Experimental

Tachas 622 • Cartas Sin Terminar • Jeanne Karen

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Jeanne Karen

 

Buscaba entre mis libretas de apuntes algunas anotaciones, series de citas que guardé hace tiempo y que necesitaba releer para poder escribir, como una guía, como faros en la niebla que me conducen hacia buen puerto. No encontré nada, sin embargo, entre tantas hojas y líneas, hallé una pequeña anotación que dice solamente: cartas sin terminar. Obviamente no sé, no recuerdo a qué se refiere la frase, no sé nada, no hay un contexto, ni antes, ni después dejé alguna seña, alguna idea de qué se trata.

Sin embargo, entiendo que algo debió preocuparme, quizás todas esas cosas que son importantes, que las hacemos, pero que al final, por alguna razón no les damos un cierre, no hay un final. He escrito cartas, -ahora correos electrónicos-, que no envío, que se quedan guardados en el cajón o en la bandeja de borrador, pero que jamás son lanzados a su destino. A veces quiero decir tanto y no me atrevo, otras veces me arrepiento justo cuando termino de escribir la última línea y cierro mi sesión.

La sensación de encontrar una vieja carta no enviada debe ser emocionante, sin importar si estaba llena de noticias tristes o felices, el simple hecho de leer sobre los acontecimientos de hace mucho tiempo, debe darnos un poco de inspiración. Me encantaría encontrar en algún sitio, en algún rincón perdido, dentro de un viejo libro quizá, una nota, una pequeña carta dirigida a alguien que jamás conocí, me encantaría poder leer unas líneas, imaginar a las personas involucradas en la misiva, imaginar también qué relación guardaban, cuáles eran sus secretos.

De alguna manera, todos somos a veces como esas cartas que no se envían, como esas palabras que jamás alcanzaron a leerse, que nunca tuvieron una respuesta. Permanecemos como en un sobre cerrado o en una pequeña hoja, con la ambigüedad de un tema entre manos, con una extrañeza que nos habita. 

Nos cuesta descubrirnos, dejarnos leer en voz alta, adivinarnos. A veces nos cuesta compartir lo que somos, aunque sean los sueños o el dolor. Todo pesa más en el silencio, como si las palabras, las promesas, los poemas, se convirtieran en piedra, como esas piedras raras, de las que escribió Roger Caillois, en su libro Piedras, -precisamente-, en el apartado Metafísica, en el texto: Una idea de la inmortalidad. Y quisiera creer en nuestras cartas no terminadas como esas piedras raras, conservarlas como pequeñas obras de arte, como anhelos, como insignias, o mejor aún: como la certeza de que alguna vez vivimos, amamos y estuvimos aquí. 

 

 





 

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Jeanne Karen 
(San Luis Potosí, México, 14 mayo 1975). Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Temas como la muerte, la introspección y la complejidad semántica en la comunicación en relación con el autismo y las ciencias exactas como las matemáticas y la física, influyen su trabajo en un debate casi ético. Premio estatal de poesía Viene la muerte cantando (1998) Premio de Poesía Salvador Gallardo Dávalos (1999), de Poesía Manuel José Othón (2002 y 2006) Premio de Periodismo Francisco de la Maza por Publicación o Programa de Difusión Cultural (2009).

Ha publicado los libros: Simulación dinámica (Bitácora de Vuelos, 2015), Cementerio de elefantes (Múltiples editoriales). Hollywood (Ponciano Arriaga), Menta (Ponciano Arriaga).


 

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