CUENTO
Tachas 472 • Líneas de sangre • Brenda Huerta
Brenda Huerta

Santos está de pie en la oscuridad, a un lado de la carretera, sosteniendo un bote de pintura en las manos. Su rostro está blanco de la impresión.
El bote cae al suelo, salpicando su espeso contenido. Santos corre tembloroso hacia sus compañeros que siguen trabajando metros más allá.
Jorge tiene sus audífonos puestos mientras usa la brocha con energía sobre el pavimento. Santos grita:
—Es sangre ¡Es sangre!
Jorge se quita los audífonos y lo mira. Ricardo, el otro trabajador, también lo escucha y se acerca unos pasos con gesto serio. Santos, histérico y casi al borde del llanto le dice:
—Tenemos que hacer algo, llamar a la policía…
Jorge se acerca a él.
—Wey, cálmate… tranquilo.
Ricardo lo mira receloso pero Santos sigue:
—No, no mames, ¡estamos dando brochazos con sangre!
Ricardo grita sobre su hombro, hacia la camioneta situada atrás de los tres hombres:
—¡Oye Manuel!
Segundos después aparece el conductor de la camioneta. Se acerca a un Santos histérico que sigue insistiendo en llamar a la policía y un Jorge que sigue intentando calmarlo sin ningún éxito.
—La probé, metí mi dedo y te juro por Diosito que esto no es pintura.
Manuel le dice:
—¿Qué pasa hermanito?
—Señor, por favor, tenemos que hacer algo. Estos botes no tienen pintura, es sangre de alguien… de personas ¿me entiende? de personas.
Manuel le responde con gesto serio pero sereno:
—Tranquilo, no te preocupes, tengo mi celular en la camioneta. Ahorita llamamos a la policía ¿vale? A ver, vente pa’ que me ayudes a explicarles lo que viste.
Santos sigue a Manuel hasta la camioneta apresuradamente, contándole todo atropelladamente: cómo vio a los cuervos acercarse y cómo cuando se bajó el cubrebocas detectó un olor raro y fuerte.
Mientras la explicación del trabajador sale a borbotones, Manuel mete medio cuerpo a la camioneta, toma la pistola que está junto al freno de mano y le dispara a Santos en la cabeza.
La noche se traga el débil eco que queda de la explosión.
Al día siguiente, en una casa pequeña y que se encuentra relativamente cerca de la carretera, suena la voz de una reportera en el noticiero matutino. La atractiva joven, da un aviso de discreción para alejar a niños y cualquier otra persona que pueda impresionarse con las fuertes imágenes que serán reproducidas a continuación.
En la pantalla se ve la carretera desde arriba, filmada en un helicóptero. Sobre ella, construida con cadáveres la palabra: Váyanse.
Dos hombres escuchan en el comedor de la cocina. Uno de ellos, marca un número en el teléfono. Una voz grave le responde y él le dice:
—Hay nuevos jugadores.
Los dos cuelgan.
***
Brenda Huerta. Egresada de la Licenciatura en Comunicación y Medios Digitales por el ITESM. En 2016 completó un curso de especialización en producción cinematográfica, por la universidad de Lincoln en Inglaterra y dirigió el cortometraje de su autoría “Persiguiendo autos”, el cual obtuvo una nominación en los Showing Film Awards en España. En 2019, su guion para cortometraje “Una luz más” fue uno de los diez finalistas en el concurso de guion cinematográfico “Nunca es tarde” de la productora Free Machine, y su guion "Marco y Mara" formó parte de la selección oficial en el concurso Mexicano de guion de cortometraje, en el festival internacional Shorts México. Ha trabajado como productora y directora de contenido creativo, videos institucionales y musicales para diversas marcas comerciales y artistas emergentes, además de crear quince cuentos cortos y diez guiones de cortometrajes.