Opinión • Misterio • Arturo Mora

“Es un misterio el que la libertad esté tan acotada y la rebeldía sea vista de mala manera…”

Yo no creo en la felicidad, si le digo la verdad. Creo solamente en la inquietud; o sea, nunca estoy feliz del todo, siempre necesito hacer otra cosa. Pero admito que en la vida hay felicidades que duran diez segundos, o incluso media hora.
Umberto Eco

Cuando la herida ya no duele, duele la cicatriz.
Bertolt Brecht

Si alguien lee para ti, desea tu placer; es un acto de amor y un armisticio en medio de los combates de la vida.
Irene Vallejo

Nuestros refugios frente al mundo: libros, el mar, y la soledad.
Virginia Woolf

 

 

 

Hay preguntas que atizan la conciencia de algunas personas. Entre que la historia se olvida, con los supuestos aprendizajes que la experiencia nos debió dejar, y que -entre el desdén y la desidia- nuestros graves problemas pudieron dejar de serlo hace mucho tiempo. 

Sin embargo, el poder capturado por unos pocos, y la riqueza concentrada en unas cuantas personas, hacen que el modelo de social y su base económica sigan funcionando como un imperativo que se desarrolla ágil y de manera perversa, para sostener una dinámica social que se muestra comprensiva e indulgente con las aberraciones con las que se justifican y avalan los abusos y se instalan los mecanismo del control social, sin que tengan -esas élites- un poco de decencia y conmiseración a la hora de usar el poder y al momento de tomar sin escrúpulos las ganancias y beneficios.

¿Qué puede explicar el abuso del poder? ¿Cómo entender que la riqueza acumulada es un exceso, por donde quiera verse? ¿Cómo comprender el actual nivel de la concentración de la riqueza, acentuado como nunca en la historia de la humanidad?  ¿Cómo aceptar que, si cada uno de los cinco hombres más ricos del planeta gastara un millón de dólares diarios, les llevaría 476 años agotar su riqueza conjunta? ¿Cómo encontrar sentido a la explotación de la naturaleza, del agotamiento de los recursos no renovables y del deterioro ambiental en aras de ganar dinero? 

Es un misterio que, aun sabiendo lo que sabemos de economía, sigamos avalando un modelo socioeconómico que no reparte los beneficios del trabajo, ni paga con justicia el valor del mismo.

Son un misterio las alianzas del poder político con el económico, tanto en las esferas sociales como en las de la producción de bienes y servicios, en las que hacen de las suyas y se dedican a las estafas y al engaño de quienes tienen necesidades y hambre, al extremo de hacerlos desechables, después de exprimirles la vida.

Las mayorías humanas están condicionadas a través de prácticas ideológicas, ya sean políticas, religiosas y culturales; de ahí, buena parte del control social, la manipulación y el fanatismo, No hay cambios porque dejamos pasar las posibilidades de tener conciencia de la realidad, y de actuar en consecuencia.

Es un misterio el que la libertad esté tan acotada y la rebeldía sea vista de mala manera. Pensar en lo que nos toca hacer es cada vez es más difícil, y más cuando el individualismo reduce las oportunidades de estar con otros de forma sana y con una actitud de colaboración y participación para crear condiciones para la igualdad económica y para la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres. Sobre todo para el cumplimiento de los Derechos Humanos para todas las personas, en todas las naciones, para todas razas, edades, géneros, creencias y las costumbres que forman parte del entramado sociocultural.

El misterio se devela cuando tomamos conciencia de la realidad, tanto en lo social como en lo personal, cuando entendemos que todos y todas buscamos la felicidad, pero sin ingenuidad, esa felicidad que se traduce en hechos, obras y no sólo son palabras

Arundhati Roy, escritora y activista india, escribió: 

Amar. Ser amada. No olvidar nunca la propia insignificancia. No acostumbrarse jamás a la violencia indecible ni a la vulgar disparidad de la vida a nuestro alrededor. Buscar la alegría en los lugares más tristes. Perseguir la belleza hasta su guarida. No simplificar lo complicado ni complicar lo que es simple. Respetar la fuerza, nunca el poder. Y, sobre todo, estar atentos. Tratar de comprender. No mirar nunca hacia otro lado. Y nunca, nunca olvidar.

Los misterios se pueden resolver. Es tiempo de que con disciplina, fuerza de voluntad y rebeldía, se empiece a preguntar sobre lo que pasa en la realidad, y asumir el costo de cuestionar las formas sociales y las prácticas educativas, de revisar las dinámicas y las estructuras familiares vigentes. De revelar los secretos de familia y hacer del misterio el reto intelectual y emocional para descifrar los trucos, los engaños y las ilusiones con las que hemos sido domesticados y controlados.

Hay muchos misterios, y muchas personas quieren conocer las verdades que la vida encierra, y a la vez conocerse y resolver lo que nos lastima y nos limita. Éste es el reto más importante para hacer que la vida valga la pena, y que los misterios resueltos se conviertan en fuerza de la verdad, y en una autenticidad humana que nos haga buenas personas.