Es lo Cotidiano

Reporte estación

Yadira Moreno

Reporte estación

I

Es mediodía. Un rayo de sol primaveral atraviesa mi ventana, dejando en la estancia un efecto misterioso. La luz es un velo muy fino, trasparente; resbalando por paredes, sillas rotas; por el perro echado en mi único sillón. Durante micro fracciones de tiempo, percibo el brillo de las cosas tal cual es; sin matices ni opacidades.

Analizando el fenómeno durante días, observé que por el haz luminoso, descienden –pocas aún-, diminutas partículas más grises que el polvo; al parecer, de nostalgia.

Caen sin prisa instalándose en el recinto, en equipajes vacíos de viajes no hechos y en muebles sin construir.

II

El calor aprieta. La intensa reverberación de árboles, gente, asfalto, me recuerda que otoño vendrá y soplará en la ciudad como a velita de cumpleaños.

Otoño arrasará el sopor, los rojos y naranjas de la flama veraniega. Árboles, gente y asfalto gradualmente se opacarán, como viejos metales oxidados.

Polvoriento y frío otoño llegará, y con él un augurio; esa seca intuición de la agonía.

III

Rápido oscurece; como si el aire del atardecer extinguiera las últimas chispas de la velita cumpleañera, sumiendo a la ciudad en un negro azulado.

El viento nocturno azotando ramas de árboles calvos, caras descubiertas de gente mal abrigada, asfalto a punto de congelarse, anuncia la llegada de invierno inexorable.

Por las ráfagas que cambian de dirección y la gélida presión atmosférica, se pronostican las primeras heladas, que traerán consigo un olor muy fino, casi imperceptible, de algo que se pudre.

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