martes. 16.04.2024
El Tiempo

No naturalizar las violencias • Arturo Mora Alva

“Partir de que el delito siempre ha existido […] es lavarse las manos…”

No naturalizar las violencias • Arturo Mora Alva

El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política.
Simón Bolívar
 

La justicia sin poder no sirve de nada, está vacía, pero el poder sin justicia es sólo violencia.
De la película Fighter in the Wind

El problema de las violencias en Guanajuato crece. No hay resultados que indiquen que el “Golpe de Timón” haya funcionado. El discurso quedó sin contenido en materia seguridad pública y los muertos se incrementan junto con los desparecidos y con las fosas clandestinas que se descubren cada semana. Los datos están a la vista, pero, para las autoridades del Estado hay otro Guanajuato, en el que “Todos estamos bien”.

Recientemente se publicó que: “Celaya, México, es la ciudad más violenta del mundo con casi 110 homicidios por cada 100.000 habitantes. La violencia y la inseguridad en México están tomando niveles delicados, según recientes informes de seguridad. Según el INEGI, más de la mitad de los mexicanos no se sienten seguros en el lugar donde viven. Y no sólo eso: según una investigación del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, 7 de las 10 ciudades más violentas del mundo se encuentran en territorio mexicano. Ninguna se encuentra inmersa en un conflicto bélico”. 

“David Saucedo, consultor y asesor privado en materia de Seguridad, explica que gran parte de la violencia en Celaya se debe a los enfrentamientos entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y el de Santa Rosa de Lima. En las calles de Celaya se comercializa el cristal azul por el Cártel de Santa Rosa de Lima, es una sustancia muy barata y de alto poder adictivo; el CJNG comercializa el cristal blanco […] hay varios narcomensajes donde se pide que dejen de comercializar uno u otro, es una guerra por el cristal. Un factor que ha incrementado los homicidios es que los narcomenudistas optan por vender cristal de la competencia, entonces las organizaciones que les suministran el producto los asesinan”.

Señala Saúl Arellano que “Si fuese país, Guanajuato sería de los más violentos del mundo”: De acuerdo con los datos disponibles sobre la incidencia delictiva a nivel municipal, en el estado de Guanajuato hay cinco municipios donde las tasas de homicidio están por arriba de 100 víctimas por cada 100 mil habitantes. Así, el peor caso se encuentra en Santiago Maravatío, donde el indicador es de 208 casos por cada 100 mil habitantes. Literalmente, en términos de este indicador, sería más peligroso vivir en Santiago Maravatío que en Siria”.

Hace unos días Sophia Huett, responsable del Secretariado Ejecutivo Estatal de Seguridad y fue comisionada de la Unidad de Análisis y Estrategia de Seguridad Ciudadana del Estado de Guanajuato, publicó bajo su firma un artículo con el título Más y mejor seguridad . En el texto, simple y llanamente se invita a naturalizar el delito y con ello las violencias. En el artículo se hace también una descalificación simplista de cualquier oferta, propuesta o promesa que se haga en relación con la Seguridad Pública, en alusión a las campañas políticas que están en marcha.

Estudiar científicamente el tema se la Seguridad Pública nos remite a la necesidad de entender la situación estructural de las sociedades y la manera en que la organización social se desarrolla, asumiendo la función del Estado como garante de la seguridad de bienes y personas, dejando claro que las tareas de prevención del delito son elementos claves para inhibir la acción antisocial. Partir de que el delito siempre ha existido, y con ello justificar la inacción del aparato institucional de seguridad pública y querer justificar la falta de competencias de quienes tienen la tarea de hacer valer las normas y ofrecer una administración profesional de la justicia apegada a la ley, es lavarse las manos.

El tema de la seguridad pública es complejo. Se requiere comprender los procesos y las dinámicas sociales que inciden en todas las violencias que se manifiestan. Unas están ancladas en situaciones de orden cultural y otras fincadas sobre el abuso del poder. La gran mayoría de las acciones de discriminación, que alientan las prácticas de violencias en que estamos inmersos, y que se han configurado como dominantes, nacen de un modelo patriarcal y capitalista, en el que desigualdad económica y exclusión social son legitimadas con el aval de las estructuras institucionales, con una buena dosis de machismo, racismo y clasismo, y dan paso a la discriminación, homofobia, transfobia, misoginia y maltrato de niñas, niños y adolescentes. Con ello se quiere seguir naturalizando las violencias, incluidas las desapariciones, trata de personas, feminicidos y homicidios dolosos, ante la impunidad, ineficacia y corrupción del aparato de seguridad pública y de justicia.

La realidad sobre el crimen organizado y el narcotráfico requieren no sólo acciones de fuerza; también un verdadero proyecto social de prevención del delito, de acciones de trabajo social y comunitario para desarrollar un tejido social, que se nutra de la interacción sana entre las personas. Se requiere una visión social del desarrollo, y no sólo gobernar para las élites económicas y para la seguridad del capital extranjero. También se requieren resultados de los responsables de la seguridad pública en Guanajuato, transparencia y rendición de cuentas, al menos.

Se requieren programas y acciones de prevención de adicciones y brindar oportunidades de empleo digno, permanente y bien remunerado, además de dar valor social a la educación y crear verdaderos trayectos de movilidad social.

Se necesita refundar el sistema escolar, dando reconocimiento e ingreso a todo el magisterio en todos los niveles del sistema educativo, así como implementar políticas públicas creadas junto con la sociedad civil para poner la cohesión comunitaria como principio de lo que debería impulsar y construir un buen gobierno.

Se podrían retomar experiencias como las Cuidad Juárez y el Paso como referentes, e invitar a los responsables del gobierno de todos los niveles a desarrollar acciones que aborden las ”8 Dimensiones”, en relación con la cohesión comunitaria.

Esto sería un buen punto de partida si en realidad queremos un Guanajuato con justicia y paz.

No podemos permitir que se naturalicen las violencias, y menos desde el gobierno del estado.

Dimensiones para la construcción de un enfoque multidimensional