Baby
Edwin Yllescas
Muñeca, olvídate de tus años junto al mister
los echaste a perder, jamás podrás recuperarlos.
Sólo te queda la vieja foto del vestido blanco
un lugar selvático donde te creíste mujer
donde trocaste tu dicha por proyectos ajenos
un insípido dolor, los ojos idos por una ventana
el deseo de correr a casa a lavar un error advertido
la plaga que los años transmutaron en matrimonio.
¡Ya basta Baby! olvida lo que sólo olvido merece
Mejor compartamos nuestra carne y nuestro vino
corramos locos de alegría por las calles de Managua
metámonos al cine, a la disco, a los bares encandilados.
Resiste la confesión estéril ―no me cuentes nada
evitemos que la sal gruesa recaiga sobre el día.
Mil veces entrégame tu cuerpo elástico de ilusiones
hagamos los que Dios manda y también lo prohibido
hagámoslo mil veces Baby ; al volver a tu casa
necesitarás los recuerdos de una tarde de motel.
Algo que redima los infinitos años metida en la casita.