Ni madres
–Ni madres, le dije a mi hermano, yo no le entro a eso, no coopero para el regalo.
–No me respondió con palabras, sino con un madrazo en la nariz.
–¿Qué? ¿te dolió? – me dijo
–No me dolió – mentí, porque la verdad me había dolido de a madres.
–¿Quieres que llame a tu mamacita para que te consuele?
–No te burles, hace mucho que no me madreaban.
–¿Cuál es tu problema con el día de las madres? ¿no quieres a tu madre?.
–Claro que sí, pero ya me tienen hasta la madre con toda la publicidad y cursilería empalagosa.
–¿Y a ti qué? ¡Que te valga madre! Tú festeja a tu madre.
–Pero para festejarla no tengo que tirar mi dinero para que le compren cualquier madre.
–No es cualquier madre, mira – empezó a sacar un objeto lustroso de una bolsa que había dejado en el piso – míralo, a poco no está de poca madre?
–¡¿Qué es esa madre?!
–Es una planchadora, pero de esas que echan vapor de a madre.
–¿Y para qué le va a servir esa madre? ¿No te das cuenta?
–¿Cuenta de qué?
–Ese es el otro asunto con el día de las madres, de lo que se trata es de resaltar el papel de las mujeres sólo como madres… y como sirvientas…
–No te entiendo ni madres
–Desde que lanzaron el día de las madres en 1922, de lo que se trataba era de contrarrestar una campaña feminista en Yucatán, en la que hablaban de control natal y esas madres.
–¡Eso a mi me vale madre! Me echas ese rollo para no caerte con una feria para tu madre.
–Ya sé que dicen que no tengo madre porque no me gusta el 10 del mayo, pero le regalo cosas a mi madre en su cumpleaños o cuando yo quiera
–Ñaa…el último le diste una madrecita…¿qué era? ¿Un CD? ¿un arete? Siquiera le hubieras comprado el par.
–Pero al menos no le doy cosas para mantenerla haciendo el quehacer de la casa…
–Bueno si no quieres cooperar con lana, dile a tu señora que haga la cena…
–Ni madres, ella también es madre, déjala descansar…
–Bueno, pues hazla tú, si tan liberado eres.
–A la madre, yo no voy a cocinar. La última vez se la pasaron criticando mi comida.
–Bueno, pero reconoce que tus espaguetis sabían a madres…
–Será lo que sea, pero nos enojamos y nos peleamos toda la noche hasta que hicimos llorar a mi madre.
–Pero es que algunos habían tomado y ya estaban hasta la madre. Hay que controlar el chupe.
–Como sea, todo se salió de madre
–Ah chirrión, ¿qué es eso de “se salió de madre”?
–Que se hizo un desmadre, pues. Eso me pasa por ser el culto de la familia.
–La verdad sí, mi madre lloró de a madre... hasta le decíamos que si seguía llorando iba a salar más tu espagueti.
–Hijo de tu rechiflada madre.
–Bueno, ya, eso ya pasó. Acuérdate que hace dos años sí nos divertimos de a madres.
–Eso sí, aunque fue porque cocinó mi madre.
–Es que madre sólo hay una…
–¡Ya! ¡No vengas con esas madres!
–Ven a la fiesta, hombre, aunque no hagas ni madre…
–Sin regalo ni nada…
–¡Cómprale tú una madrecita, cualquier cosa!
–Ni madres.
–Bueno, como sea, ¿ahí nos vemos?
–Ahí nos vemos, pues. Pero no quiero oír en un mes la palabra madre.
–¿De veras? qué poca madre.