Marketing político y redes sociales

“Meade, Anaya y López, junto con los partidos que los proponen, están usando las prerrogativas de ley para hacer campaña electoral de forma velada o cínica –como quiera verse-, asunto que técnicamente los pone fuera de la Ley Electoral…”

Marketing político y redes sociales

En el campo de la política contemporánea, la lucha electoral ha sido tomada literalmente por la publicidad y marketing político. Se dice que si hubiera “buenos productos” o “buenos candidatos” no sería necesaria toda la parafernalia publicitaria, ni las estrategias mediáticas que despliegan los partidos políticos y sus candidatos y candidatas para buscar ganar las elecciones, estrategias a las que somos expuestos en contra de nuestra voluntad.

Si bien en el caso de México la nueva legislación electoral ya tiene cada vez más regulaciones, sigue siendo todo un desafío para una persona salir ileso mental o emocionalmente después de escuchar y ver cientos de miles de spots y promocionales en radio y televisión.

En especial, en esta etapa del proceso electoral, la “precampaña”, que en teoría va dirigida sólo a los simpatizante y militantes de los institutos políticos con registro, pensada en el supuesto de que en un partido o coalición hubiera dos o más contendientes a algún puesto de elección popular y se dirimiera la designación por parte de lo smilitantes mediante algún método de consulta o de selección.

En este proceso electoral federal no hay tal competencia interna, ya que cada una de las tres coaliciones se ha decantado por un solo candidato, por lo que la publicidad de estas precampañas en medios es innecesaria. Meade, Anaya y López, junto con los partidos que los proponen, están usando las prerrogativas de ley para hacer campaña electoral de forma velada o cínica –como quiera verse-, asunto que técnicamente los pone fuera de la Ley Electoral. Habrá que ver qué resuelve el INE después de todo este despliegue publicitario, de alguna manera tramposo, a costa del dinero público, de nuestro dinero.

En las redes sociales –Facebook, Twitter, Whatapp y otras- se van publicando y compartiendo memes, videos, notas, que buscan promover a partidos y candidatos. Se promueven encuestas de preferencias electorales, que se suman a la cobertura en portales web de un buen número de periódicos digitales nacionales, a los que se agregan los que cada vez toman mayor presencia y prestigio por su pertinencia y calidad. Portales de noticias como Animal Político, Sinembargo, Reporte Índigo, Aristegui Noticias, entre otros, van desarrollando un periodismo de investigación, urgente y necesario. A nivel estatal, proyectos en medios digitales como Zona Franca, Avenida Digital, Es lo Cotidiano, El Otro Enfoque, entre otros, que buscan crear espacios reales de comunicación, para fomentar y preservar la libertad de expresión e informar desde otras voces y miradas, y con ello promover la oportunidad de conocer y crear nuevos puntos de referencia, para que de alguna manera se cuente con un juicio informado y se contribuya y apoye a formar una ciudadanía critica, libre y participativa, en donde la información de calidad sea un elemento sustancial para mejorar las condiciones sociales y de vida –de todos y de todas- y para tomar decisiones, incluyendo las electorales.

Lo que está sucediendo en las redes es algo que habrá que estudiar a fondo, investigar qué sucede ahí, conocer qué se ve, qué se consulta, qué se lee, indagar cómo se genera lo que se llama tendencias, entender las pautas de cómo se distribuye un meme, qué hay en la base de escribir un twitt y qué provoca el retwitteo de una nota, de un comentario, de una fotografía, de texto, y con ellos entender y comprender el cómo se comportan los usuarios de las redes sociales, y bajo qué supuestos las personas van aceptando como cierta la información, entender qué sí le creen, a quién sí le creen: ¿al medio, a los conocidos, a los amigos en esas redes?

El tema no es menor, ya que el espacio de internet y las redes sociales son un “ambiente” libre para crear, opinar, compartir, y en el que se difunden –necesariamente- juicios de valor, se exaltan prejuicios, se difunde propaganda, se promueven ideologías, se hace publicidad y marketing político, por lo que hoy se juega ahí parte la lucha política electoral en estos tiempos, y debe ser investigado.

Las redes sociales son un espacio privilegiado para conocer visiones y perspectivas desde la pluralidad, desde la diversidad de opiniones y posiciones, ya que desde el respeto a la libertad de expresión, a la libertad de prensa, permite ver y conocer una fracción de los cientos de miles de formas de pensamiento, ideologías y propuestas, unas convergentes y otras disímbolas, unas muy originales y otras más, réplicas y copias de temas y estrategias ya usados en otros momentos y por otros. Sin duda, el mejor ejemplo de esto último es la estrategia de campaña de la coalición PRI-Verde-Nueva Alianza, al menos en las acciones de publicidad desplegadas hasta ahora en las redes sociales.

Por ahora estamos cautivos. La publicidad de la contienda electoral en radio y televisión literalmente nos satura. En las redes sociales tenemos que estar en un modo de “alerta crítica”, para discernir sobre lo que se sube y reconocer las estrategias publicitarias que se difunden ahí. Estar conscientes de que se usa la mentira, el engaño, la difamación y el miedo, como mecanismos de un marketing político que no tiene escrúpulos cuando se trata de vender y embaucar a las y los ciudadanos