viernes. 19.04.2024
El Tiempo
Es lo Cotidiano

Las musas no existen

Julio César Félix

Las musas no existen

Fragmento del proyecto Las musas no existen (en construcción)

El sueño es otra forma de vida. No podría traspasar, sin estremecerme, esas puertas de nácar o marfil que nos separan de ese mundo invisible. Desde los primeros instantes en que el sueño nos domina, realmente es la sombra de la muerte quien se apodera de nosotros, un velado ensueño arrebata nuestro pensamiento y ya no podemos determinar el instante preciso donde el yo, bajo otra forma, continúa la obra de la existencia en un difuso subterráneo que poco a poco dispersa sus tinieblas, para desencadenar en la penumbra de la noche a las pálidas, rígidas e inmóviles figuras que habitan en la morada de los limbos.

  Gerard de Nerval (Aurelia)

                                                                        1
 

NO MÁS NINFAS

Escribo para respirar, escribo respirando, respiro cuando escribo…y bluseo. Uno, dos, tres chasquidos matones. Tan tan.

No magia.

            Decía esto El Bato, entredientes, mientras introducía su pene una y otra vez en la vagina de Chuchita la tamalera, allí detrás de los pasillos de la cocina pública del Mercado:

            No magia, no magia, no magia. Entredientes de nuevo y al ritmo de las embestidas.

[La escena se traslada a una habitación oscura, fría y húmeda].

            Estoy en casa. Hace un clima horrible. El camino está nevado. No hay que salir. El templo está cerca. El camino está nevado. No hay que ir.

La cantina queda lejos, muy lejos.

Iré con cuidado.

            Al Bato jamás le ha importado algo en la vida, y al mismo tiempo finge interesarse por todas las cosas que pasan en ella, sabrá el diablo qué sea eso. Como ponerse a escribir una novela que ya está escrita desde hace

mucho en mis ojos, en mis borracheras, alucinaciones, delirios, y en las charlas con mis amigos (ellos tienen un lugar aparte).

            Este sueño novela narración es el crack de todo mi deseo entero por desconocerme, descomponer mi nombre en sílabas infinitas; churir significados, deformarme en la palabra, a través de ella, como el último ojo que va hacia la aldea de los ciegos.

            Desaparecer.

2

El Barón Castro bien sabe de lo que hablo, con este otro bato he construido castillos en el aire desde que leíamos entre la brisa a Nerval y nos quedaban las manos curtidas de la mezcla de arena, grava y cemento con la que iniciamos a edificar la estructura de la habitación del Tiempo y de la Locura.

            Nosotros siempre hablamos de El Bato y de todas las cosas que le ocurren y que se inventa el cabrón bandido.

            De todo sabe el pinchi  Bato y a todo mundo aprecia, y a todo mundo envía directitamente a chingar a su madre. Es social y antisocial según la ocasión.

            El Bato está loco o nació loco desde que emergió en un vórtice delirante de nuestro universo más que fantástico. Y es de la tierra el bato. Del barrio. Pero ha andado en todos lados, verdaderamente: Sinaloa, Baja California Sur, Guadalajara, DF, Morelos, Sonora, corren por sus venas, pero no se diga San Francisco, Los Angeles, San Diego (en California), Tucson y todo el estado de Arizona, y ya habrá oportunidad de hablar por su errabundez en los países bajos del este de Europa, así…

Igual va por una ballena helaaaaada emperiodicada para tomársela con el compa que está sentado en un balón  desde la mañana y nomás está camelando el punto, midiendo las calles, dicen; y va allí anque  el Kiyiki a comprar; como también se bebe un bucanans 18 años o un juanito caminador blue label en compañía del Gobernador del Mundo.

            Y eso no es nada. Esto es algo mínimo de lo que hace y no he podido o querido narrar, para qué.


Julio César Félix (1975). Es autor de los libros de poesía De noche los amores son pardos (1999), Al sur de tu silencio (2005), De lagos, lagunas y otras danzas (2006), Desierto blues (2006), Imaginario de voces (2008), Mis ojos el fuego (2010), En el Norte ya no hay playas (2011), Laguna’s night club (2013) y Nacimos irritilas en el acuario del mundo (2013). Actualmente radica en Torreón, Coahuila. Obra suya ha aparecido en revistas como Tierra Adentro, Casa del Tiempo, Siempre! Crítica, Periódico de poesía, Punto en línea, Estepa del Nazas, La cabeza del moro, entre otras. Mis ojos el fuego se traducirá próximamente al portugués. Actualmente es becario del PECDA en BCS, en la categoría de creadores con trayectoria. [email protected]