martes. 16.04.2024
El Tiempo
Es lo Cotidiano

Ringo Starr, el cuarto Hurricane

Beto Cronopio

Foto, María Gómez Bulle
Foto, María Gómez Bulle
Ringo Starr, el cuarto Hurricane

El insistente golpeteo a la puerta del camper despierta a John Lennon, quien se coloca las gafas, se pasa la mano por su cabello y grita que lo esperen-por-favor. Se incorpora y recuerda que, anoche en el bar donde trabaja como bartender, hizo una cita a las once. Verá a un fan latino para contarle la historia de cuando conoció a Ringo Starr. Esboza una sonrisa, pues pidió cincuenta libras esterlinas por la entrevista; ya recibió diez como anticipo, así que ya casi tiene cuatro billetes en la cartera.

Abre la puerta y coloca dos sillas además de la mesa, ofrece té, saca sus cigarros, ofrece uno mientras prende el suyo y le dice a Gerardo, el fan mexicano que viajó a Liverpool para la convención anual de Rory Storm and the Hurricanes, que ya está listo. Quiere saber la historia de Ringo Starr en Liverpool y Hamburgo.

Gerardo saca una grabadora de reportero y le pregunta cómo conoció a Ringo Starr. John le cuenta que él tuvo un grupo de rock llamado The Beatles, aunque los pioneros fueron Rory y los Hurricanes. Que los bateristas eran muy buscados, pues eran difíciles de encontrar; en los Beatles desfilaron varios, hasta que se quedaron con Pete Best y se fueron a una gira a Hamburgo, donde su representante, Allan Williams, les consiguió un contrato. Allan también llevo a Rory y su banda. En Hamburgo, convivieron mucho y hasta tocaron juntos (y revueltos) en varias ocasiones. Se iban de farra y a cazar chicas.

Invitaron a los Beatles a grabar un disco sencillo con Tony Sheridan y Pete Best no llegó al estudio. Ringo, quien iba acompañándolos, obligado por la situación, tuvo que tocar. El crédito para el grupo fue Tony Sheridan and the Beat Brothers y el single contenía dos canciones: “My Bonnie” y “Like Dreamers Do”.

Aquí Gerardo lo interrumpió, pues preguntó si contaba John con un ejemplar del disco. Lennon recordó que sí, y en ese momento se subió al camper a buscarlo.  Al regresar le mostró el sencillo, además de algunos recortes de periódico, así como el póster promocional del disco. John acordó venderle todo en 350 libras. Ambas partes estaban satisfechas con el negocio.

El sencillo no tuvo éxito y los Beatles tuvieron algunas tocadas locales en La Caverna en Liverpool, nada trascendente hasta que se disolvió el grupo. La carrera de Rory Storm and the Hurricanes despegó: se convirtieron en el grupo de rock más importante de la historia. Su álbum favorito era Sargent Peppermint pues, en plena era psicodélica Rory y los Huracanes le dieron un giro a la música al presentar un disco conceptual, además, uniformados.

Gerardo preguntó sobre cómo era Ringo en el trato cercano. John respondió que era un buen chico, que aún con la fama y el dinero seguía asumiéndose como un chico de Liverpool con mucha suerte, ya que fue el último músico en integrarse al cuarteto de los Huracanes. Cuando un fan mató a Rory Storm en su casa de Londres, Ringo regresó a Liverpool durante dos semanas y organizó un concierto homenaje. Una noche antes del evento, Ringo llegó al bar donde John atendía la barra y lo reconoció, se tomaron varios tragos y recordaron su época de Hamburgo. Ringo lo invitó a tocar en el concierto homenaje.

Al terminar el evento, que fue grande, Ringo le dijo que escogiera una guitarra y que se la regalaba. A la semana siguiente, cuando fue a recoger su paga a la oficina, le dieron un cheque por 30 libras (cuota fija que habían acordado pagar a cada músico, famoso o no, que tocara en el evento) y las llaves del camper donde vivía ahora. Así es Ringo. Todavía una o dos veces al año, Ringo le marcaba al bar para preguntarle cómo está. Si bien ya se divorció de su esposa Cyn, con quien tuvo un hijo que actualmente vive en Estados Unidos, la vida de John es tranquila.

Agradeciendo la entrevista y con el material en su poder, Gerardo llamó un taxi y se retiró. Aún le faltaba viajar a Londres para conseguir más discos. John guardó bien su dinero y pensó en invitar a Cyn a comer un filete. Le marcó a su celular y ella aceptó de inmediato. Cuando iba en el ferry y mientras el aire frío le daba en la cara al cruzar el río Mersey, un pensamiento invadió su cabeza: “¿Qué habría pasado si los Beatles hubieran tenido el mismo éxito que Rory Storm and the Hurricanes?”

***
Beto Cronopio
(Cd. de México). Fan de The Beatles y del rock mexicano de los años 70, incluyendo el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro. Ávido lector de dichos temas.

[Ir a la portada de Tachas 250]