Las fuerzas armadas sirven a la patria sirviendo al pueblo.
Evita Perón

En un evento sin precedentes, el presidente Enrique Peña Nieto se reunió el pasado 28 de marzo en el campo militar con miles de miembros de las fuerzas armadas y sus familias: “Oficialmente eran 32 mil soldados y marinos con sus familias (a los que se sumaron 86 mil 564 que vieron la transmisión en las 12 regiones militares; en suma, más de una tercera parte de todo el personal de las fuerzas armadas)”. La Jornada, 29 de marzo 2017.

Las Fuerza Armadas son una gran institución del estado y hasta hace pocos años gozaban de la más alta calificación y confianza de la ciudadanía de entre todas las instituciones del Estado Mexicano, su labor en tareas de ayuda a la población en especial en situaciones de desastre con el Plan DN-III-E para auxilio de la población es la mejor muestra de su trabajo en favor de la población.

Sin embargo, el hecho de que las instituciones de seguridad pública, policías estatales y municipales de una buena parte del país fueran coludidas y corrompidas por el crimen organizado y el narcotráfico, obligó al expresidente Felipe Calderón a sacar a los soldados de los cuartes, lanzándolos a una peligrosa guerra contra la delincuencia común, sin estar preparadas para realizar tareas de seguridad pública, ya que no es su función constitucional.

Desde finales del año pasado el General Cienfuegos, Secretario de la Defensa, ha pedido al Congreso de la Unión un marco jurídico que justifique, regule y legitime la presencia de soldados y marinos en las calles, es decir, que pueda seguir haciendo tareas propias de policías. Situación que sigue en debate en torno a una Ley de Seguridad Interior. Cabe recordar el propio General Salvador Cienfuegos ha dicho la función del Ejército se ha “desnaturalizado” desde que está en la lucha en contra de los cárteles de la droga y del crimen organizado.

Por otra parte, desde que inicio el sexenio actual, no habido una semana en que las fuerzas armadas no figuren como noticia en los medios masivos de comunicación, en clara estrategia de comunicación social para enaltecer al Ejército y a la Marina, y a la vez de mostrar el gasto e inversión en instalaciones,  escuelas militares, armamento y flotas aéreas y navales para la estructura castrense, como una mínima deferencia para las instituciones militares, a las que se les ha ordenado poner orden y control en tareas propias y exclusivas de poder civil.

Entre todo esto, asombra el evento realizado en el Campo Militar No.  1 el pasado 28 de marzo, tanto por su dimensión y escenografía, como por el mensaje de Peña Nieto, mensaje completo que se puede leer diversos medios.

El mensaje expresado es un acto de apoyo incondicional a las fuerzas armadas y éste es natural, sin comprendemos que el primer mandatario de la Nación es a su vez el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, se puede leer que el mensaje se nota improvisado, por la estructura que sigue, lo que se puede corroborar viendo el video del discurso del presidente, que cuenta con múltiples fallas de dicción y de construcción del discurso oral, y en el cual se hace una defensa a ultranza de las instituciones que arropan a soldados y marinos, a la vez de que Peña Nieto ocupó el foro para hacer un recuento de los logros de su mandato, “las reformas”, destacando los apoyos que su gobierno ha dado a los militares y descalificando algunas declaraciones que se han hecho en relación a la participación de soldados y marinos en acto violatorios de derechos humanos, en una especial dedicatoria al presidente de Morena. Todo apunta, desde una interpretación particular, a mostrar  que el Presidente de la República sólo hace cosas correctas, pertinentes y buenas, y que las fuerzas armadas son inmaculadas, pulcras y ejemplares.

Apenas el pasado 22 de marzo, a propósito de las declaraciones hechas un día antes por José Carlos Beltrán Benítez, director general de Derechos Humanos y general brigadier de justicia militar de la SEDENA, en el que se defendía a la SEDENA en relación a las declaraciones sobre el no respeto a los Derechos Humanos, el ombudsman Luis Raúl González Pérez, presidente la Comisión Nacional de Derechos Humanos, exhortó a la Secretaria de la Defensa Nacional “a cumplir y no sólo aceptar las recomendaciones por violación de derechos humanos cometidas por militares, indicando que desde 2006 a febrero de 2017, la CNDH ha recibido 10 mil 667 quejas contra elementos castrenses y ha emitido 124 recomendaciones por: tortura, detención arbitraria, desaparición forzada y ejecuciones sumarias extrajudiciales”.

El evento del pasado 28 marzo con la SEDENA, fue un acto que demuestra la profunda soledad en la que se encuentra el presidente de la nación y la necesidad que tiene de ser escuchado y aplaudido. Su gabinete no logra respaldarlo, lo deja solo, no le da información, no lo arropa, no le da resultados.  Gabinete que, por cierto, ya está metido en la lucha interna por la sucesión presidencial y deja al garete a la presidencia de la república. Por otra parte, el PRI está empeñado en ganar las elecciones del Estado de México, Coahuila y Nayarit a como dé lugar, con las nuevas marrullerías institucionalizadas para la compra y coacción del voto. Es decir, un poder político que gobierna como puede y que usa los más de 70 años de experiencia, de autoritarismo y de abusos desde poder, para ganar las elecciones. Entre todo se logra ver un poder político que va dejando aislado al señor presidente que, por lo que se ve, está solo, muy solo, cansado y maquillado, y que tendrá al menos algo de consuelo cuando pueda verse en la videograbación del evento con las fuerzas armadas, y que le hará “compañía” lo que le resta del sexenio, para así contrarrestar en algo la soledad del Jefe de las Fuerzas Armadas.