Disfrutes Cotidianos

Tachas 575 • Françoise Hardy: De chica a yé-yé a ícono pop • Fernando Cuevas

Françoise Hardy

Fernando Cuevas

 

Su vocal prístina tenía una melancolía escondida, como pintada con colores pastel que reflejaba una emotividad por momentos desconcertante, alcanzando un nivel alto que contribuía al enfoque susurrante para navegar por la nostalgia de tiempos que parecían, paradójicamente, no haberse ido, acaso convertidos en amores imposibles; sus composiciones transitaron por diversos estilos que fueron del movimiento yé-yé al pop sesentero, de la chanson al folk, para de ahí entroncar con apuntes de blues y rock. Tuvo algunas apariciones en pantalla y en salones de la moda, además de entrarle al mundo de la astrología.

Nació en París en 1944, justo cuando la ciudad era asediada y luchaba por resistir: creció en condiciones precarias al cuidado de su madre, una asistente de contador, y en compañía de su hermana. Recibió su primera guitarra en la secundaria de manos de su padre invisible y se empezó a dejar influir por los sonidos de su tiempo y de su tierra, particularmente de la chanson y de algunos famosos cantantes anglosajones. Se empezó a involucrar en audiciones y asumió su rol de cantautora como el más importante de su vida, abandonando sus estudios en La Sorbona.

Después de una primera grabación titulada Oh Oh Chéri (1962), que incluyó Tous Les Garçons et les Filles, sencillo escrito por ella a los 17 años con influencia de Sergei Gainsbourg, apoyada por el equipo de Johnny Halliday y que tuvo una enorme repercusión, entregó el largo del mismo nombre, Tous Les Garçons et les Filles (1962), abriendo puertas para la presencia femenina con la canción titular insertada también aquí, cual punta de lanza que logró colocarla en la escena del pop europeo, junto a Le temps de l’amour, utilizada por Wes Anderson para una memorable secuencia de Moonrise Kingdom (2012). 

Le premier bonheur du jour (1963), su segundo disco, abrió con la pieza ídem y esa guitarra acústica de pausados acordes, también sosteniendo J'aurais voulu, mientras la decididamente romántica y aderezada L’amour d' un garçon se deja acompañar por un coqueta trompeta. Tras  Françoise Hardy canta per voi in italiano (1963), con algunas versiones en el idioma del Belpaese, entregó Mon amie la rose (1964), integrado por 12 piezas bien contenidas en menos de media hora, con la canción ídem y Et Même, reflexionando sobre esa etapa cuando la relación se ha convertido en un ser extraño, como estandartes del álbum. Siguió con el teutón In Deutschland (1965) y con L'amitié (1965), 

Mientras tanto, entró al mundo de la moda de la mano del fotógrafo Jean-Marie Perier, quien la influyó en términos de imagen, para trabajar con afamados diseñadores como Paco Rabanne, Chanel e Yves Saint-Laurent; a la par empezó una breve trayectoria como actriz en Castillo en Suecia (1963) de Roger Vadin; tras aparecer sin crédito como una secretaria en ¿Qué tal Pussycat? (1965), escrita por Woody Allen y realizada por Clive Donner, figuró en el musical Altissima pressione (Trapani, 1965), en el drama de época Une Balle Au Cœur (1965) de Jean-Daniel Pollet. También sin que figurara su nombre, se le pudo ver en Masculino, femenino (1966) de Godard e interpretó a Lisa en Grand Prix (1966), dirigida por Frankenheimer, y apareció en el film televisivo L'homme qui venait du Cher (Desfons, 1969) y en el drama Les Colombes (Lord, 1972).

Su carrera como cantautora, la que más le importaba, no se detuvo durante el resto de la década: grabó La maison ou j'ai grandi (1966), con la presencia de Morricone en los créditos de Je Changerais d'Avis (Se Telefonando)Ma jeunesse fout le camp... (1967), en tesitura más orquestal que contrasta con la tristeza destilada en las letras, tal como discurre Il N'y a Pas D'Amour Heureux, y el notable Comment te dire adieu? (1968), que incluyó una exquisita versión de Suzanne de Leonard Cohen y un par de cortes de la autoría de Serge Gainsbourg; además exploró el idioma inglés para abrir fronteras a través de Françoise Hardy Sings in English (1966) y En anglais (1969) y One-Nine-Seven-Zero (1970). En estos años entró en contacto con Bob Dylan, The Beatles y The Rolling Stones, ni más ni menos, y con David Bowie, posteriormente.

ACORDES ASTRALES, AMORES PERDIDOS

Para los años setenta, además de meterse de lleno en los terrenos de la astrología y convertirse en madre, buscó alternativas de reinvención que incluía cierta profundización en algunas de sus letras, ampliación de estilos musicales y una imagen más acorde a su condición de artista en proceso de madurez. Presentó Träume (1970), integrado por canciones en alemán con dedicatoria a sus fans de aquellos rumbos; Soleil(1970), con la evocativa canción homónima y La question (1971), confeccionado en compañía de la guitarrista Tuca y que representó un importante y trascendente escalón en su discografía con la canción ídem, cargada de cadenciosa añoranza, y Chanson d'O, como botones de muestra.

Grabó If You Listen (1972) y tras firmar con Warner Brothers, grabó Message personnel (1973), en el que mostró la evolución musical alcanzada, en particular en el plano melódico como se deja escuchar en la canción que da título al álbum; siguió el creciente Entr'acte (1974), álbum elaborado en colusión con la violinista y cantautora Catherin Lara y la producción de Del Newman; Star (1977), producido por Gabriel Yared y con su toque de synthpop, incluyendo alguna composición de Janis Ian, y Musique saoule (1978), infectado por algún sonido cercano al funk y al disco, como Gin Tonic (1980) y A suivre (1981), con la presencia del compositor Vannier, también producidos por Yared y en los que sobrevivían destellos de su inconfundible voz para acompañar romances extraviados.

Entre el incremento del interés por la astrología y las demandas propias de la maternidad, espació sus grabaciones: entregó Quelqu'un qui s'en va (1982) y seis años después, Décalages (1988), en el que participaron varios compositores para ponerle sonidos a sus letras, entre quienes figuraba su todavía esposo Jacques Dutronc. Tras algunos sencillos esporádicos, regresó con el bienvenido y vigoroso Le danger (1996), acechado por la vertiente del rock alternativo muy en tesitura noventera e invadido por las oscuridades inquietantes y melancólicas de Portishead. 

En Clair-obscur (2000) puso a dialogar a Reinhart con Clapton, a Lubrano con Daho e hizo un dueto con Iggy Pop, mientras que en Tant de belles choses (2004), interpretó a Benjamin Biolay y Thierry Streimer, entre otros, y contó con la guitarra de su hijo, en tanto que (Parenthèses...) (2006) se desarrolló en formato de duetos. Escribió su autobiografía bajo el título La desesperación del mono y otras bagatelas (2008) y presentó La pluie sans parapluie (2010) con canciones escritas por ella en tono más personal y abierto, para encontrarse con L'amour fou (2012), álbum que compartió título con una novela de la cantautora.

Después de una ausencia de cinco años tras caer enferma, todavía tuvo el ánimo de regresar para grabar Personne d'autre (2018), con el apoyo de diversos compositores y entre cuyas canciones se encontraba Le Large, emotiva canción cuyo video fue dirigido por François Ozon. Finalmente, se publicaron los álbumes recopilatorios Quelques titres que je connais d'elle, Vol. 1 (2023) y Quelques titres que je connais d'elle, Vol. 2 (2023). La madre, cantautora, actriz, escritora, modelo, astróloga e ícono imbatible de la cultura pop, falleció el 11 de junio del 2024 en su ciudad natal.



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