POESÍA
Tachas 534 • Correspondencia • Juan Antonio Alfaro
Juan Antonio Alfaro
como la sangre que es una con la flecha en el corazón del venado.
Cachibache
Lo vi. Por fin lo vi, a través del lente de ella (ella: la cámara), del tamaño del mundo, lo vi. Pero visto como el mundo. Como alguien que tiene la virtud de sonreír siempre en las fotografías. Holografía, tal vez, que le llaman. Que le llaman, que me llame. Que a siervo invierto para mirarle la caída, su caída. Qué estoy diciendo si me contagio de lenguaje, de su lengua. ¿Hay lengua después de la muerte? Hay descenso. El descenso es una respuesta pero no un bosque. No este bosque donde no sé si hay venados. Yo lo veo cazar venados en este bosque. Pero no sé si hay venados. Hay mundo. Hay él. No venados. Hay descenso. Hay bosque. Y el descenso es una caída atravesada de mandíbulas que hablan. Como tener los oídos llenos de agua. A través del lente de ella, a través del lente de ella espero la hora de los amancebados. Detrás de puntos de sutura espero que se levante, atraviese los puntos de sutura y que me llame. Puntos para el planeta, que diga. Para él, para el planeta. O mundo, como él diga. Así como se cambian los nombres de lejos movía los brazos como un niño y la risa se le botaba al sonar el rifle. Ritmo como de taladro. El rifle. Su voz de rifle. Y yo ahí como un consorte. Es decir, consorte: el marido respecto a su mujer y la mujer respecto de su marido: príncipe consorte. La convención congregó a todos los directores y sus consortes. Resuelve con la gracia de la quiromancia el consorte sus dudas para pegar su plexo al exilio. Y a todos los consortes. Digo consorte y definición de consorte porque siempre me has dicho que no sé el significado de las palabras y que por eso las pongo en desorden, como un mantra primitivo marca menos hipocresía. El sonido. El consorte. El plexo. Ahora una palabra que salta: erradumbre. Pájaros. Deseo. Fotogramas. B: una letra como una palabra. Etcétera. Así lo entiendo y lo traduzco en imágenes. Igual que un genio resulta ser un idiota porque en cada operación ignora el procedimiento. Las definiciones son mi procedimiento. Te decía, lo vi: es, además de cazador de venados, edad: más de 30, escorpión por pura dignidad, aquí nos remitimos a Asclepio, intérprete de sueños como el faraón que soñaba peste y ¡paff! / caían las langostas a volver noche el día. Y ¡paff! Como aquel que soñaba a sus víctimas luego de estudiarlas y auscultarlas en la morgue. Como un intérprete de sueños es un intérprete de sueños. Como la sangre que es una con la flecha en el corazón del venado. Y yo, aquí, un intérprete de muertes o decesos, como quieras llamarle. Como quiero. No un bosque. Aunque también se parece a la muerte. A la caza. Espero, sinceramente, que tus iniciales estén en orden. Tuyos son los trasatlánticos.
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Juan Antonio Alfaro (San Luis Potosí, 1991). Ha publicado poemas en las revistas Infame, Transtierros, Tres Pies al Gato, low-fi ardentía y Des/linde. Forma parte del consejo editorial de la revista Los Testigos de Madigan. Premio Nacional de Literatura Joven Salvador Gallardo Dávalos 2018, por el libro (cápsulas, venados) (ICA, 2019).