Tachas 601 • A favor del aburrimiento • Jeanne Karen
Jeanne Karen
Desde Sor Juana hasta Kierkegaard hemos visto pasar ante nuestros ojos en algunas lecturas el tema del aburrimiento. La psicología le da el tratamiento de emoción y a partir de ese punto lo describe, lo desglosa y trata de que las personas lo superen, si es que sea el caso, porque habrá los raros, los cómodos, que prefieren quedarse con esa emoción o mejor dicho, en ese estado de la mente.
Estar sin nada qué hacer -aparentemente- nos lleva a desarrollar una intensa vida interior, un debate casi constante entre la realidad, lo palpable, y lo que no lo es.
Dentro de nuestras mentes se gestan mundos que sin el supuesto aburrimiento no serían posibles. Estar constantemente ocupados, peor aún: deleitados, solamente nos lleva al fracaso, nos lleva a repetir hasta el cansancio las fórmulas de otros, las alegrías de otros, las formas de ser de los otros, y a perder la capacidad de tramar para nosotros mismos un universo que no es posible sin nuestra calma, sin la introspección, sin el silencio.
Estar aburrido no es algo que haya que temer, no es algo que haya que evitar. Ser aburrido es otro tema, que algún día trataremos en esta su querida columna Experimental. Es más, el nombre de la columna es una señal, hay que partir de ahí, del experimento, de las hipótesis, de la invención. No todo está dicho, no todo está escrito, ni remotamente. La fuerza de nuestras inteligencias va más allá. Somos tan revolucionarios que hemos construido máquinas sorprendentes, con todo lo que conlleva, lo material, lo virtual. Hace falta mucho tiempo, demasiadas horas de ocio, para seguir construyendo, descubriendo.
Leí en la red que no hay peores enemigos para el capitalismo que el regalo y el aburrimiento, y lo creo. Ustedes van a tener que echar a volar su imaginación para saber por qué, pero les diré lo que pienso: el regalo nos lleva a compartir, a no gastar, a dar nuestro tiempo y nuestra mano de obra o nuestra inteligencia -el ingenio para hacer algo-, y el aburrimiento nos lleva al no consumo, al estar quietos, al no agregar nada a los carritos de compras, al ahorro; además nos permite ser creativos, encontrar salidas. El aburrimiento nos lleva a pensar fuera de la caja, nos empuja a salir a flote. Como ven, hasta ahora parece que no es del todo negativo. Si lo buscamos no estamos buscando en sí un daño, un mal.
Muchos escritores, escritoras, poetas, lo encontramos fascinante -cuando llega-; porque para ser sincera, en mi caso, ha llegado tan pocas veces que incluso puedo recordarlas, porque fue como un barco que vislumbraba entre las aguas, pero que jamás llegó al puerto, no dejé que llegara, los vientos de la inquietud lo alejaron cada vez, no por temor, no, más bien porque las exigencias de mi pensamiento no le daban oportunidad de arribar a mis días.
Nada tiene la obligación de entretenernos todo el tiempo, ni aunque paguemos por ello, porque el estar en paz o estar divertidos solamente depende de nuestra propia mentalidad.
Las personas que tienen aburrimiento tienen también la ocasión de experimentar una lluvia de ideas y creatividad. Estar aburridos es salvarnos del consumo excesivo, estar aburridos es dejar de ser parte de las acciones del mercado. Estar aburrido es como traer un traje rojo entre un mar de personas de trajes negros; hay que sacarle provecho.
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Jeanne Karen (San Luis Potosí, México, 14 mayo 1975). Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Temas como la muerte, la introspección y la complejidad semántica en la comunicación en relación con el autismo y las ciencias exactas como las matemáticas y la física, influyen su trabajo en un debate casi ético. Premio estatal de poesía Viene la muerte cantando (1998) Premio de Poesía Salvador Gallardo Dávalos (1999), de Poesía Manuel José Othón (2002 y 2006) Premio de Periodismo Francisco de la Maza por Publicación o Programa de Difusión Cultural (2009).
Ha publicado los libros: Simulación dinámica (Bitácora de Vuelos, 2015), Cementerio de elefantes (Múltiples editoriales). Hollywood (Ponciano Arriaga), Menta (Ponciano Arriaga).
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