Tigres de papel | Los panistas hacen rabieta

Fue Carlos Medina Plascencia, entonces gobernador interino de Guanajuato, quien pidió a su amigo el presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, que pusiera freno a las designaciones arbitrarias de los delegados federales en el estado. El argumento era, es, irrebatible y de una vigencia absoluta.

Fue Carlos Medina Plascencia, entonces gobernador interino de Guanajuato, quien pidió a su amigo el presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, que pusiera freno a las designaciones arbitrarias de los delegados federales en el estado.

El argumento era, es, irrebatible y de una vigencia absoluta.

El control de las delegaciones federales se depositaba en las manos de personas sin el mínimo arraigo en el estado y sin importar que la relación de su perfil profesional con la posición asignada, fuera inexistente. Los delegados se sabían ave de paso y actuaban en consecuencia. Carlos Medina, fue certero en su alegato: que se designe a guanajuatenses que, antes y después del cargo, puedan dar la cara a sus vecinos, porque aquí viven. Lástima, era sólo discurso.

Ayer, los diputados federales panistas por Guanajuato convocaron a una rueda de prensa para protestar, incluso en carta al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, por los relevos de los delegados del gobierno federal para el estado en Guanajuato.

Los diputados federales, Genaro Carreño, Juan Carlos Muñoz, Jesús Oviedo, Beatriz Yamamoto y Diego Sinhué Rodríguez, además del secretario general del CDE del PAN Guanajuato, Arturo Navarro, denunciaron, primero, que no se cuidan, dicen, los perfiles para el puesto, segundo, que ni siquiera se entera de los movimientos al gobernador, Miguel Márquez y, tercero, que en los nombramientos se adivina el pago de facturas políticas y se privilegian los servicios que los designados prestaron al PRI.

Otra vez, los argumentos serían impecables, salvo por el expediente de los panistas en su paso de doce años por la Presidencia de la República, desde donde hicieron exactamente lo mismo que los priistas.

Los diputados Jesús Oviedo y Diego Sinhué, demandaron que en el servicio público -las delegaciones, hombre-, en lo que a Guanajuato respecta, se elija a las personas indicadas y mejor capacitadas.

El exsenador, Ricardo Torres Origel, había hecho lo propio en su artículo semanal.

Para Arturo Navarro, secretario general del PAN en Guanajuato, no se trata de designar panistas en los cargos federales, sino de privilegiar la experiencia, la ética y los resultados como funcionarios públicos.

Mientras que a Diego Sinhué Rodríguez, en particular, le preocupa que en lugar de delegados, se nombre a verdaderos operadores políticos con miras a las próximas elecciones.

A ver.

En el estado de Guanajuato despachan 49 delegaciones del gobierno federal, y no son pocas las que se entregaron a las manos de     panistas, durante los gobiernos de Vicente Fox Quesada y de Felipe Calderón Hinojosa, generalmente las de mayor estructura y presupuesto.

Difícilmente en alguna de ellas podrían encontrarse las bondades y las prendas que ahora reclaman los panistas.

Los delegados, Miguel Gutiérrez (Diconsa) Francisco Hernández Salazar (Liconsa), y  José Antonio Zavala (del Trabajo, donde sustituyó a otro panista, Marco Rodríguez), fueron enviados a Guanajuato como operadores políticos de la precampaña a Gobernador de su exjefe de grupo partidario y expatrón en la Secretaría de Salud federal, José Ángel Córdova Villalobos. Además, sería una auténtica hazaña retórica, hacer coincidir sus carreras burocráticas con la materia de sus encargos.

Y está el caso de Cuco Camarillo, renunciante a la delegación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), para ir como operador a la precampaña de Mayra Enríquez Vanderkam a la presidencia municipal de León, desde la administración de Ricardo Sheffield.

Qué decir de José Manuel Mendoza Márquez “Pepe Pozos”, también exalcalde de Celaya, quien saltó a la fama como secretario de Desarrollo Económico del estado y al continuar la tarea que inició don Joaquín Yamín, de atraer a la General Motors a Silao, concesionó a alguien muy cercano la perforación de los pozos que necesitaba la armadora y que le ganaron el mote que aún le sigue.

Uriel Durán Rodríguez, delegado del Registro Agrario Nacional, tuvo sus cinco minutos de reflectores hasta que renunció a  su militancia en el PAN, a mitad de un pleito personal con el exalcalde Ricardo Sheffield Padilla.

Otros panistas delegados federales al borde del despido, o ya con él a cuestas, son: Francisco Becerra, de la Profeco, quien por designación de Mayra Enríquez, aparecerá como secretario general del PAN León, a las órdenes de Alfredo Ling; y Jorge Carlos Obregón, en la Sedesol, hasta la llegada de la experredista Rosario Robles a la secretaría federal y la exdiputada local priista, Claudia Navarrete a la delegación.

Hay otros, como: Moisés Andrade Quesada, del IMSS; Manuel Emilio Pérez Sandi, en el ISSSTE; Pablo García Frías, de Reforma Agraria; Héctor Gerardo Araujo Ramírez, en la Profepa; o Felipe Zavala Ponce, que se fue de la Condusef a Comunicación Social de la SEG, en el gobierno de Miguel  Márquez.

Algunos de los delegados, son incluso apenas militantes adherentes en el PAN. Es el caso de Juan Carlos Moreno, de la SEP; Clemente Villalpando, en el Instituto Nacional de Migración; y  de Alberto Téllez Contreras, en la Conafor.

Escribe, Ricardo Torres Origel: “Llegó el momento del reparto de cuotas, de espacios de poder, de la imposición a rajatabla de delegados federales sin perfil ni experiencia (. . .). Los representantes de las dependencias federales en las entidades federativas, todos ellos priistas de viejo y rancio cuño, han venido ocupando sus nuevos lugares en las delegaciones. . . “. Pues, sí.

A los panistas, sin duda, les asiste la razón. ¿Autoridad moral, tras los argumentos? Esta vez, no.

LA JAULA

El expresidente de México, Felipe Calderón, tuiteó: “Este viernes participé en un evento sobre el Foro de Davos, organizado por la Kennedy School de la U de Harvard”. Y subió la foto. Es más, Harvard, difundió en un boletín, expresiones de Calderón.

El 28 de enero, casi 35 mil personas entregaron firmas a las autoridades de Harvard para que suspenda la beca.

El poeta y activista Javier Sicilia, junto con el investigador del Colegio de México, Sergio Aguayo, escribieron una carta el 17 de enero al decano de la Kennedy School, David T. Ellwood, en la que le solicitan de manera formal las razones por las que se decidió incorporar al expresidente como integrante del programa de Líderes Públicos.

El rector les contestó que Calderón se queda.

En una segunda carta, dicen en referencia a la propia Universidad de Harvard, ha contado con el respaldo de las élites estadounidenses que, en la mayoría de los casos han ignorado las ejecuciones, los fraudes electorales, los secuestros y desapariciones sucedidas en su administración.

El expresidente le presumió a México su estadía en Harvard, vía Twitter. Es claro que conserva el humor. Qué bueno.

Comentarios y quejas: tigresdepape1@gmail.com y @FPacomares

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