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09/06/13

La tragedia • La guerra del Metropolitano • Los panistas en el Congreso • Chinos

La tragedia • La guerra del Metropolitano • Los panistas en el Congreso • Chinos

LA TRAGEDIA

En dos ocasiones se negó a Juan Ignacio Torres Landa la oportunidad de ser el gobernador del estado de Guanajuato: en el 2000, el año en el que México le creyó a Vicente Fox, y en 2012, pese a que los electores del país siguieron a Enrique Peña Nieto.

En el año dos mil, “Juani” Torres Landa fue el adversario priista que sucumbió frente al académico panista, Juan Carlos Romero Hicks, quien fue de la Universidad a la grilla y sin antecedente partidista simplemente se dejó arrastrar por la oleada foxista que lo depositó en la playa del gobierno.

Y doce años después, Juan Ignacio cayó ante el actual gobernador, Miguel Márquez Márquez, exalcalde panista de Purísima del Rincón.

No pudo ser gobernador un tipo que recreaba de memoria la hidrología del estado, con afluentes y veneros; trazaba en el imaginario la proyección ideal de la red carretera del estado, sumados con cifras los beneficios de sus conexiones regionales, y que saludaba por nombre a más de un vecino de cualquier comunidad olvidada del noreste del Guanajuato.

Seguro pronto habrá quien recupere el ideario y el trajinar político de Juan Ignacio Torres Landa, en el que sobrarán las estampas.

Como las del 89, diputado en el Congreso local, donde compartía las curules del grupo parlamentario priista con Roberto Garza López  y tenían enfrente a los panistas de viejo cuño, Antonio Obregón Padilla y Guadalupe Vargas.

En el 91, el de la caída autoritaria de Ramón Aguirre Velázquez, que retrató a un Juan Ignacio Torres Landa sentado a las puertas de un jacal en Atarjea, en lo más hondo de la Sierra Gorda de sus amores, frente al río con su caudal de piedras de colores, platicando con los lugareños; o encima del templete del mítin en Irapuato, al lado de Luis Donaldo Colosio.

En el 96, como jefe estatal del PRI, en la entrevista con este reportero en una comunidad de Jerécuaro, en la tarde eterna bajo los árboles.

En la campaña del 2000, el alto a la camioneta camino a Xichú, para aceptar un trago de mezcal curado a los pobladores que lo quieren saludar y después la arenga en esa postal que es la plaza de la cabecera municipal, o en la caminata de San Francisco del Rincón a León, el error de campaña dramático que lo postró en Irapuato.

O en el 2012, en su segundo intento  por la gubernatura, que no por más reflexivo fue menos enjundioso y que al priismo le alcanzó para recuperar el gobierno de la República y el emblemático de la ciudad de León, pero no el del estado de Guanajuato…

A las puertas de Gayosso, en el bulevar Francisco Villa, con un tráfico que se congestiona por la sobrecarga de vehículos que convergen, el gobernador Miguel Márquez conversa con los periodistas, luego de ofrecer su respeto a los deudos de su contrincante electoral, muerto en un accidente aéreo la tarde anterior, en San Luis Potosí. Fuera de entrevista, el gobernador confía el recelo que provocan los desplazamientos en el helicóptero poco confiable del que dispone el gobierno de Guanajuato.

Francisco Javier Contreras, el presidente del comité directivo estatal del PRI en Guanajuato, con los ojos acuosos, apenas puede hilar los recuerdos que le urgen los reporteros. El pin dorado que lleva a la solapa de su traje negro, dice: Juan Ignacio Torres Landa. Un amigo entrañable, casi deletrea.

Y Bárbara Botello Santibáñez, la presidenta municipal de León, se quiebra a las preguntas: “su fortaleza”… responde cuando le piden que mencione lo primero que va a recordar de Juan Ignacio.

El empresario y político priista Juan Ignacio Torres Landa falleció el viernes, en un accidente aéreo en San Luis Potosí. Con él murieron cuatro personas más, al desplomarse en un campo de golf el helicóptero en que viajaban. El reporte oficial de la Dirección de Aeronáutica marcó las 12:50 como la hora del accidente.

Con Juan Ignacio Torres Landa murieron el piloto Alejandro Elizárraga Félix; el hermano del embajador de México en El Vaticano, Manuel Palacios Alcocer; el empresario José Oleszcovski Wasserteil y su hijo Jaime Oleszcovski Nutt.

La Tragedia del Siete de Junio para las familias Arena y Torres Landa no paró ahí.

El empresario leonés, director de Grupo Aryba -Plaza Mayor y Altacia-,  Javier Arena Barroso y su esposa Angie Arcos de Arena, murieron horas después, al desplomarse su avioneta, en Veracruz. Habían despegado en Lagos de Moreno, Jalisco.

El empresario leonés era quien pilotaba la avioneta. Javier es hermano de Alejandro Arena Torres Landa, actual regidor del Partido Acción Nacional en el Ayuntamiento de León y sobrino de Juan Ignacio Torres Landa.

Fortaleza, tenacidad, amor a Guanajuato, son las expresiones que se multiplicaron en las voces que evocaron desde el viernes a “Juani” Torres Landa. Descanse en paz.

LA GUERRA DEL METROPOLITANO

Si se pone atención a las declaraciones y a las actitudes primeras de los actores políticos involucrados, luego de la denuncia de la alcaldesa, Bárbara Botello, a propósito de los recursos públicos destinados a la compra de un terreno para la construcción de la unidad deportiva al lado norte del Parque Metropolitano, es fácil colegir que sus consecuencias pueden ser distintas a las que se auguran o han tenido las acusaciones anteriores contra el que fue el gobierno estatal de Juan Manuel Oliva.

La pregunta, es: ¿Cómo un predio rústico de 25 hectáreas, por el que una firma privada pagó 31 millones de pesos, pudo ser vendido, sin cambio alguno, en 220 millones de pesos, pagados a partes iguales por el gobierno de León y el gobierno del estado, jefaturados entonces por Ricardo Sheffield y Juan Manuel Oliva, respectivamente?

Peor aún, las autoridades caen ahora en la cuenta de que el predio es inservible para cualquier proyecto,  porque es parte de la zona de amortiguamiento de la presa El Palote. Por lo pronto, el proyecto de construcción de la Deportiva, ya fue cancelado ayer por la Administración de Botello Santibáñez.

Apenas el 21 de septiembre del año pasado, se había colocado la primera piedra del proyecto. Ahora la constructora deberá regresar el anticipo de 9 millones de pesos que había recibido. La obra, además, se le asignó sin licitar, casualmente un día antes de que concluyera el gobierno de Sheffield.

La compraventa del terreno tiene fecha de abril de 2010, cuando el gobernador Juan Manuel Oliva la formalizó con Eduardo Medrano, presidente de la empresa Villa Magna: el gobierno del estado pagaría 110 millones de pesos y otro tanto el de León. El misterio de la operación (“la transa”, Bárbara Botello dixit), estaría en que apenas siete años atrás, Villa Magna había pagado por la misma tierra, 31 millones de pesos.

La alcaldesa Bárbara Botello no le da vueltas al asunto: va a denunciar por la vía civil, y si se puede, también por la vía penal, al exalcalde Ricardo Sheffield y al exgobernador, Juan Manuel Oliva.

Mera coincidencia, la decisión se encuentra en sintonía con la que ya habían anunciado en el Congreso local los diputados priistas al mando de Francisco Javier Contreras: no más Órgano de Fiscalización Superior; en su lugar, investigaciones judiciales a la administración olivista. Por lo registrado ahora, parece que la cosa va en serio.

Como una “transa” y como una “desvergüenza”, califica Botello la compraventa. La iniciativa del gobierno municipal buscaría recuperar, con la anulación de la compra, los 110 millones de pesos que se pagaron del erario.

Y como para que todo mundo lo tenga muy claro, la alcaldesa advierte que la denuncia alcanzaría al exsecretario de Ayuntamiento José Luis Manrique y al extitular de Obra, Mario Ontiveros.

Un par de días antes, había adelantado que se presentarían al menos tres denuncias penales contra directores de la Administración anterior. Todo mundo coincidió en el nombre de “Cuco” Camarillo, ex director de Medio Ambiente, como uno de los seguros indiciados. Se aceptan apuestas para los otros dos.

En la administración de León le piden al gobernador Miguel Márquez que participe con ellos para buscar resarcir el daño al erario. Ayer le preguntaron a Márquez a ese respecto y el jefe del Ejecutivo estatal no puso objeción alguna a que se investigue, se llegue a las últimas consecuencias y se castigue a los responsables, si los hay.

Esta podría no ser una denuncia pública más en contra de las gestiones de Ricardo Sheffield y Juan Manuel Oliva. Involucra a León, en poder del priismo y con advertencia previa, y por lo que respecta al gobierno del estado, bueno, está de más bordar sobre el discurso de Miguel Márquez y sus ansias de torero de volverlo realidad. Esperemos.

LOS PANISTAS EN EL CONGRESO

Como la semana tenía de todo, los panistas en el Congreso del estado no iban a quedarnos mal. Vaya que no.

Primero fue el estrepitoso derrumbe de Salvador Márquez Lozornio, el secretario general del Congreso local, un político panista discreto y eficaz que esta vez no pudo salir airoso de la grilla interna. La especie de que fueron las fracciones opositoras las que exigieron y lograron su salida, es puro cuento y de los malos.

Chava Márquez presentó ante la Junta de Gobierno y Coordinación Política su renuncia con carácter de irrevocable, bajo el “fuego amigo” de quienes se supondrían sus compañeros de partido, uno de ellos el director de Comunicación Social, Arturo Meza, quien una y otra vez hizo filtraciones, ciertas o falsas, a sus aliados incondicionales en los medios de comunicación -un par-, y fue minando el perfil de Márquez Lozornio. La versión la confirma cualquiera en el Congreso.

El propio presidente de la Junta de Gobierno, el panista Juventino López Ayala, dijo en rueda de prensa que los coordinadores de las fracciones del PRI, PVEM y Nueva Alianza, habían solicitado la renuncia del secretario general. Nadie ha visto el oficio. Márquez, al presentarla, no tuvo más remedio que argumentar que se marcha para mantener un buen ambiente legislativo. Ha deslizado que buscaría la designación como secretario general del PAN.

Su lugar en el Congreso lo ocupa ahora Jorge Arturo Espadas, hasta la semana pasada uno de los asesores del grupo parlamentario de Acción Nacional en la legislatura. El nombramiento es afortunado. Espadas es abogado y conoce los resortes de la grilla interna, por supuesto, los de la que desembocó en la renuncia de su antecesor, y sería ingenuo suponer que fue ajeno a la misma.

Espadas, de quien ya anotamos aquí que en un par de semanas más contrae nupcias con una hermana de Vicente Esqueda, el panista que es presidente del Tribunal de lo Contencioso Administrativo y antes fue secretario general de su partido en el estado, siempre ha querido ser diputado, bueno, ahora por lo menos es su secretario general.

De responder como asesor tan sólo a los 18 diputados panistas, ahora Espadas habrá de dar cuenta a los 36 legisladores de todos los partidos. Con el discurso correcto a mano, se dijo ajeno ya a la fracción blanquiazul. Sí, es el discurso correcto, pero nada más.

El otro sainete de los panistas en el Congreso local, todavía más divertido que el anterior, es el del penoso caso de Salvador Anda Torres, el chofer/amigo del líder estatal panista, Gerardo Trujillo, quien lo tenía cobrando como “asesor” en la cámara de diputados de Guanajuato.

Descubierta la trapacería, los propios diputados azules, entre ellos Daniel Campos Lango, exigieron que fuera sacado de la nómina, como finalmente se hizo.

Ni modo, fue el propio Juventino López Ayala, el coordinador de la fracción del PAN, quien adelantó que hablarían con Gerardo Trujillo para informarle de la separación del chofer–asesor. El angelito cobraba 14 mil pesos mensuales, más prestaciones, sin aparecerse por ahí.

Al trascender el caso, a botepronto, obvio, el líder panista reconoció que Salvador Anda sí trabaja con él, pero que de ninguna manera era un “aviador”. Se inventó sobre la banqueta una función de “enlace” entre el Congreso y el partido, en cuestiones de agenda. Y si además maneja, pues qué bueno.

Como priista de los setenta, dijo Gerardo: “No tengo nada que esconder. El apoyo me lo da Juventino. Me acompaña a mí y está en la nómina del grupo parlamentario” (!) Es más, descalificó el señalamiento al definirlo como una “grilla interna”. Ah, no, pues sí.

Y la mera verdad, no estaría mal que los panistas reconsideraran su decisión de despedir a Salvador Anda, una persona altamente calificada que antes de ser chofer y asesor de los diputados, era el entrenador personal de Gerardo Trujillo en el “Sport City”. Un estuche de monerías.

CHINOS

Ahora que parece que por decreto presidencial vamos a bailar de cachetito con los chinos, aquí le dejo una lista de “coincidencias” de productos chinos con creaciones netamente mexicanas, que recupera el portal sin embargo.

La Virgen de Guadalupe. El 2002 el empresario chino Wu You Lin consiguió, ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), un registro de los derechos de la imagen de la Virgen de Guadalupe. Su registro permaneció vigente durante 10 años.

El Nopal. En 2012, se reveló que los nopales podrían ser patentados por los chinos, pues no existe un certificado de denominación de su origen. En febrero pasado se conoció un intento de patente del maguey y el nopal por parte de empresarios chinos y japoneses.

El Tequila. Ya existen en China imitaciones baratas que acaparan el mercado. Se trata de un tequila “pirata” que tiene años en el mercado.

Los Sarapes. En algunos mercados del norte del país se consiguen sarapes chinos, elaborados con hilos de mala calidad en un promedio de 200 o 300 pesos.

Banderas. Cada vez más banderas tricolores son chinas, lo que pone en aprietos a la industria nacional que ve perder grandes ganancias. Hasta 2012 se había reducido en un 50 por ciento la venta de banderas mexicanas, para dar paso a las chinas.

Guitarras de Paracho. La comercialización de guitarras artesanales de Paracho se desplomó hasta en 40 por ciento en 2011, debido a la introducción en gran escala de una imitación china desde 2010.

El Metro. Los directivos del Metro de Shanghai recibieron asesoría de ingenieros del Sistema de Transporte Colectivo (STC), para aplicar la experiencia mexicana en China. El interés se debe a que tanto en Shanghai como en el DF, se tienen terrenos propensos al hundimiento y son zonas sísmicas.

El logo del IMSS. La empresa china Zhongshan Giordon Audio Alarm Equipment, que comercializa sistemas de seguridad para automóviles, utiliza un logotipo idéntico al IMSS, y junto al nombre de la empresa incluía la “R” de marca registrada.

Y el colmo, la Cerveza Corona. Entre 2005 y 2006 Beijing Cerono Trade Limited Company lanzó al mercado la cerveza Cerono, una copia apócrifa de la entonces marca mexicana. La botella, etiqueta, tipografía y colores de la bebida china eran prácticamente iguales a los de la famosa cerveza mexicana.

LA JAULA

Otra de panistas. Un lote de autos de lujo empleados por funcionarios durante el gobierno de Emilio González, en Jalisco, serán subastados.

A 100 días de iniciado el gobierno de Aristóteles Sandoval, se anuncia la subasta de 60 vehículos, entre ellos 34 cuyo valor es de 10 millones 511 mil 986 pesos. Los vehículos van del modelo 2004 al 2012.

El vehículo más costoso estuvo a resguardo del ex secretario de Desarrollo Humano, Miguel Ángel García Santana: una camioneta Tahoe, modelo 2012, con un valor en el mercado de 564 mil pesos. El discurso es que ahora los priistas son los adalides de la austeridad. Cosas verdes, Sancho…

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