo. Nos la hemos pasado del escándalo a la decepción, del “No se pudo” al “Ya merito”, de los cachirules del 88 a las eliminatorias casi frustradas para el mundial. Evidentemente, las selecciones del continente han crecido y la Federación se niega a creerlo.

Decio de Maria, presidente de la Liga MX, declaró en el 2012, al ser presentada ésta:

Los objetivos que tenemos es hacer más atractivo el fútbol, coadyuvar con la FMF para mejorar el arbitraje mexicano, el buen funcionamiento de las Comisiones, fortalecer la economía de los clubes, participar proactivamente en el desarrollo social de nuestro país y ser más atractivos ante el aficionado y el televidente que asisten o ven semana a semana.

Desglosemos y definamos cuántos objetivos se han cumplido. Desde que se implementó el modelo Liga MX ha pasado tiempo suficiente para emitir un veredicto.

Primero nos dice: “Hacer más atractivo el fútbol”, declaración un tanto redundante. El futbol por sí mismo ya es atractivo; si no lo fuera, no despertaría pasiones. Lo cierto es que se ha conseguido exactamente lo contrario: lo han hecho menos atractivo, los jugadores por ejemplo tienen prohibido hacer un festejo estrepitoso al anotar, no pueden mostrar un mensaje de agradecimiento o una dedicatoria plasmada en una playera debajo del jersey, los festejos premeditados y ensayados en los entrenamientos son cosa del pasado, pues si se intenta, emerge de inmediato la tarjeta amarilla.

Más aún: han quitado a las gradas todo el color, al prohibir banderas o mantas de apoyo. Al parecer, la intención es mantener el ojo del asistente o televidente en las marcas patrocinadoras. Objetivo cumplido: futbol atractivo, pero para los inversionistas.

De Maria también dijo: “coadyuvar con la FMF para mejorar el arbitraje mexicano”. Y aunque nunca hemos gozado de silbantes excelentes, nombres como los Brizio Carter, Ramos Rizo o Archundia Téllez, en más de una ocasión despeñaron aceptables papeles en el terreno de juego, aunque no tuvieran nuestra simpatía, debido a su oficio. Algo inherente en el aficionado es la queja permanente y el insulto constante hacia el árbitro, pero eso no impide que muy a nuestro pesar, en ocasiones reconozcamos el buen trabajo de los silbantes. No obstante, la Liga MX vive una crisis arbitral, ya que los jueces no tienen personalidad y la mayoría carece de autoridad cuando se desarrolla un partido. Los errores son tan constantes que a veces se notan más en un partido que los mismos jugadores, y en más de una ocasión se ha hecho evidente que reciben órdenes de la misma Federación. Objetivo cumplido; han coadyuvado, pero no a favor del futbol.

“Fortalecer la economía de los clubes” fue otra de las afirmaciones de Decio de Maria en el 2012, que encierra muchos cuestionamientos, ya que de la palabra a la acción hay mucho trecho. La economía que se ha fortalecido es casi siempre la de los clubes consolidados, clubes que cuentan con dueños-empresarios de poderío económico considerable, clubes que disfrutan de un flujo de capitales y posibilidades financieras casi ilimitadas. Las reglamentaciones y normatividades –en las que encuentran lagunas de las que echan mano en cuanto se ven desfavorecidos- van siendo elaboradas para favorecerlos a ellos. Esos manejos impiden que nuevos clubes entren al escenario del futbol mexicano y sólo permanezcan de manera anecdótica: casi todos los equipos que ascienden poseen una infraestructura inadecuada (a los ojos de la FMF) para conservar la categoría. De la totalidad de equipos que conforman el Ascenso MX, tal vez tres o cuatro cumplen con los requisitos; la otra opción siempre será la compra-venta de franquicias. Objetivo cumplido: fortalecer la economía, pero de la Federación.

El salario mínimo en México no rebasa los $70 (5.5 US DLL) y, en promedio, las entradas a los estadios equivalen por lo menos a dos salarios mínimos.  Esto nos lleva a pensar que la razón para que muchos recintos deportivos –ávidos de modernidad- no cuenten con la asistencia aceptable y constante de aficionados, es el alto precio del boleto de entrada, además de los gastos de transporte, botanas y/o bebidas. Si la decisión es no ir al estadio,  optando por ver en televisión algún partido, nos encontramos que los intereses de los inversionistas definen cuáles se restringen a televisión de paga y cuáles no. De esta manera, el aficionado termina “disfrutando” el que genere mayores ganancias. Esto, por supuesto, contradice las declaraciones hechas por De Maria en 2012: “participar proactivamente en el desarrollo social de nuestro país y ser más atractivos ante el aficionado y el televidente que asisten o [nos] ven semana a semana”.

De acuerdo con los planteamientos del 2012, se esperaba que para este 2015 el interés de la afición fuera creciente, con una asistencia promedio superior al 50% en los estadios y un rating televisivo arriba del 8% por semana. El rating aumentó considerablemente pero los estadios lucen vacíos, pues cada vez más gente opta por ver los partidos por televisión o vía Internet. Al acudir a la tribuna los aficionados nos convertimos en inversionistas al aportar en pequeñas cantidades dinero que colabora en el fortalecimiento de los clubes; al comprar un jersey, un porcentaje va para el equipo. Sin embargo, en el futbol actual el seguidor de un equipo es un cliente a quien se le vende un producto. Mientras no se adquiera una conciencia distinta, el aficionado seguirá jugando sujeto a las reglas de quienes ahora deciden.

La copa y trofeo que se entrega al campeón de cada certamen, ya sea Liga MX o Copa MX, son reflejo del futbol que la FMF quiere que tengamos. Ambas preseas son insípidas, austeras, antiestéticas, llanas y deslucidas. Los árbitros son mediocres, los boletajes son caros, los jugadores son tratados como mercancía, los equipos desaparecen o aparecen al antojo de los empresarios. El futbol va cediendo ante los embates de la modernidad mercantilista, y que esto cambie sólo dependerá de que los aficionados comprendan que son uno de los componentes primordiales de esta maquinaria llamada futbol. Adquirir conciencia de su papel fundamental es la calve.    

Fuentes:

Medio tiempo – Noticias (4 y 16 de julio 2012)

Terra Deportes (4 y 16 de julio 2012)

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