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The Music Machine vistos por La Vieja Ola [y II]

Javier Morales i García

The Music Machine vistos por La Vieja Ola [y II]

The Music Machine fue uno de los grupos, si no el primero, que fueron llamados “los Rolling Stones de Estados Unidos”.

Morales, Javier - The Music Machine vistos por La Vieja Ola IIEmpiezan a aparecer en las televisiones haciendo playback y con sus pintas. Aunque yo creo que asustan más las adolescentes con sus gritos. En el show Where The Action Is se convierten en unos favoritos y les programan varias veces en diferentes semanas. Aquellos guantes negros les dan una reputación de gente malvada, gente peligrosa... Y ya se sabe el encanto que tiene todo esto. Más si cabe cuando está encajonado en un electrodoméstico al que el pueblo norteamericano creía como si fuera la Biblia.

The Music Machine eran vistos como místicos en un momento que se empezaban a vislumbrar los cambios que vendrían después. También sus ideas musicales eran diferentes.
Para el primer LP, que se llamó Turn On, los instrumentos estaban afinados lo más grave posibles y Bonniwell no se cansaba de decirle a Edgar que no tocase los platos con tanta facilidad, solo para acentuar el sonido. Mientras, Keith Olsen solo tocaba la parte más alta del mástil de su bajo, adoptando esa pose tan característica. De todos aquellos detalles salía un sonido más grave, cavernoso y casi gutural. Solo sus supuestos enemigos del momento que eran The Blues Magoos les podían igualar en alguna batalla psicodélica.

Otra de las ideas de Bonniwell se quedaría en un simple proyecto. Pensaba que todas las canciones del disco tenían que estar unidas, encadenadas entre sí y sin dejar espacios ni tiempos muertos. Ocho meses después saldría el Sgt. Pepper de los Beatles….

El segundo single que avisaba la salida del álbum fue en enero de 1967 con las canciones “The People In Me” y “Masculine Intuition”, en la que destaca otra vez la voz de Bonniwell. El LP salió con el sello Original Sound y el productor se asustó de todas esas novedades que hacía el grupo. Así que aprovechó una de las giras de la banda para hacer sus componendas. Aunque la primera de toda había sido comprarle el nombre "The Music Machine" a Sean Bonniwell, asegurándole una carrera con futuro.


Brian Ross reorganiza el supuesto caos y el disco es algo diferente a lo que tenían pensado. Combina temas originales con versiones de éxitos del momento. Ahí están el “C.C. Rider”, “Cherry” de Neil Diamond, “Taxman” de The Beatles y “96 Tears” de Question Mark & The Mysterians…
Por supuesto, sobresalen los temas originales. Canciones como “Trouble”, “Come On In”, una preciosa canción lenta llamada “Some Other Drum” yy un remedo del “Talk, Talk” que se llama “Wrong” – algo típico de los grupos de la época: si habías tenido éxito con un tema, pues hacías otro parecido y así sucesivamente.


Un tercer single contenía “Double Yellow Line” y “Absolutely Positively”.


Es entonces cuando la leyenda del gafe y las malas elecciones de The Music Machine empieza a hacerse real. Tal vez ya había empezado todo por dejarse manejar por el productor. Lo que importa es que hubo una necesidad de dar otra vez con un éxito que les llevara a las listas y el grupo acordó un contrato de exclusividad con la programación de una emisora que había sido recién inaugurada y que no tenía mucha idea de cómo iba el negocio musical del momento.
Esto hace que Bill Drake, auténtico gurú de las radios en Los Ángeles y que les había apoyado desde el principio, se sienta traicionado y les haga un boicot. Esto ya se notó con el segundo single, que no sobrepasa el número 38 de las listas, a pesar de ser una canción también mítica como el “The People In Me”, cientos de veces versionada después.

Otro fallo imperdonable fue decir que no a una gira que les hubiese llevado por toda Inglaterra. Pero aún hay más: dijeron que no al Festival de Monterrey por dar un concierto en Baton Rouge.


Les contratan para dar unos conciertos en la gélida Minnesota y fletan un avión para ir todos juntos hacia allá. Se encuentran con un avión que solo tiene un motor que funcione y cuyo piloto es de la vieja escuela y suele volar totalmente borracho. El panorama es bastante negro. Los amplificadores Voxx pesan toneladas y durante el viaje empieza una gran tormenta de nieve. Parecía que era el final de The Music Machine y, tal vez, la entrada en el mito o el esfumarse en el recuerdo... Entonces un intrépido Keith Olsen se puso a pilotar el avión, ya que había tomado unas lecciones de vuelo pero sin haber pilotado jamás y sin que el resto de la banda lo supiera. Keith consiguió aterrizar y el susto pasó.

Problemas más simplones eran aquellos que hablaban de unos The Music Explosion (y les confundían con ellos), una banda inventada desde la factoría bubblegum de Buddah Records de Neil Bogart. El tándem de compositores de la doble "K", Jerry Kasenetz y Jeff Katz, se sacaron del sombrero a un grupo que hacía todo lo contrario que los de Sean Bonniwell. Si no demasiado en lo musical, sí en el look. Haciendo una especie de garage pop muy del gusto de cierta escena neoyorquina, allí cantaba el estupendo Jamie Lyons, que después sacó varios singles en solitario.

El segundo LP ya era la demostración palpable que el grupo se había desmembrado. Grabado con Warner Brothers, aún incluye algunas canciones que fueron grabadas por la formación original. Pero el Bonniwell Music Machine de 1967 es un proyecto del cantante con otros músicos como Joe Bludd en la guitarra, Fred Thomas en el bajo, un tal McKinley en los teclados y Jerry Thomas. Los demás estaban ayudando en otros proyectos como Millenium, de Gary Usher y Curt Boetcher y después formando Sagittarius, antes de tomar caminos diferentes.


Hay un LP perdido que fue grabado en 1969, llamado Ignition, pero ha sido incluido en reediciones posteriores. Así como ediciones en donde se reúnen los singles y alguna rareza, The best of... (1984) y otra recopilación de Sundazed Records llamada Beyond The Garage (1995), que contiene unas notas muy interesantes.

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Destacar también el disco que Sean Bonniwell sacó en solitario en 1971 con Capitol Records, se llamaba Closed, y siempre quedará la duda de si este proyecto fue el causante de que The Musi
c Machine no siguieran juntos. Es ese sino maldito y leyenda negra que les acompañó desde el principio…

Un mal ácido te puede llevar a un mal viaje. Bonniwell entró en una especie de secta llamada "Niños de Dios" y el mundo de la música ya no era lo más importante.

Volvería a grabar algunas cosas en los 80. Algo de rock cristiano (?) con el grupo Heaven Sent y un disco llamado Star Witness. Bonniwell era ya uno de esos born again christians, o Renacidos Cristianos. Es curioso citar cómo muchos hippies se volvieron muy religiosos con el cambio de década. Es algo que siempre estuvo ahí en el subconsciente de la contracultura.

Keith Olsen se hizo productor de bandas como Fleetwood Mac y The Grateful Dead.
Ya en los años 80, toda esa hornada de grupos de garage reivindicó a The Music Machine y los sacaron del olvido. Sean Bonniwell ha reunido al grupo o, por lo menos, ha vuelto a utilizar el nombre, y oyéndolo hablar tienes la sensación de que es un buen tipo, más allá de su fascinación religiosa.

En mi cabeza sonará siempre “Talk, Talk”... y me compraré un amuleto, aunque no crea demasiado.

Y para terminar, una lista…

LA VIEJA OLA MACHINE FAVOURITE SONGS:
Double yellow line
Point of no return
Citizen fear
The trap
Me, myself and i
This should make you happy
You will love me again
Mother nature/father earth
The eagle never hunts the fly
TALK me down
Bottom of the soul
Burn like a boy
Masculine intuition
The people in me

F I N

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Javier Morales i García
(Tenerife, España) es editor del fanzine Ecos de Sociedad, la publicación mod más longeva en Europa. Desde inicios de los 80, escribe, reseña y edita; hoy, Ecos puede leerse en ecos-de-sociedad.blogspot.com.es. Es obseso de la música y el cine.

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