viernes. 01.12.2023
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Tachas 538 • Dejarlo al azar • Jeanne Karen

Jeanne Karen

Imagen generada por IA
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Tachas 538 • Dejarlo al azar • Jeanne Karen

Cuando leí por primera vez el poema Un golpe de dados de Mallarmé, dejando a un lado la parte poética, estilística, métrica, quedó en mí la duda. 

La pregunta, aparentemente sencilla, ¿es verdad lo que dice sobre el azar o será posible abolirlo?

¿Cuáles son las probabilidades de salirnos con la nuestra? Es decir, no planear por ejemplo el día, el mes, la vida, y sin embargo darnos cuenta de que al final, todo ha salido bien, tal vez no de una forma maravillosa, prodigiosa, pero sí por lo menos de una manera aceptable.

¿Estamos hechos para vivir así? ¿Para lanzar la moneda, mirarla girar en el aire, lanzar los dados, verlos en su baile sobre la mesa y secretamente desear un resultado, pero al final no inquietarnos demasiado, no desesperarnos por lo que ha sido revelado, o más bien, estamos hechos para una programación, una existencia lineal, casi sin aristas?

¿Quién deja al azar su vida?, ¿será lo mismo azar que destino? Son palabras que fácilmente pueden denotar conceptos muy parecidos. Sin embargo para mí no lo son, no sé para ustedes, quizá solamente soy puntual, quisquillosa a la hora de elegir la palabra precisa.

Para mí el destino es una suerte que ha sido echada, una ruta marcada desde el principio hasta el final; podemos salir del camino, pero luego volvemos.

El azar es dejar a una fuerza ajena a nuestra voluntad: una sentencia, un momento en el tiempo, un anhelo. Es deshacernos del discernimiento, de la claridad, para perdernos, pero no obligados, más bien alentados por nuestras propias incertidumbres. 

A veces estamos tan cansados, hartos de sentir y no sentir, hartos de pasar noches pensando en cómo terminará una de nuestras historias de amor, reales o no, que no nos queda más que el remedio de deshojar una margarita, por ejemplo. 

Para el gran poeta francés, el poema se resolvía a través de las sensaciones. Tal vez una gran metáfora es el azar, no sabemos a ciencia cierta cómo se interpreta. ¿Qué nos quiere decir un número seis, en la suma de un par de dados? ¿Qué nos dice una flor incompleta, de qué situaciones nos advierte una carta de la baraja?

Todo es sentir, todo es percibir, desear, dejarse llevar: los reinos del azar, esos sitios extraños donde nada es, donde todo está por verse.

No sé si alguna vez en mi vida dejaré algo a la chance: que corran libremente los ríos que tengan que correr, que fluyan sus aguas, lo imagino casi imposible, pero podría comenzar con lo más pequeño: arrojar una moneda para hacer o no hacer una llamada, para enviar o no un mensaje, para dar una respuesta deseada o una que no lo es.

¿Qué puede pasar, qué fuerzas me impiden tomar una decisión a través del azar? Si todo fuera como escribir un poema, ordenar y desordenar versos, acomodarlos en la página, lo más probable es que nadie saldría herido, solamente uno que otro lector altamente sensible, pero darle vueltas a la ruleta para resolver un conflicto, una respuesta que nos quita el sueño, una pregunta ineludible, es algo serio.

Alguna vez, y sólo una vez, entren al territorio del poema con los ojos cerrados, vayan por ese silencio, en esa oscuridad, y señalen una línea: el verso que dará el sentido del presente, sin dejar ver un poco más allá. Luego, continúen con la lectura de sus vidas.




***
Jeanne Karen 
(San Luis Potosí, México, 14 mayo 1975). Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Temas como la muerte, la introspección y la complejidad semántica en la comunicación en relación con el autismo y las ciencias exactas como las matemáticas y la física, influyen su trabajo en un debate casi ético. Premio estatal de poesía Viene la muerte cantando (1998) Premio de Poesía Salvador Gallardo Dávalos (1999), de Poesía Manuel José Othón (2002 y 2006) Premio de Periodismo Francisco de la Maza por Publicación o Programa de Difusión Cultural (2009).

Ha publicado los libros: Simulación dinámica (Bitácora de Vuelos, 2015), Cementerio de elefantes (Múltiples editoriales). Hollywood (Ponciano Arriaga), Menta (Ponciano Arriaga).


 

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