POESÍA
Concupiscencia del tiempo
Jesús Nieto

He perdido los días,
he perdido las horas,
minuto tras minuto,
anhelando soñar el tiempo.
(La imaginación no es sino un mismo ciclo,
alterado por fugaces chispas de una luz extenuante.)
Se deslían entre mis dedos
borbotones de tiempo
y desgarran cutículas
los dientes
hasta hacerlas sangrar.
Es éste mi mayor pecado,
desperdiciar el tiempo como quien eyacula en tierra yerma.
No hay afán en concebir
los frutos de una creación
sino captar la señal de algo,
contar una mínima historia de lo singular,
asir al menos las imágenes que se suceden en un día,
irrumpir en los silencios de una existencia vana.
En el letargo de laureles manidos y loas espontáneas,
me despierta el llamado apremiante de la conciencia,
el buen consejo,
los deseos expectantes
o el ruido hilarante de la estatua nocturna.
Eterna invocación de un tiempo imperturbable
en que clama la estatua su pedestal.
Nubarrones de imágenes solemnes
que se agolpan al mediodía de una idea.
Inútil evocación del tiempo.
Quisiera dormir como resultado del cansancio
y no volcarme sobre la noche en el repaso de posibilidades,
y no revolverme en madrugadas añorando el llanto.
Afirmar o negar asumiendo un compromiso,
en vez de aceptar una existencia meliflua.
Al alba de cada ocurrencia
suceden fantasmas,
futuros,
fantasías.
Cada pensamiento es como un escupitajo al cielo
y en el infalible retorno al polvo:
culpa y derrota.
***
Jesús Nieto es originario de Salamanca, Guanajuato. Estudió sociología en la UNAM, el diplomado en Creación Literaria en la SOGEM y es doctor en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad Autónoma de Barcelona. Se dedica a la docencia, la investigación y la escritura.