Chispitas de lenguaje | Conjugaciones dificultosas
Como otros muchos idiomas, el español tiene muchas palabras difíciles al derivar en otras categorías gramaticales. Quizá la palabra base, original, no sea problema (salvo trastocar la pronunciación). La dificultad se origina cuando se deriva o se conjuga –cuando se trasforma en verbo–. Entonces, surgen dudas, aparecen usos inadecuados o imprecisiones.
Respecto de los verbos, las mayores dificultades se presentan en los llamados irregulares. Eso es natural pues hay un poco más de medio centenar de modelos (cuidado con ese muy difundido librito que presenta ¡90 modelos!; el error se debe a que se trata de una mala traducción del francés).
En lo personal, en los que mayor dificultad he observado ha sido en los procedentes de sustantivos (personas, animales, cosas y conceptos). Es el caso de ‘cariar’, ‘nevar’ y ‘barajar’.
El Diccionario de la Real Academia Español (DRAE), en su portal electrónico (www.rae.es) cuando se consulta sobre alguna palabra, no solo ofrece todas las acepciones (definiciones aceptadas por la mayoría de los hispanohablantes) del vocablo; normalmente, las abreviaturas nos ofrecen orientación sobre algunas de sus características. Ahora, cuando se trata de verbos, en la definición no se incluyen las conjugaciones; a la izquierda de la palabra se ubica un botón azul. Si uno accede a esa opción, se despliega un cuadro donde el verbo aparece conjugado en todos los tiempos y personas, así como en las formas no personales (gerundio, participio e infinitivo).
Los verbos irregulares procedentes de un sustantivo suelen presentar modificación de la palabra original. Por eso es ‘cariar’ de ‘caries’ (presenta una ‘a’, inexistente en la palabra origen y elimina la ‘e’), ‘nevar’ de ‘nieve’ (desaparecen las vocales ‘i’, ‘e’ e integra una ‘a’); mientras que ‘barajar’ de ‘baraja’ permanece inalterada.
Del verbo ‘cariar’, hasta a los especialistas bucales he escuchado conjugar el verbo erróneamente. El DRAE indica que se conjuga igual que el verbo ‘enviar’ (en todas sus personas y tiempos). De esta suerte, uno podría enunciar «Yo mismo carío mis dientes por comer mucho dulce y no lavarlos correctamente». He oído barbaridades como ‘*careó’ (*«Se me careó una muela»; ello implicaría ponerla cara a cara contra ¿otra muela o el dentista?), y hasta quien dice que no puede ser un verbo personal, por lo que debía solo enunciarse: «Se carían mis dientes con facilidad». El verbo ‘cariar’ viene de la palabra ‘caries’. Esta última no tiene otra forma de enunciarse, así nos viene tal cual del latín. No se trata de un plural, por lo que, a pesar de ser una sola la pieza, debe ser enunciarse como ‘caries’.
Por las condiciones climáticas en Estados Unidos de América es frecuente escuchar conjugado el verbo ‘nevar’: *«Neva fuertemente en los Estados Unidos». Lo adecuado sería «Nieva fuertemente en Estados Unidos de América». Regularmente (no es regla), los verbos derivados de sustantivos, aunque su infinitivo presente irregularidad respecto de la palabra original, la conjugación suele tener mayor coincidencia.
Lo mismo sucede para el verbo ‘barajar’: «Yo barajo», «tú barajas», «él baraja»; y no *«Yo barajeo», *«tú barajeas», *«él barajea». Nuevamente, la conjugación adecuada presenta más coincidencia a ‘baraja’ que la forma popular en México.
Basta con comparar con ‘abrazar’, que viene de ‘abrazo’. La conjugación se parece más a la palabra original.