La FeNaL: Entre autocomplacencias y cifras que no cuadran

Concluida la XXIV FeNaL, lo que sigue es la numeralia del evento, así como la reseña de lo acontecido, siempre con el ánimo de mejorar sus futuras versiones. Bajo esta óptica, tanto los datos presentados por e Instituto Cultural de León en la rueda de prensa sobre el tema, como el reporte al Consejo Directivo del ICL, dejan algunas incógnitas al respecto.

De entrada, ahora se reportaron 93,477 visitantes y en la misma lámina de la presentación ahí proyectada, se indica que en el 2012 fueron 85,173 y 80,541 en el 2011. Obviamente, se visualiza un incremento.

Sin embargo, en los reportes oficiales de los eventos pasados, las cifras dadas fueron de 114,410 para el 2012, (nota aparecida en el a.m. del día 7 de junio del 2012); y 102,500 para el 2011 (nota en el a.m. del 23 de mayo del 2011). Así es que aparecieron de repente nuevas cifras; habrá que solicitar una explicación.

Otro dato interesante es que el presupuesto de la FeNaL 2013. Siendo $3,729,000.00 lo erogado hasta el 22 de mayo del 2013,  la cantidad de $3,726,214.00, representa tan sólo el 56% de los $6,669,000.00 presupuestados en 2012, donde el cierre fue de $5,765,739.00.

Habrá que tomar las cifras con reserva, ya que la experiencia nos dice que el reporte financiero tarda más en ser consolidado.   

Terminada la exposición del consejo directivo sobre el tema, surgieron diversos cuestionamientos sobre lo que debería ser la FeNaL, refiriéndose algunos consejeros a problemas que en cada  fin de evento son señalados y que, sin embargo, se repiten hasta el día de hoy, como son: el ruido que impide en muchas ocasiones el buen desarrollo de los eventos, así como el asunto de los talleres, que son considerados como guarderías o de un nivel poco aceptable para la FeNaL, aunque nunca se llega a especificar el criterio de calidad que se pretende.

Lo lamentable de toda esta situación es que pareciera ser más un evento mediante el cual el ICL apoya a la Cámara de la Industria Editorial, que a la formación y consolidación de los lectores y la lectura, como una práctica que debiera impulsarse entre la población. Sobre ese punto no hay cifras ni seguimiento, y mucho menos el interés por empezar a darlo, ya que a lo largo de toda la sesión del consejo nunca se hizo referencia a ese aspecto.

Otro dato reportado en esta sesión: la asistencia infantil a la FeNaL 2013 fue de 12,239 niños y niñas; de ese total, reportan 4,500 provenientes de las zonas marginadas de la ciudad. Así es que esta feria, además de ciudadana, es elitista, puesto que no busca traer –¿y por qué no, también llevar de regreso?- sus bondades a los habitantes de nuestras zonas marginadas.

Otro punto tratado en la reunión de consejo se refirió a trabajos efectuados en la Casa de Luis Long, cuestionándose su calidad y los criterios bajo los cuáles se ha estado interviniendo el edificio. Habrá que dar seguimiento a este asunto, así como al correspondiente a la accesibilidad y ampliaciones que se harán en el Teatro Manuel Doblado, donde el proyecto presentado por el ICL, al parecer, debió ser revisado por la Dirección de Obras Públicas, debido a diversas carencias encontradas.

Aquí sale a relucir otra práctica constante: algunos consejeros del ICL hacen los proyectos, no sabemos si con costo o no, que sí deberían tenerlo, pero que no deberían recaer en ellos o en sus despachos, sino hacerse mediante concursos abiertos y con el respectivo pago. Por supuesto, los consejeros deberían estar excluidos de tales procesos, ya que no podrán ser jueces y parte. Por el mismo tenor, al parecer, va el asunto de la Concha Acústica. También ha salido a relucir el perfil inadecuado del contratista en los trabajos del MIL, y al parecer se dará el seguimiento al tema en el Consejo.

La carencia de criterios para determinar los descuentos para el arrendamiento de algunas instalaciones del ICL –a su cargo está toda la infraestructura cultural propiedad del municipio-, ponen siempre en aprietos a los consejeros, lo que hace urgente trabajar sobre el tema.

Al finalizar la sesión, la solicitud de apoyo por parte de la Banda Municipal para contar con recursos para la adquisición de su vestuario, no hace más que evidenciar el desparpajo con el que se maneja el ICL.

Por un lado, se devolverán recursos a Conaculta por la imposibilidad de ejercerlos, se reportan ahorros en el presupuesto de la FeNaL y se programa un nuevo festival, Raíces somos, al que vendrán los Leones de la Sierra de Xichú. En cambio, nuestra Banda Municipal se encuentra en situación de carencia de recursos. Obvio, cero cuestionamientos para esa situación por los miembros del consejo. Esperemos que eso cambie, y que pronto la Banda Municipal estrene su vestuario.