Experimental

Tachas 589 • Lectores a través de una ventana • Jeanne Karen

Imagen generada por IA

Jeanne Karen

 

Estaba sentada en una cafetería al norte de la ciudad, entre un río y una bulliciosa avenida, cuando me detuve a mirar por la enorme ventana que da a un jardín; del otro lado del muro de cristal estaba sentada una muchacha, una joven de poco más de veinte años, tenía puestos un par de lentes, -igual que yo-. De pronto sacó de su bolsa un hermoso libro, no alcancé a leer el título, pero en la portada se alcanzó a vislumbrar el vuelo de un pájaro y algo parecido a un atardecer. 

Me emocioné, sonreí para mí misma, sin que ninguna otra persona notara mi gesto. Le di un sorbo a mi café helado, seguí mirando por las ventanas, pero en otra dirección.

De pronto sentí algo y comencé a hilar más y más sensaciones, que luego fueron convirtiéndose poco a poco en una idea. Surgió como la bola de nieve, primero un copo, luego, mientras cae por la ladera de la mente se convierte en una bola enorme que se lleva todo a su paso.

Pensé entonces en algo conmovedor, algo que me pareció muy importante, pero primero quise dibujar para mí misma una escena: una chica o un chico, en otra ciudad, tal vez en el extranjero, que está en la banca de un parque o también en un café y que sostiene un libro entre sus manos, del que se alcanza a ver la portada. ¿Alguien en ese lugar o en un mundo paralelo, estará leyendo un libro de poemas de una escritora como yo?, ¿alguien irá a nombrar el cielo con un verso, escribirá palabras sueltas o ininteligibles para iniciar un nuevo poema?, ¿una persona de otra urbe, de otra tierra estará atenta al ritmo, al sonido de la poesía contenida entre las páginas de un bello poemario?

Como escritores, como poetas, creo que necesitamos sentir que así es, que siempre habrá un lector, por lo menos, para nuestra obra y que quizás un lector va a guardar un párrafo, una frase, un verso, entre sus citas más preciadas.

A veces deseo llegar hasta el corazón del solitario, de la soñadora, de esa persona que lee en la parada del autobús, en una fila, en la mecedora de un patio.

Hoy quiero cerrar mis ojos e imaginar que en ese otro sitio, en ese universo paralelo, estará una lectora y cerrará también sus ojos para imaginar que hay una mujer que escribe una columna, imaginando que alguien lee sus libros, mientras la vida sigue, con el ruido de los autos que pasan por la avenida y el rugir de un río al que nada contiene.

 






 

 

***
Jeanne Karen 
(San Luis Potosí, México, 14 mayo 1975). Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Temas como la muerte, la introspección y la complejidad semántica en la comunicación en relación con el autismo y las ciencias exactas como las matemáticas y la física, influyen su trabajo en un debate casi ético. Premio estatal de poesía Viene la muerte cantando (1998) Premio de Poesía Salvador Gallardo Dávalos (1999), de Poesía Manuel José Othón (2002 y 2006) Premio de Periodismo Francisco de la Maza por Publicación o Programa de Difusión Cultural (2009).

Ha publicado los libros: Simulación dinámica (Bitácora de Vuelos, 2015), Cementerio de elefantes (Múltiples editoriales). Hollywood (Ponciano Arriaga), Menta (Ponciano Arriaga).

 

[Ir a la portada de Tachas 589]