Alerta a Protección Civil • Otra vez como empezamos •

ALERTA A PROTECCIÓN CIVIL

Un incidente ocurrido la noche del domingo pasado en la plaza Galerías, a un costado del estadio León, lanza el enésimo llamado de urgencia a profesionalizar las tareas de protección civil en el municipio de León.

El susto a paseantes y compradores en el centro comercial se derivó de un flamazo en la azotea del conjunto, y todo mundo hubo de ser evacuado.

Elementos de Protección Civil del municipio y efectivos del Cuerpo de Bomberos se apersonaron en el lugar, ubicaron un tanque de gas estacionario con capacidad para tres mil litros con una fuga que hacía fuego y controlaron pronto la situación al cerrar las válvulas.

Personal de las salas de cine había desalojado a su público; se rompieron algunos cristales de un bar y los testigos aseguran que se escuchó una explosión hacia afuera de la plaza, desde donde apreciaron una columna de fuego. Los bomberos cerraron a la circulación de vehículos el cruce de los bulevares Vasco de Quiroga y López Mateos. Nada más. Esta vez.

Horas después, en el Cuerpo de Bomberos informaron que al caer la estructura de un anuncio espectacular, rompió una tubería de gas y ocasionó el estallido y el fuego que desencadenó el pánico entre los visitantes de la plaza.

De acuerdo con la explicación de los bomberos, el viento que se registró en esa zona tiró la estructura metálica del anuncio espectacular.

En esta ocasión, no pasó a mayores, como sí ocurrió en el incidente anterior en la colonia Satélite, en el que otro espectacular derribado por el viento cayó sobre un vehículo en el que se desplazaba una familia, cuyos integrantes resultaron heridos de gravedad.

Ya es un par de ocasiones en que la autoridad municipal, primero en la administración panista de Ricardo Shefffield, y ahora en la administración priista de Bárbara Botello, nos promete regular la colocación y permanencia de los anuncios espectaculares que siembran las azoteas de la ciudad de León, en una anarquía absoluta.

El asunto es aún más complejo que el simple retiro de los anuncios ilegales -misión que ya de suyo les parece complicada-, y tiene que ver con la dimensión que se da en nuestro pueblo a las tareas de protección civil, que se siguen viendo como un accesorio de las corporaciones de seguridad, sin reparar siquiera que existe una ley federal en la materia, aprobada a propósito de los sismos de 1985 en la ciudad de México. Hace ya ¡28 años!

Le doy un ejemplo. La Ley Federal de Protección Civil ordena primero a la capacitación del personal de edificios públicos y comercios, para que sepan qué hacer en caso de un siniestro, y ordena también la colocación de la señalética correspondiente.

Una de estas -con flechas que convergen- es la de “punto de reunión”. Ha de colocarse en un espacio abierto -generalmente un estacionamiento-, para que sea ahí donde se reúna al personal y al público evacuado en brigadas por departamento, supervisados por un coordinador, como aprendieron en la capacitación.

Pues no. En León, no. Si usted pone atención, observará que en restaurantes, comercios y hasta edificios públicos, la señalética de “punto de reunión” está colocada ¡en la pared! La pregunta es ¿cómo demonios se va a concentrar a los evacuados ¡en la pared!?

Ahora bien, si cualquier ciudadano atento puede reparar en ese pequeñísimo detalle, ¿por qué los únicos que no lo ven son los inspectores de Protección Civil? La otra posibilidad, más cierta, es que sí lo noten y se hagan de la “vista gorda”. Sobre las “razones”, mejor no especulamos, pero esa situación lleva así años.

En la Dirección de Protección Civil del municipio de León, se mantuvo durante mucho tiempo a Blas Brandi Becerra, seguramente un hombre bienintencionado, pero que aprendió a nadar ya en el cargo y se mareaba en el helicóptero -un traje del entonces alcalde, Jorge Carlos Obregón, dio testimonio de ello-.

León es la sexta ciudad más poblada de México; a lo mejor, es hora de que nos pongamos serios y nos aseguremos un sistema de protección civil acorde. Bueno, si no es mucho pedir.

OTRA VEZ COMO EMPEZAMOS

La relación entre la administración de la alcaldesa, Bárbara Botello y sus opositores del Partido Acción Nacional ya se encuentra otra vez como empezó: a gritos y sombrerazos.

Ayer, la presidenta municipal mandó a callar a su antecesor, Ricardo Sheffield Padilla.

El asunto de la deportiva al norte del parque Metropolitano, un proyecto cancelado por el actual gobierno de León, los tiene de nuevo enfrentados: “Ricardo Sheffield debería callarse si tiene vergüenza”, dijo sin rodeos la alcaldesa, que infiere que ahí hubo una “transa” y amaga con demandar penalmente tanto al exalcalde Ricardo Sheffield como el exgobernador Juan Manuel Oliva, ínclitos militantes del Partido Acción Nacional, ambos.

Al sospechosismo de la alcaldesa, el exalcalde reviró que en su momento los regidores y el contralor, priistas todos, avalaron la operación.

La alcaldesa, tras recomendar el voto de silencio a Sheffield, confirmó que se interpondrá la denuncia y ya será la autoridad -ministerial- la que deslinde responsabilidades.

También ayer, los panistas salieron a defender a sus correligionarios. El diputado local Daniel Campos Lango y el regidor Javier Ayala le compraron el discurso a Sheffield y dijeron que la eventual denuncia es una “cortina de humo”, aunque no precisaron para tapar exactamente qué.

Javier Ayala protestó incluso la cancelación del proyecto de la deportiva norte, a ocho meses de la administración, cuando en el proceso de entrega-recepción no se detectaron irregularidades.

En vía de mientras, los señores del PRI y del PAN que gobiernan o hacen de los partidos políticos su pasatiempo ya están como al principio. Al menos, algunos se divierten.

LA JAULA

Mientras que en el Índice Nacional de Corrupción, el estado de Guanajuato registró un retroceso importante, al ocupar en 2007 el tercer puesto con menor porcentaje, y hoy es ubicado en el sitio número 16, según vino a informar Federico Reyes Heroles, presidente del Consejo de Transparencia Mexicana, en la Secretaría de Salud del estado aplican medidas cosméticas para ocultar las imperfecciones… nada menores.

A mitad del escándalo por los fraudes, las compras a sobreprecio y las irregularidades en las licitaciones para la compra de medicina, la Secretaría de Salud anuncia una línea 01 800 “para reportar a las unidades médicas que no surtan los medicamentos al cien por ciento”.

A ver. Primero: el gobernador y el secretario correspondiente se comprometieron a que no existiría desabasto. Punto. Y nadie ha dicho lo contrario. Entonces, ¿para qué necesitamos un 01 800? Y segundo: exactamente ¿qué remedia la llamada? ¿Llevarán la medicina en motocicleta, inmediatamente? Esto, porque si existe desabasto, los primeros en saberlo serían los del gobierno, ¿o no? En fin, no se preocupe, ahora usted podrá llamar al 01-800 DESAHOGO.

En tanto, Transparencia Mexicana nos confirma lo que ya sabemos todos: que en el Gobierno del Estado la corrupción vuela alto.

Comentarios y quejas: tigresdepapel1@gmail.com y @FPacomares.

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