Tachas 573 • Diciembre • Santiago Venturini
un enjambre de chicas
con anteojos de sol
cruza la calle:
es verano.
las cajeras bostezan
mientras el ojo tecnológico
de un láser
detecta latas botellas piezas
del rompecabezas de una vaca,
y el resplandor de la fotocopiadora
que ilumina doce veces por minuto
la cara de un empleado,
es menos mágico
que las luces de esos árboles
de navidad
bañados con nieve de telgopor
que adornan las vidrieras
de este país tropical.
esas luces esos árboles inflamables
son un oráculo que dice:
vas a ponerte ropa limpia
vas a recibir un regalo
vas a salir a la calle
a medianoche
con el estómago hinchado
a mirar explosiones en el cielo,
y no habrá ningún dios abstracto
detrás de todo eso,
sino el intento de cambiar
una existencia común
con familiares y comida.
el calor reduce el futuro
a un vaso eufórico de soda
y un ventilador
que mueve su hélice
a la velocidad de la luz:
podría tragarse estos dedos,
salpicar las paredes y las sábanas,
pero en cambio
gira discreto toda la noche
a centímetros de mi respiración
con su cabeza mecánica
***
Santiago Venturini (Esperanza, Santa Fe, 1981). Es doctor en letras, profesor universitario y traductor eventual. Publicó El exceso (Torremozas, 2008), El espectador (Gog y Magog, 2012), Vida de un gemelo (Iván Rosado, 2014).