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POESÍA

Tachas 513 • Pangea • Ana Basilio

Ana Basilio

Imagen creada por IA
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Tachas 513 • Pangea • Ana Basilio


Las hojas en el piso están cubiertas de amarillo. Me acuesto con ellas y me quito el cabello. No me interesa que nadie esté de acuerdo conmigo. No me interesan las consecuencias de no saber los nombres de los árboles, ni de las vitaminas que le faltaban a mi cuerpo. A mis veinte años quiero sacarte de mi vientre. Quiero tomar un cuchillo. Ese con el que abren a los cerdos y a las reses. Con ese abriré tu casa, con ese inauguro mi vientre. Si hay algo que deseo es descubrir qué es amar. Tómenme de las patas, cuélguenme si es posible. Todo lo que quiero es confirmar que pienso en nueces y en duraznos porque llegaste, futuro mío. Todo lo que sueño es olerte las manos. 


No estoy segura de qué tan justo o injusto es morir para ver nacer de ti un cuerpo. Cortar el fruto fuera de temporada augura un sabor recio, impaciente. Yo no sé si soy eso. ¿Quién dice que debería o no tener un precio? Saberme fértil adolescente, como si esto fuera un fracaso. Como si los mangos no pudiesen disfrutarse fuera del mes de mayo. 


Recorro el imperio de lo diminuto atada de las manos. Hablé por los ojos con el olor de las ciruelas. Cuando me quedo callada, sé que nunca he estado sola. Volteo al sol con los ojos cerrados. Él sueña un aliento de colores que se derraman. Es primavera, se hinchan mis labios. Estar embarazada es el hambre de la tierra. Quiero acostarme extensa y mi vientre composta. Gusano de hilo, te hago bolita. Y con mi saliva te pongo en medio de la gente, quiero decir, frente. A la bugambilia. A la luna roja, esfera de Venus. Entra en mis poros, calor eterno. El lento cólico de un caracol que vivió toda su vida bailando con el agua. No le deseo esta suerte a nadie. Saberse continuo debería estar prohibido. Sí, ya me tomo mis vitaminas. El sol de las diez es el más bueno. ¿Ya entraste en mí? Tengo calientes los pechos. Toma con tu pico los polvos del rayo. Reparte la lluvia en el resto de mi cuerpo. Abrirse al día es hacerse muchas. Éxtasis de nardo. La belleza de temblar.


Te pensaba como una mariposa extraña. Terreno de Pangea. Voy con una anciana para especular sobre tu sexo y fingir que tengo tu nombre en una larga lista de nombres que no usaré nunca. Ya eres mi reina. Mi piel se expande, quiere conquistar la Nueva España. Susurrando ser el mar, mi vientre se rompe en varias partes. En cuanto te sepas pez, yo sabré cómo te llamas. Como mi bella reina desde mucho antes ya te llamabas. 


Lavo los platos. Lavo todos los platos. Lavo lo que no es mío. Me gusta sumergir la ropa en el agua con las manos. Me gusta la ebullición y las burbujas por todos lados. Limpiar huele muy bien. Doy vueltas. Veo al cielo desde la orilla de mis pies. Pareciera que la casa me ha contado un chiste, el mejor de todos. Creo que hay que cocinar aguacates, la piña, el queso. Hay que poner al fuego todo lo que está a punto de [echarse a perder]. Lo que sea para que no me duelan los dientes. Lo que sea para no pensar que no me importa que tu último mensaje fue hace tantas horas. ¿Esto no es el amor? Esto no es el amor.

***
Ana Basilio (Poza Rica, Veracruz, 1992). Estudió Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma Metropolitana y Derecho en la Universidad Veracruzana. Es autora de Éter para victimarios (Ediciones Sediciones, 2019) y de las plaquettes Manifiesto bacanal (C.L., 2012) y Alógena (Astros, 2008). Parte de su trabajo aparece en Escaparate de Poesía, Revista El Humo, FemFutura y Poetry Slam Madrid, entre otras publicaciones. En 2021 participó en la antología Novísimas: Reunión de poetas mexicanas, Vol. II, de la editorial Los Libros del Perro. Es integrante del taller de poesía de Grafógrafxs.






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