martes. 16.04.2024
El Tiempo
Es lo Cotidiano

Las semillas de la fe [II]

Javier Morales i García

El viejo huerto, s. xviii, fuente desconocida
El viejo huerto, s. xviii, fuente desconocida
Las semillas de la fe [II]

[Ir a Las semillas de la fe I]

No fue fácil, al comienzo, transformar a los esclavos negros en algo que se asemejase a los llamados "buenos cristianos". El primer resultado fue, en todos modos, un híbrido entre paganismo (aunque el termino no es, obviamente, exacto) y cristianismo, entre costumbres y ritos africanos y la liturgia cristiana. En el libro Afro American Folk Songs de H.E Krehbiel se comenta un artículo publicado en el periódico The Nation el 30 de mayo de 1867 en el que se describe una típica función "afro-cristiana":

Los bancos se apoyan junto a la pared cuando la verdadera función termina, y todos, viejos y niños, hombres y mujeres, una multitud grotesca de jóvenes acicalados- las mujeres habitualmente con pañuelos de vivos colores en la cabeza y las faldas cortas, los chicos con las camisas rota y pantalones de hombres, las chicas descalzas- de pie en medio de la sala, comienzan a caminar en círculo, muy apretados unos con otros, arrastrando los pies sin levantarlos nunca del suelo.

El sentido de avanzar lo da el movimiento de sus cuerpos, pronto bañados en sudor. A veces bailan en silencio, otras, mientras avanzan arrastrando los pies, cantan el estribillo de los sperichil (spiritual), raramente lo cantan entero. Pero más a menudo los que cantan mejor y los shouters ya cansados se reúnen en grupos a un lado de la sala y apoyan el acompañamiento de los otros, cantando el motivo conductor y golpeando las manos incluso sobre las rodillas.

El baile y el cante están llenos de energía, y cuando el shout dura hasta la noche, el rumor cadencioso y sordo de los pies que se arrastran en el suelo impide dormir a los que están en un radio de media milla.

Esta es la descripción de un praise meeting (reuniones de loas al Señor) o ring shout (literalmente: griterío en círculo) o circle dance, en las que más que en otras expresiones del folklore musical negro-americano, se advierte la persistencia de elementos africanos.

Y se puede evaluar incluso el efecto de las primeras enseñanzas religiosas: los participantes en el ring shout hacían toda clase de esfuerzos para no cruzar los pies porque, si así hubiese sucedido, habrían "bailado"; es decir habrían rendido homenaje al demonio. Les habían enseñado que la música profana y, naturalmente, también la danza eran cosas diabólicas. También el banjo y el violín, en los que los negros sobresalían, eran instrumentos del demonio, y devil songs (canciones del demonio) o por lo menos sinful, pecaminosos, eran los cantos que durante decenios se habían oído en todas las plantaciones. No por nada John Wesley, el fundador de la Iglesia Metodista, cuyos himnos influirían profundamente en la música religiosa de los negros americanos, había dicho: "Es un pecado que Satanás deba tener todas las mejores canciones."

De todos modos, los esclavos debían advertir confusamente que también las ceremonias como la anteriormente descrita tenían algo de pecaminoso, justamente por su origen africano, y por tanto pagano. Probablemente por este motivo estas se desarrollaban de noche, en lugares apartados (barracas aisladas, a menudo en medio de los bosques), y se recurría a extrañas soluciones para amortiguar el ruido de los cantos y de las danzas. Casi siempre a la entrada de la barraca se colocaba, girada, una tinaja de colada o bien una vasija de hierro, que, al levantarse del suelo, por un lado, debería "tragarse" los ruidos, apagándolos. Era un síntoma del complejo de culpa que angustiaría durante muchos decenios a los negros americanos, que hasta épocas recientes se han avergonzado poco o mucho, de su música y en particular del blues y del jazz.

Con el termino bastante genérico de Negro Spirituals (sin olvidar que existen también los espirituales blancos, que se relacionan, como los negros, con los himnos protestantes ingleses y en particular con los metodistas) se acostumbra a designar diversos tipos de cantos religiosos negro-americanos que se oían en siglos pasados exclusivamente en los territorios de la lengua inglesa y de religión protestante (no en Luisiana, de cultura católica y de lengua francesa).

Dada la variedad de estos cantos, es preferible usar el término anthems, himnos.

Hay cantos estáticos, solemnes, conmovedores, los verdaderos spirituals, y los hay llenos de dinamismo, de fervor místico, casi marchas, que se apoyan en el golpeteo de los pies y de las manos: son jubilees, nacidos en el clima excitado de los grand camp meetings organizados un poco por todas partes, en las zonas fronterizas hacia 1800, durante aquel gran movimiento de fanático fervor religioso popular que se conoce con el nombre de Great Awakening (Gran Despertar) y repetido todavía en los años posteriores.

En aquellas grandes reuniones al aire libre, en las que la multitud se dejaba a menudo caer en un rapto histérico, los predicadores apostrofaban con dramático ardor, con vehemencia, a los fieles, los cuales se dejaban vencer por la conmoción y respondían con arrebato a las preguntas, a las acusaciones de los predicadores.

En el conocido estudio sociológico sobre la esclavitud en los Estados Unidos, Rawick anota:

La intensa relación en la Iglesia Negra entre el predicador y la congregación de los fieles, depende del hecho de que la congregación es una comunidad, una familia sagrada, de la que el pastor es jefe y guía. Esta posición es similar a la del anciano en el conjunto de casas de una aldea del África Occidental. Se piensa que el anciano tiene un contacto superior con lo Desconocido, pero su relación se manifiesta en la relación con su gente. Los gritos de Amén, Allelujah, Dígaselo, pastor y otros similares, que puntean el sermón del predicador negro, son la confirmación de que el está de acuerdo con el espíritu de la comunidad.

El spiritual no es un canto de resignación o de auto conmiseración, como a menudo se ha dado a entender. Al contrario, es un canto en el que se exalta la liberación del pueblo negro como coherente con la revelación divina. James H. Cone, teólogo negro:

La idea base de los spirituals es que la esclavitud contradice a Dios, es la negación de la voluntad. Cuando los esclavos negros se dieron cuenta que sus posibilidades históricas eran limitadas, confirmaron a crear estructuras para la propia afirmación que protegiese su humanidad, si bien no pudieron liberarse de las cadenas de la esclavitud.

El esclavo sabía bien que la libertad le sería negada en esta tierra, pero no cesó nunca de proclamar el derecho a conseguirla. Al final, Dios misericordioso le habría acogido a él y a sus hermanos de raza negra entre sus brazos y, de inmediato, los errores habrían sido reparados. En la Biblia, el Buen Libro del que siempre habían oído hablar, se comenta de otros infelices que debieron sufrir graves injusticias antes de ver reconocido su derecho a la libertad; hubo un pueblo, el de los hebreos, que sufrió mucho durante el cautiverio de Egipto antes de poder volver a la Tierra Prometida.

En las vicisitudes de ese pueblo, el esclavo negro veía reflejadas las tribulaciones de su estirpe, que se habrían felizmente concluido con la anhelada travesía del Jordán. El bíblico río no representaba otra cosa que la muerte liberadora, que consentía el ingreso del esclavo al Reino de Los Cielos.

Significativos son, en este sentido, los primeros versos de uno de los espirituales más famosos, el  llamado “Go Down Moses”:

When Israel was in Egypt's land

(let my people go!)

Oppressed so hard they couldn't stand

(let my people go!)

Go Down, Moses, way down in Egypt's land!

Tell old Pharaoh, let my people go!

En los spirituals los personajes bíblicos son tratados en términos coloquiales, afectuosamente confidenciales: José combatirá la batalla de Jericó también por los esclavos que trabajaban en las plantaciones del Sur de los Estados Unidos.

Tal vez los vigilantes blancos no se daban cuenta siempre del profundo significado de ciertos spirituals y de la protesta que esos cantos sobreentendían en cada palabra.

De todos modos, si la esperanza de la salvación en el Paraíso podía tener tranquilos a los esclavos en esta tierra, que siguiesen cantando. Y dejaban que el esclavo, rotos los huesos por el trabajo en las plantaciones, entonase, por las noches, la solemne aria del mítico “Swing Low, Sweet Chariot”:

If salvation was a thing money could buy

then the rich would live and the por would die

but I'm so glad God fixed it so

that the rich must die jes' as wel as the poor...

A veces el spiritual tiene un significado recóndito: el Cielo puede ser entonces la libertad que se puede alcanzar de inmediato, en esta tierra; puede significar algunos de los estados del Norte de los Estados Unidos, o bien Canadá, donde tantos esclavos negros lograron encontrar refugio después de haber huido gracias a las cadenas de complicidad que se llamaba Underground Railroad.

Un spiritual muy conocido en clave es “Steal Away To Jesus”, cuya paternidad se atribuye a Nat Turner, el valeroso jefe de una de las más impresionantes revueltas de esclavos que se verificaron en el Sur:

Steal Away, steal away to Jesus,

Steal Away, steal away yo Jesus,

I ain't got long to stay here,

My Lord calls me, he calls me by thunder,

the trumpet sounds within my soul...

I ain't got long to stay here!

Spirituals como este “Steal Away To Jesus” estaban totalmente prohibidos. Se cantaban a escondidas, durante las ceremonias nocturnas y secretas, en cualquier barraca aislada.

De todos modos, la mayoría de las veces, el esclavo que canta el spiritual no está movido por sentimientos de animosidad hacia sus opresores, cuyas acciones no juzga nunca. No acaricia propósitos de venganza, pero piensa en una especie de justicia trascendental, y tiene fe en una beatitud sobrenatural que anticipa con la imaginación. Del spiritual “City Called Heaven”:

I'm a poor pilgrim of sorrow

and tossed in this world alone

No hope for today, nor for tomorrow,

I started to make Heaven my home.

Sometimes I'm tosed and trodden, Lord...

Sometimes I don't know where to roam,

I've heard of that city called Heaven,

I've started to make Heaven my home!

Se ha afirmado que muchas melodías de los spirituals son fundamentalmente africanas. De aquellas más conocidas es el ya citado “Swing Low, Sweet Chario”t, del que se ha encontrado incluso el presunto arquetipo africano en Zimbabue. Sin embargo no se subestima la influencia de los himnos, de origen inglés, de las iglesias reformadas, transformados por el clima encendido de los dos grandes despertares, y liberados entonces en la forma, más vivaces y populares.

Ni debe engañar la estructura antifonal de muchos de esos cantos, y en particular de los sermons, que pueden por ello parecer africanos cuando sus orígenes deben buscarse en Nueva Inglaterra.

De todos modos, lo más importante es que el negro americano ha reelaborado profundamente el material de origen europeo con el que se pone en contacto, imprimiéndole su propia característica y fuerte marca.

C O N T I N U A R Á

***
Javier Morales i García
(Tenerife, España) es editor del fanzine Ecos de Sociedad, la publicación mod más longeva en Europa. Desde inicios de los 80, escribe, reseña y edita; hoy, Ecos puede leerse en ecos-de-sociedad.blogspot.com.es. Es obseso de la música y el cine.

[Ir a Las semillas de la fe I]

[Ir a la portada de Tachas 252]