viernes. 06.12.2024
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LA ESTUPIDEZ HUMANA PRESENTA… [XVIII]

Los fuerzos y las cuerpas

La estupidez humana presenta... [xviii]
Tachas 388
Los fuerzos y las cuerpas

268. Forzar situaciones siempre, o casi, lleva a caer en estupideces. La última, desde esa izquierda que está empeñada a utilizar siempre el mal llamado lenguaje inclusivo, nos regaló esta joya: “muchos trabajadores y trabajadoras de los Fuerzos y Cuerpas [en lugar del real Fuerzas y Cuerpos] de Seguridad del Estado”. El chiste se cuenta solo.

269. Y en el otro lado del espectro político y social, en la derecha machista, las estupideces tampoco se hacen de esperar. Y lo malo es que cuando la derecha hace o dice estupideces, resultan ser bastante peores y peligrosas y más vitales. Hace unas cuantas semanas, pero fue ésta en la que se hizo viral, un juez latinoamericano liberó a un acusado de violación dado que la víctima usaba “ropa interior roja de encaje, lo que implicaba que quería mantener relaciones sexuales esa noche”.

270. Y, esto es simplemente una opinión, mientras la cuerda siga tensándose en lugar de encontrar puntos comunes, va a ir a peor.

271. Porque seguiremos sesgando nuestras opiniones, pensamientos y, por supuesto, acciones.

272. El sesgo de encuadre, aunque utilizado principalmente por los medios de comunicación y por los partidos políticos, nos afecta a todos, ya que nos informamos con unos y damos nuestra confianza en las elecciones a los otros.

273. Su uso está generalizado de tal manera que de la realidad solo interesa un problema que necesita una solución y que, casualmente, es la que el medio de comunicación o el partido o el grupo que lo propone tiene. De tal modo que al seleccionar el problema se enmarca la solución que elegimos o queremos que se elija.

274. Algo que está muy relacionado, ya que la cultura es un marco en el que nos encontramos inmersos tanto voluntaria como involuntariamente, con el sesgo cultural.

275. El sesgo cultural, que todos usamos en mayor o menor medida, consiste en juzgar cualquier acción o manifestación, e incluso modos y maneras de pensar, de acuerdo con los estándares aceptados como “buenos” o “lícitos” de nuestra propia cultura.

276. El ejemplo más claro, más usado, más repetido (he tenido que escucharlo cien mil veces) es la asunción de que no poder entender cómo pueden sobrevivir o disfrutar otros modos de gastronomía sin el uso del chile.

277. Aunque, y sobre eso escribieron —y en extenso– tanto Barthes como Foucault, ese sesgo que en principio puede resultar interesante como salvaguarda de la propia cultura, acaba por convertir en “normal” y/o “natural” algo que no necesariamente lo es, asumiendo y aceptando conductas que no son ni normales ni naturales.

278. Porque la cultura es todo, menos natural.

279. Y a veces ni siquiera normal.

280. Y a veces el sesgo cultural lleva, sobre todo cuando juzgamos culturas ya no diferentes sino opuestas a la que nos enmarca, a excesos estúpidos y a contradicciones. Como se ha demostrado en Francia y sus más recientes atentados.

281. Lo contrario al sesgo cultural es la acepción total del multiculturalismo; es decir, todas las culturas son igualmente válidas e igualmente respetables y pueden convivir en armonía. Algo que en teoría es cierto, ya que el eurocentrismo ha estado sesgando civilizaciones desde hace siglos, afirmando su superioridad y enmarcando a las demás culturas en su propio pensamiento, midiéndolas con su propia vara.

282. Pero, y he ahí donde parece estar el problema, el hecho de que no haya ninguna cultura superior a otra, y que todas sean respetables, no quiere decir que todas sean iguales.

283. Pero somos humanos y, por tanto, con una cierta tendencia a la estupidez.

284. Y todos sufrimos de halo y de cuerno.