martes. 24.06.2025
El Tiempo

Democracia rural y tecnología

"Fueron electos mediante elección directa, personal, secreta... y mediante el uso de urnas electrónicas, los delegados rurales en 77 comunidades."

Democracia rural y tecnología

El domingo pasado se llevó a cabo  en las comunidades rurales del municipio un evento que pasó desapercibido para la mayor parte de los habitantes leones de la zona urbana. Fueron electos mediante elección directa, personal, secreta... y mediante el uso de urnas electrónicas, los delegados rurales en 77 comunidades. El hecho es importante más allá de las críticas y de las imperfecciones que pueda tener el proceso, porque representa una forma nueva de elegir a unos representantes que anteriormente eran nombrados de manera totalmente vertical y dependiendo de los colores del partido en turno. Los delegados rurales han sido tradicionalmente herramientas en los procesos electorales, más allá de sus funciones de vinculación de las comunidades con el gobierno municipal, y las razones para su elección tenían que ver principalmente con eso.

No tengo elementos en este momento para evaluar la calidad del proceso y ponderar las irregularidades que el PRI y el verde han denunciado. Lo que se puede constatar a simple vista es que son denuncias propias de cualquier proceso electoral en nuestro país. Eso no quita peso a las denuncias ni es consuelo alguno, pero no invalida ni le quita todo lo novedoso que tiene este nuevo proceso. Me parece que el paso dado hacia adelante será difícil de eliminar en el futuro, como ha sucedido en los avances democráticos que se han dado en el país. Podemos pensar desde luego en mejorar el proceso. Probablemente hace falta más capacitación y difusión, se deberán cuidar las formas en las convocatorias y como siempre, habremos de cuidarnos de los mapaches de siempre. Pero es mejor un proceso democrático imperfecto al perfecto dedazo que teníamos.

El proceso tiene también otros aspectos que resultan relevantes e innovadores. El primero es,  sin lugar a dudas, el hecho de que la votación se haya realizado de forma electrónica. Desde hace mucho se ha hablado de la necesidad de tecnificar nuestros procesos electorales, lo que reduciría enormemente los costos y facilitaría la participación de ciudadanos que eventualmente pudieran acceder a la urna desde sus casas. No es nuevo en el mundo, desde luego, pero siempre que se habla del asunto surgen muchas dudas y voces de alerta.  Una de ellas es la que se basa en la supuesta incapacidad de la mayor parte de los mexicanos para entender la nueva forma de votar, lo que podría fomentar el abstencionismo o dar lugar a distorsiones, por la necesidad de muchos votantes de ser “ayudados” a la hora del voto. Esta preocupación puede tener algo de razón, pero la forma de votar que utilizamos actualmente requirió y sigue requiriendo  también de un aprendizaje, especialmente de las personas con cierto grado de analfabetismo. Resulta paradójico que al menos en nuestro estado, los primeros que hayan probado un sistema más eficiente sean los habitantes de la zona rurales, que tienen una menor escolaridad. Las quejas y críticas que se han hecho al ejercicio del pasado domingo no parecen tener relación tanto con el uso de la tecnología como con las prácticas propias de nuestra tradición electoral, sin importar el si se usa crayola o mouse.

El uso de la tecnología para recoger la opinión ciudadana no es un asunto nada más de agiornamiento o de moda. La tecnología puede abrir nuevas formas de participación nunca antes vistas, como lo expresa muy bien un vídeo que circula en Internet llamado “Us Now” (Ahora nosotros). La facilidad de contacto que ofrecen las computadoras y su rapidez de procesamiento permitirán a las autoridades poner a consideración de la población cada vez más asuntos relevantes, lo que amplía nuestra concepción de democracia.

Ya es práctica en algunas ciudades del mundo poner a consideración proyectos alternativos a llevarse a cabo en la ciudad, y recibir la opinión de la ciudadanía de forma casi inmediata. Se podrían poner a consideración de las y los ciudadanos muchos asuntos que ahora se restringen debido al costo y el tiempo requeridos para hacer las consultas. La consulta popular, el plebiscito, tienen cada vez más oportunidad de hacerse una realidad frecuente.  Claro, esto no depende nada más de la tecnología, porque al mismo tiempo que se abren estos espacios, se siguen pidiendo firmas en papel para poder hacer nuestro derecho a poner una iniciativa ciudadana a discusión del Congreso. La prehistoria y la posmodernidad en convivencia.

En el caso de la elección de los delegados rurales, el voto electrónico permitió al alcalde presentar los resultados al pleno del Ayuntamiento apenas al día siguiente de realizada la elección. Y un día después la lista pudo ser publicada y dada a conocer a la ciudadanía en general, lo que habla de las bondades en términos de eficiencia del procedimiento.

Ojalá muy pronto la elección de los comités de colonos, que están sujetas siempre a los manoseos políticos, pudiera seguir la misma ruta.

Por cierto que en esta lista podemos observar que casi el 50% de las electas son mujeres. Parece que también en eso nos llevan ventaja en las comunidades rurales, puesto que no fue necesario establecer cuotas ni reglas complicadas para que al final la composición del grupo mostrara equidad de género.