Experimental

Tachas 554 • El dolor compartido • Jeanne Karen

Imagen generada con IA

Jeanne Karen

Al fondo de la calle suena una música triste. Los primeros días del año han transcurrido para mí de una forma muy extraña. He estado poco tiempo en mi casa, he ido de la ciudad al campo muchas veces ya, en un período corto, apenas han sido quince días. 

El cuerpo arrastra un cansancio viejo, una tristeza nueva. De la última hablaba con mi padre, un hombre sabio que casi llega a los ochenta años. Dice él que el dolor que se carga entre toda la familia se vuelve menos, se hace ligero y se va. Pienso que es hermoso creer que así es o que así será para nosotros, que con el amor, la paciencia y el transcurrir de los años, se irá, se desdibujará de nuestras memorias para dejar solamente la luminosa realidad de todo lo bello, de la felicidad que hemos compartido. 

Las alegrías, al contrario, si se comparten se multiplican, se vuelven más poderosas, como las altas olas que van a romperse finalmente a la playa. Lo que disfrutamos, lo que amamos, nos reúne, nos cubre, nos protege, como a los primeros humanos que disfrutaron de una celebración frente al fuego,

Hay una enorme diferencia en la manera en que vivimos el dolor y el gozo, pero si es en grupo, en familia, con nuestras amistades, es siempre más significativo. Compartir la dicha es experimentarla el doble, compartir el sufrimiento es cargar menos. 

El mejor deseo es que tengamos con quienes atesorar los instantes, como por ejemplo partir un pastel de cumpleaños, hacer un viaje, construir una casa, abrir un negocio, escribir en un diario. Lo que hacemos juntos adquiere un significado muy poderoso, es la comunidad manifestándose, la fuerza colectiva, la unión.

En cambio cuando existe un periodo de dolor, de sufrimiento, de tristeza, si lo pasamos en soledad se vuelve más grande, más fuerte, más terrible. A veces he pasado días sola, los pensamientos dan vueltas por mi cabeza, desordenados y me llenan de zozobra. 

Sin embargo escribir también me salva, siento la cercanía de mis lectores, pienso en los mensajes que me han enviado, en los comentarios positivos que me regalan, siento la fortuna de poder expresar libremente lo que vivo, y lo agradezco. Escribir es estar acompañada, es disminuir la angustia y tomar fuerza, es presentir que hay una especie de eco, un mensaje que se repite y que sana. 






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Jeanne Karen 
(San Luis Potosí, México, 14 mayo 1975). Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Temas como la muerte, la introspección y la complejidad semántica en la comunicación en relación con el autismo y las ciencias exactas como las matemáticas y la física, influyen su trabajo en un debate casi ético. Premio estatal de poesía Viene la muerte cantando (1998) Premio de Poesía Salvador Gallardo Dávalos (1999), de Poesía Manuel José Othón (2002 y 2006) Premio de Periodismo Francisco de la Maza por Publicación o Programa de Difusión Cultural (2009).

Ha publicado los libros: Simulación dinámica (Bitácora de Vuelos, 2015), Cementerio de elefantes (Múltiples editoriales). Hollywood (Ponciano Arriaga), Menta (Ponciano Arriaga).
 

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