sábado. 07.06.2025
El Tiempo

El 'esperma de tiburón', muestra de la incongruencia voraz

El 'esperma de tiburón', muestra de la incongruencia voraz

 

Desconfía del indio con barbas, del español lampiño, de la mujer que luzca como hombre y del hombre que hable como niño.
(Anónimo)

La verdad, no lo podía creer. Pensé que se trataba de una broma, pero no. El inicio de la nota decía así: “Para el diputado priísta de Guanajuato, Guillermo Romo, la imagen lo es todo. No importa si para lograrlo tiene que convertir el baño de los hombres del Congreso en su camerino privado, para colocarse a gusto su gel de espermatozoides de tiburón…”, y me dije: ¿esperma de qué? Entonces volví a leer para asegurarme que no estaba equivocada, luego me dispuse a observar el video realizado por Francisco Picón. Quedé muy sorprendida, pero también con un amargo sabor a indignación.

Estoy convencida que una comunicación efectiva va de la mano de una buena imagen personal. He tenido la oportunidad de brindar mis servicios como Coaching a funcionarios públicos, empresarios y amigos. Les ayudo a darse cuenta sobre cómo potencializar su imagen personal o la de su empresa. Es cierto, cuidar nuestro aspecto físico, nuestra limpieza, la elección de la ropa que usamos, nuestro peinado, es importante, el todo, define quienes somos, la forma en que caminamos, las palabras y el tono de nuestra voz, con todo nuestro ser, siempre estamos transmitiendo mensajes.

Pero toda la pulcritud y el mejor estilo nunca, pero nunca, comunicarán de manera eficaz si hace falta un elemento sumamente esencial: la congruencia.

La congruencia es el balance que existe entre nuestros pensamientos, acciones y emociones. Para lo cual primero que nada debemos tener claro y ser consciente de quienes somos, incluyendo en esa definición nuestras fortalezas, valores, principios, hábitos, creencias, sueños, deseos, visualizaciones, etc. y los aspectos que no tenemos bajo nuestro control.

La congruencia evita conflictos y otorga poder personal. Nuestras creencias, valores e intereses que trabajan coincidentemente para alcanzar un objetivo. La confianza, se nutre de la congruencia: entre lo que se piensa, se dice y lo que se hace.

Si un político desea tener credibilidad y autoridad moral, necesita ser congruente con sus palabras y sus actos, entre lo que ofrece y lo que está dispuesto a cumplir.

¿Qué impresión te daría un nutriólogo que tratará tu problema obesidad o sobrepeso cuando él mismo pesa 100 kilos, come alimentos “chatarra” y además fuma?

 La incongruencia se ha convertido en una práctica muy recurrente en todos los niveles de la política, como si fuera un requisito de contratación. Asuntos como los del diputado Romo, llegan a formar parte del “folklor nacional”.

Y hablando de trasmisión de mensajes, las imágenes que se muestran en el video de Francisco Picón, nos dicen mucho, de la personalidad del diputado Gerardo Romo. Más de lo que nos transmiten con sus propias palabras.

Observamos como utiliza el baño como su camerino privado. Vemos que ocupa toda la parte de los lavamanos con su equipo de belleza y limpieza. Me llama la atención que en uno de los cajones guarda por lo menos una decena de gotas para los ojos, cuando para una persona “normal” con un frasco sería suficiente, al menos que cada gotero contenga una substancia especial para sus ojos “especiales”.

También observamos varios tipos de maquillajes, de cremas, y otras cosas para los “pelos”, otros tantos materiales para el calzado (según lo describe el mismo). Pero como si no fuera suficiente, a demás de todo eso, cuenta con un equipo de tres ayudantes, muy al estilo de una producción cinematográfica.

Sus acciones se asemejan a los síntomas de la “Acumulación Compulsiva”, que es una patología considerada hasta ahora como un subtipo clínico de Trastorno obsesivo-compulsivo.

Muchos acumuladores consideran sus pertenencias como extensiones de sí mismos. De forma íntimamente relacionada con otros fenómenos obsesivos como la necesidad de control o el temor a la incertidumbre, los objetos suponen para el acumulador una fuente de comodidad y seguridad y denotan un entorno seguro.

No se puede ocultar la verdad, y este es sólo un ejemplo de tantos. Es inmoral e indignante cómo muchos funcionarios públicos se han servido para sustentar privilegios que rayan en el abuso, donde los dineros públicos son utilizados con fines cien por ciento personales y sin límites.

En un país como en el que vivimos donde las diputaciones “caen del cielo”, es visible el contraste entre la opulencia de unos que se enriquecieron en tan sólo algunos años, mientras los ciudadanos siguen esperando el apoyo para salir adelante.

Lo que si me queda claro, es que a los políticos fantoches los podemos encontrar en todos lados, de todos los colores o preferencias y todos tienen un común denominador: la ambición los corrompe.

Parecen estar decididos a no salir nunca de estos partidos por algo que salta a la vista: no podrían dejar de cobrar un sueldo de lujo, que ganan con el mínimo esfuerzo, porque su ambición enferma, les exige a cada momento tener más, más y más, sin importarles perder su dignidad, (si es que algún día la tuvieron) al cometer actos deshonestos con tal de acumular riquezas que nunca imaginaron tener fuera de su cargo público.

El antojo caprichoso se ventila con total impunidad, mientras que estos Políticos fantoches hacen lo que les place, ante la mirada impotente de los ciudadanos.

Pero también es sumamente desconcertante que algunos medios de comunicación evalúen el desempeño de los legisladores de acuerdo a sus intervenciones en tribuna. No es casual que hoy en día padezcamos la ausencia de verdaderos liderazgos, porque se ha convertido en una moda el declarar por declarar. Me ha tocado ser testigo presencial de cómo muchos diputados buscan tener un pronunciamiento en tribuna con tal de aparecer en los titulares de la prensa o bien de ganarle a un contrario en sus declaraciones.

En la mayoría de los casos los discursos en tribuna son sólo un guión previamente establecido y redactado por otros sobre lo que tienen que decir, o lo que creen que los ciudadanos quieren escuchar y muchas veces ni ellos mismo saben lo que contiene el pronunciamiento.

Los funcionarios públicos, específicamente los diputados  deberían ser evaluados por otras variables, por indicadores más precisos cómo la generación de iniciativas y aplicación de las mismas a favor los ciudadanos o en el desarrollo de su entidad. Por su calidad moral y ética en sus actos.  Su capacidad y sensibilidad para llegar acuerdos con los diferentes grupos sociales y políticos, nacionales e internacionales, para que esto no sea un impedimento en el desarrollo y vinculación social, política y económica, entre otros.

Lo más conveniente sería que dejaran de posar para los medios, y comenzaran a trabajar en pro de sus representados, así podrían ganar reconocimiento, enarbolando acciones que tengan un impacto inmediato en la vida de quienes les rodean.

Pero como diría el multifacético Alejandro Jodorowsky “para acabar con los malos políticos hay que elevar por todos los medios el nivel de conciencia de los que votan”. Y atendiendo a su cita creo que es necesario que los ciudadanos seamos conscientes de que los políticos no son nuestros amos, si no que al contrario, son nuestros servidores, nosotros pagamos su sueldo.

Hace unos días una niña de 11 años de edad, se convirtió en madre, producto del abuso sexual por parte de su padrastro. Según Unicef, "6 de cada 10 niños sufren algún tipo de maltrato (golpes, insultos, humillaciones, abandono); 10 por ciento algún tipo de agresión física en la escuela; 5.5 violencia sexual; 16.6 violencia emocional. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) coloca a México en el primer lugar en violencia física, abuso sexual y homicidios de menores de 14 años.

Todas estas cifras nos muestran lo indefensos que se encuentran los niños y niñas en nuestro país, en nuestro estado.  Vemos a niñas y niños pidiendo dinero en los cruceros ante la indiferencia y la complicidad gubernamental y social. Somos de las naciones menos avanzadas en legislación que protege a niños y niñas del abuso y maltrato.  Los códigos penales de los estados del país no están homologados con las leyes federales para proteger a los menores.

Estos problemas y necesidades, son a los que nos referimos, de este tipo son las necesidades sociales y los asuntos urgentes que deben atender y analizar los diputados guanajuatenses, pero parece que están más preocupados en otras cosas, como en su cutis. Señores diputados, recuerden: no se puede construir nada duradero con base en la simulación, la deshonestidad y la mentira, porque tarde o temprano todo se les vendrá encima. Y podrían quedar sepultados bajos los escombros.