martes. 24.06.2025
El Tiempo

Conspiremos nuestro destino, conspiremos cultura

Conspiremos nuestro destino, conspiremos cultura

¿Somos agentes dispuestos a modificar nuestra condición?

Pregunto esto porque ya pasaron los años en que estuvo sobre-explotando el tema del fin del mundo y todos,  en su mayoría, advertían sobre cambios de conciencia y sobre una colectividad en comunión con el entorno.

Pasaron los días y el mundo no se acabó y estamos en la orilla del risco, contemplando que lo que se viene es un destino incierto, injusto y por demás insostenible. Refiriéndome a casos como los conflictos por petróleo de USA en Oriente, el hambre de políticos por más riqueza propia y en menor impacto, los tumultos que se originan en la convivencia social mediata.

El momento de cambiar las conciencias no arribó envuelto de tres días de oscuridad ni la acompañó ningún estruendo místico galáctico. Pero la capacidad de cambio y adaptación y evolución humana es algo que nos ha caracterizado, y si no me creen pregúntenle a Darwin.

Entonces, el día de sostener nuestras creencias en posibilidades de desarrollo humano está frente a nosotros. No tiene una fecha en el santoral del calendario, y tal vez a nosotros no nos tocará ver reflejado nuestro esfuerzo en los libros de historia. Pero sin duda alguna, el día, como concepto, es hoy.

El “Hoy” es nuestro concepto motor para modificar las condiciones del contexto. Tenemos asignaturas pendientes en todas las áreas de nuestra ocupación en la tierra: en salud, educación, alimentación, gobierno, y un infinito etc.… Pero en consecuencia del Hoy es que debemos actuar.

Para fortuna de la causa, no se trata únicamente de una labor de los adultos ni excluye a raza, género ni ideología. Como contemporáneos contamos con la virtud de una brillante vieja escuela que va de salida, pero cuyas enseñanzas de inicios del siglo pasado nos definen en gran medida. Existe también esa generación que en los años 60 consiguió conectarse en voluntad con el ser más lejano a través de las causas comunes y el arte.

Esa generación de grandes movilidades en París, México, que llegaron a los años 70 y que hoy, todos lideres en la industria y las instituciones, saben que la causa no ha muerto.

Está presente esta primera camada de ochentenos, que nacimos bajo el consumismo incipiente que obligaba a una adaptación fugaz ante lo precipitado del mundo. También los que surgieron en la década final del siglo, y que consolidaron un siglo tan versátil y dinámico, que ellos parecieron haber llegado con el chip integrado de las redes y la tecnologías que hoy todos, generacionalmente compartimos.

Los nacidos en pleno siglo XXI son consecuencia inmediata de nuestro comportamiento, y están colocando piedras sobre las que ya hemos puesto los demás, y así seguiremos en continuación, existiendo y coexistiendo.

Ahora es cuando, es hoy.

Éste es el momento justo en el que tenemos que mirarnos de reojo y hacernos una seña muy disimulada. Con la cual nos demos paso a una apertura para dialogar inquietudes. Enterarnos de que todos estamos concientes de que hoy es ese hoy ansiado.

Conspirar infiere el acto poner en común un deseo de vencer algo que nos oprime, de tomar decisiones y actuar en torno al objetivo.

Por ello, hago el llamado a conspirar todos por un panorama diferente. Nuestro destino está condicionado por factores tan diferentes que es imposible conseguir un solo frente enemigo, y más cuando se trata del destino de tantos individuos tan ajenos. Pero la clave se halla bajo la concepción de la cultura; ésa que se entiende como la cápsula donde se contiene nuestro legado humano y todos sus rasgos distintivos.

La idea es conformar un puente entre la diversidad social y cada sector integrarlo con la oportunidad de resolver ese desentendimiento que tenemos unos de los otros.

Veamos las infinitas virtudes de intentar llegar a la justicia a través del dialogo preventivo, y permitirnos en comunidad evitar la confrontación anteponiendo el bienestar del otro.

Conspiremos nuestro destino, hagamos la estrategia y determinemos qué puntos nos pueden servir para obtener nuestros anhelos y contemplemos los deseos del prójimo para todos ganar la guerra contra el futuro.

Esta es la invitación abierta para creer que es posible, pensando que aún nos falta a todos determinar cómo sucederá y qué pasos daremos en el recorrido nada sencillo de conspirar nuestro destino.