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Voces idas del reggae y el rocksteady

Fernando Cuevas de la Garza

Frederick “Toots” Hibbert
Frederick “Toots” Hibbert
Voces idas del reggae y el rocksteady


Han fallecido dos emblemáticos vocalistas que empezaron a soltar la voz en los coros de sus respectivas iglesias. Con el rocksteady, cual basamento sustantivo, y el reggae cual amplia manifestación cultural, encontraron un punto de encuentro y confluencia estilística. Uno cultivó con mayor énfasis el ska, mientras que el otro se decantó por el R&B y el soul. Se trata del jamaicano Frederick “Toots” Hibbert (May Pen, 1942 – Mona, 2020), fundador de la seminal asociación The Maytals, y del texano John Lester Nash jr. (Houston, 1940 – 2020), quien se volvió puente entre el mainstream y nutritivos géneros que brotaban en latitudes más allá de Europa y Estados Unidos como el reggae, justamente, y el dancehall, su hermano cosmopolita.

Toots Hibbert

En efecto, tras calentar su privilegiada garganta como chico del coro vía el gospel, Toots Hibbert se mudó a Kingston a principios de los sesenta y formó el grupo vocal The Maytals junto con Henry "Raleigh" Gordon y Nathaniel "Jerry" McCarthy, muy pronto grabando Never Grow Old. Presenting the Maytals (1963), para lo que contaron con el soporte instrumental de los efusivos The Skatalites. Con la autoestima por el cielo reflejado en su título, entregaron The Sensational Maytals (1965), disco que los colocó como una de las asociaciones a seguir en el profuso y efervescente ambiente musical del país antillano.

Después de salir de prisión en 1967, situación que inspiró 54-46 That's My Number, contenida en Sweet and Dandy (1969), el grupo se renombró como Toots & The Maytals y le pusieron nombre a toda una cultura a través de la canción Do the reggay. Cerraron aquellos años con Monkey Man (1969), compartiendo algunas canciones con su predecesor como la canción titular, versionada después por The Specials, y la burbujeante Pressure Drop con todo y la versión de The Clash, ya mostrando las cuotas estilísticas de la incorporación y germinación de vertientes sonoras de su tierra, considerando la puntual labor de producción que los apoyaba.

El trípode formado por el ska, el dancehall y el reggae se asentaba con solidez para sostener el camino por venir que encontró frutos pronto, expresados en Slatyam Stoot (1972), Funky Kingston (1973) y Roots Reggae (1974), obras de consolidación y reconocimiento internacional, expandido en definitiva con el vital In the Dark (1974), Reggae Got Soul (1975), Pass the Pipe (1978) y Just Like That (1979), como entretejiendo una historia rítmica de cantos y resonancias festivas al grito de Pomp & Pride, a la que se fueron sumando otros músicos como Andy Bassford, Harold Butler y Paul Douglas

Además de diversos álbumes en vivo, siguieron fortaleciendo su discografía con propuestas que no perdían la vibra y pegaban directo en el sistema motor aprovechando la corriente del 2 Tone, como se advierte en el macizo Knock Out! (1981); posterior a presentaciones y álbumes en vivo, aparecieron Life Could Be a Dream (1992), grabado con anterioridad, Recoup (1997) y Ska Father (1998), a manera de certificado de paternidad. Ya en el XXI se actualizó con World is Tunning (2002) y True Love (2004), contando con la presencia de varios famosos, para dar paso a Light Your Light (2007), volviendo a iluminarnos con su energía vocal y Flip and Twist (2010) enclavado en el reggae.

Víctima del covid-19, Toots Hibbert murió el 12 de septiembre, paradójicamente poco después de grabar el motivante Got To Be Tough (2020) con Ziggy Marley como invitado, convertido en testamento y declaratoria final de uno de los músicos que contribuyó a darle rostro a géneros que transitaron de la particularidad a la grata universalidad para encontrarse con las vertientes del soul, el funk y el R&B. A esta difusión contribuyó la presencia de sus canciones y de él mismo en diversas películas que van de The Harder They Come (Henzell, 1972) con Jimmy Cliff, a This is England (Meadows, 2006), así como en documentales, series de televisión y hasta videojuegos.

Johnny Nash

El cantante estadounidense empezó a presentarse en algunos programas radiales y pronto llamó la atención de la naciente televisión en los 50’s, sobre todo por la versátil voz que parecía acoplarse a distintos estados de ánimo y tendencias musicales. Una vez que se diera a conocer con algunos sencillos como A Teenager Sings the Blues (1957), cual específica carta de presentación, y A Very Special Love (1958), produjo su primer largo, simplemente titulado Johnny Nash (1958); vendrían inmediatamente The Quiet Hour (1959) y I Got Rhytm (1959), obras que reflejaban sus preferencias por la limpieza en cada una de sus interpretaciones.

En los años sesenta, además de sus presentaciones en vivo y participar en las películas Take a Giant Step (Leacock, 1959) y Testigo clave (Karlson, 1960), plasmó su suave rango vocal en Let’s Get Lost (1960), Starring Johnny Nash: Studio Time (1961), Composer’s Choice (1964) y Hold Me Tight (1968), en donde su estilo ayudaba a hacer disfrutable incluso el exceso de melosidad; aparecieron posteriormente un cuarteto de álbumes el año siguiente: Let’s Go Dancing (1969), Folk Soul (1969), Love and Peace (1969) en clave góspel y el más funk Prince of Peace (1969), abonando el terreno en preparación hacia sus mejores años, para lo cual su viaje a Jamaica resultaría fundamental.

En efecto, después de colaborar con ni más ni menos que Bob Marley, adentrándose en el mundo del reggae, grabar un álbum con Kim Weston, sacar un disco en Suecia y participar como protagonista y compositor en el filme romántico Vill så gärna tro (Höglund, 1971), alcanzó su nivel interpretativo más alto con I Can See Clearly Now (1972), colocando la canción titular en el oído del respetable y ampliando considerablemente el rango de escuchas de reggae, más allá del lugar de origen; mantuvo consistencia en Teardrops in the Rain (1973) y, sobre todo, en My Merry-Go-Round (1973).

Continuó su trayectoria con Celebrate Life (1974), Tears on My Pillow (1975), What a Wonderful World (1977) y Love Me Tender (1978), discos que lo mantuvieron en el radar gracias a algunos sencillos pero sin llegar al rango impuesto por los predecesores. En los 80’s cerró su producción discográfica con The Johnny Nash Album (1980) y Here Again (1986), a manera de recordarnos su presencia. Paulatinamente se fue retirando de los escenarios y sólo se le veía ocasionalmente, hasta que llegó la triste noticia de su deceso.

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