GUÍA DE LECTURA 478
Tachas 501 • Por el camino de la noche, de Alejandro Montes Santamaría y Pedro Omar Rivera • Jaime Panqueva
Jaime Panqueva
Acabamos de pasar el primer viernes 13 del año, que en el imaginario anglosajón es fecha de mucho cuidado aunque nadie pueda, más allá de nombrar extraños clubes de dandys y una que otra película, argumentar de manera consistente el porqué de su fatídico sino. Para Latinoamérica, el día nefasto es el martes 13, que combina dos tradiciones, la cristiana del número neotestamentario, y la latina, del día consagrado al dios Marte. Sin embargo, para los romanos el número funesto era el 17, por motivos meramente matemáticos y lingüísticos.
El miedo lo traemos dentro y descargarlo en un día u hora en particular, quizá nos permite desparramar nuestro optimismo en el resto del reloj o el calendario. Pero no nos libramos por completo de él: nos acecha también en la oscuridad, en las cosas que se ocultan en la noche, en los sueños trepidantes o inexplicables, en la precariedad y segura decrepitud inherente a la vida humana.
En este campo fértil de la imaginación oscura, el grabador e ilustrador Alejandro Montes Santamaría, traza sus surcos; cráneos inquietantes, figuras lánguidas o amenazadoras, telarañas cargadas de presas antropomórficas. A través de sus personajes, poblados de tentáculos, filamentos, raíces y oquedades, Montes interpela al espectador a través de las texturas inacabables de la calígine. Las formas no sólo se desplazan entre la penumbra, también observan al lector desde sus cuencas vacías y misceláneas. Además, comulgan con los textos escritos por Pedro Omar Rivera:
vacío de mí
famélico
me voy por el camino de la noche
deambulo por las ennegrecidas ramas del Miedo
como un niño
ciego
abandonado entre jaurías
de automóviles y borrachos
Lanzado el pasado noviembre en el Festival Internacional de Literatura de León, Por el camino de la noche me parece un poderoso experimento de dos creadores maduros que amalgamaron en este ejemplar sus inquietudes y búsquedas. En la ruta, bordeada de desolaciones y signos, se entrelazan, entre otros, una Madonna con guadaña que pregunta al lector, qué fue primero el Miedo o la Vida…
Disponible en librerías del estado, como la Emma Godoy del FCE en Irapuato, los ejemplares pueden pedirse en línea en la dirección: https://www.facebook.com/hacerliteraturaesresistir
Me despido con uno de los versos que condensa el derrotero a transitar por quien desee abismarse en su lectura.
Sin motivo
ni aviso
sin estruendos
ni relámpagos
más parecido
a una llovizna
gris
que humedece la luz:
el Miedo
Comentarios a mi correo electrónico: [email protected]