sábado. 15.03.2025
El Tiempo

Silencio y Navidad • Arturo Mora

“No es lo mismo callarse que guardar silencio, pero pareciera que es igual…”
Silencio y Navidad • Arturo Mora

Quería volver a ser niña, porque las rodillas raspadas se curan más rápido que los corazones partidos.
Clarice Lispector

Estamos hechos de carne, pero tenemos que vivir como si fuéramos de hierro.
Sigmund Freud

Puedo soportar cualquier dolor siempre que tenga un significado.
Haruki Murakami

La vida es agradable. La muerte es pacífica. Es la transición la que es problemática.
Isaac Asimov


Es Navidad desde finales de octubre. Las luces se encienden siempre antes, mientras que las personas son cada vez más intermitentes. Yo quiero un diciembre con las luces apagadas y con las personas encendidas.
Charles Bukowski



Para Antonio Cruz Pérez, in memoriam

El silencio lo asociamos a la paz, a la tranquilidad, a la reflexión, a la posibilidad de serenar los pensamientos -meditar- nos enseñan las filosofías orientales. Pero también el silencio es vacío, desolación, soledad y melancolía. Nada habla tan fuerte como el silencio. 

La palabra que se suscita desde el silencio nos abre la posibilidad de escuchar, y es oírnos si dejamos que el silencio sea lugar donde germina el otro. El silencio es a la vez un océano de emociones, de sentidos en alerta que estallan como olas en playas siempre inéditas, de sentimientos que corren como corrientes submarinas y mueven mares con el influjo de la luna. El silencio nos sumerge en la vida misma y nos arroja a la inmensidad del lenguaje y al infinito del universo donde el silencio habita.

En la infancia no pude hacerme una idea clara de las celebraciones de Navidad. Creo que pude entender algunos de los rituales de Año Nuevo que hacían algunas familias cercanas y algunos vecinos. No entendía por qué se prendían hogueras y se pasaba en vela al cobijo de bebidas alcohólicas, y no comprendía el cómo las más de las veces la cena de Navidad, si la había, o la despedida del año viejo,terminaban de pronto en lamentos, gritos, reclamos, enojos, llanto, en nostalgias pasadas queriendo ser ahogadas en alcohol y con sollozos y lágrimas. 

Las ausencias sin duda pesaban, lo entendí mucho tiempo después. Pero, también, la convocatoria de la familia a reunirse en estas fechas era el pretexto para la exhumación de los reclamos, en el contexto navideño que pareciera ideal para dar salida a los rencores y a las envidias acumuladas en el año. Ahí aprendí que guardar silencio era una posibilidad para sobrevivir siendo niños en un mundo adulto. El silencio puede ser un refugio.

Tenemos una sociedad que le dio un lugar terrible al silencio y lo ha convertido en secreto. No es lo mismo callarse que guardar silencio, pero pareciera que es igual. Hemos hecho del secreto un mecanismo de negación, de evasión, de resistencia y de oclusión, que no han ayudado a que laspalabras nombren las cosas como son y den paso a la verdad, a lo real, para poder vivir con tranquilidad. El secreto carcome el alma, roe el espíritu humano, hace nudos en la garganta y nos lleva sin misericordia y sin piedad a la culpa. Vivir con culpa es un no vivir.

Hemos cultivado la fantasía y la ilusión y hemos dado paso a la imaginación para creer que no sucedió lo que pasó.Hemos querido dar interpretaciones a los hechos para evadir la realidad y para hacernos sentir como si las cosas no hubieran pasado. Con lo cual no hemos aceptado enfrentarlos hechos y los hemos callado, como si sepultar lo que pasófuera la única solución posible, y dando lugar a un silencio cómplice, creyendo que desaparecerán también las consecuencias de lo que se vivió, queriendo eximir responsables de los daños causados.

Tal vez la Navidad mexicana es sinónimo de catarsis para muchas familias; también es refrendo de que todo estará bien para otras. Para unas será tiempo del recuento de logros y fracasos, pero también de remembranzas y añoranzas y de poner en ideales en palabras, los deseos que están anidados en el corazón y que al final de cuentas son la esperanza de que todo será mejor. Hacer silencio en estos tiempos pude ser un ejercicio de vida y honestidad con uno mismo.  

Tomo dos poemas para evocar al silencio. Les invito a leerlos y a dar espacio en los próximos días al silencio en esta Navidad.

La breve palabra
A veces el silencio
es la palabra justa,
la que enciende las luces,
la que mejor se escucha,
la que place o se sufre
cargada de milenios,
la que otorga hermosura,
la flor del pensamiento.
Es ese momento
de la clara armonía,
de la mejor tristeza,
de la entera alegría.
Es el gran fundamento
que ronda a la grandeza:
tu palabra y la mía
habitan el silencio.
Por eso la palabra
debe ser pronunciada
como una ceremonia
con aire de campanas,
una fiesta del alma,
farol del pensamiento,
porque fue generada
por el mejor silencio.
Hamlet Lima Quintana



Silencio
Así como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.
Octavio Paz