FIDESSEG, ¿botín político? • David Herrerías

“…se destruiría una iniciativa que puede dar mucha vida al trabajo de las organizaciones de la sociedad civil en Guanajuato…“

 

Recientemente diputados de Morena en el Congreso cuestionaron la asignación de recursos del FIDESSEG a personas vinculadas al PAN. La mayor parte de los guanajuatenses no sabe lo que es este fideicomiso, pero la noticia , a fin de cuentas, suena a desvío de recursos públicos.

El FIDESSEG se creó a iniciativa de un grupo de empresarios del estado, imitando a un organismo en Chihuahua que se llama FECHAC y que ha dado muy buenos resultados. En ese estado, los empresarios propusieron imponerse un impuesto basado en un porcentaje del impuesto a la nómina, de tal manera que ese recurso extra sirviera para crear una fundación que apoyara la labor de las organizaciones civiles. La legislación del estado norteño permitió que el gobierno funcionara sólo como recaudador, pero el dinero no se consideró público. Cuando esa idea se llevó a cabo en Guanajuato, no se encontró una vía legal para hacerlo así, de tal forma que quedó como un impuesto etiquetado, pero lo recaudado es finalmente dinero público. 

El proceso para la asignación del recurso sigue normas de operación estrictas y complejas. Presentados los proyectos, pasan primero por el filtro de dos fundaciones (Fe Guanajuato o Actuando), después por sendos subcomités del fideicomiso, para ser finalmente aprobado por el Comité. Estos organismos tienen representación ciudadana y gubernamental.  

Uno de los propósitos centrales de este impuesto nuevo era favorecer el nacimiento y existencia de asociaciones civiles que ofrecemos servicios a la comunidad y enfrentamos muchos problemas para financiar nuestras actividades. Si algo se puede recriminar al FIDESSEG no es su rigor en la aplicación de las normas, sino lo farragoso y complicado que se ha vuelto el proceso. Esto ha hecho que para acceder a este fondo, se requiera un aparato administrativo muy robusto, que pocas asociaciones en el estado tienen. Hay más dinero en el fondo que asociaciones capaces de aprovecharlo.

Es innegable que cualquier institución que recibe dinero público debe ser transparente y estar dispuesta a ser auditada,  pero el peligro de esta arremetida contra el fideicomiso es que, en lugar de favorecer que las reglas de operación puedan flexibilizarse para apoyar a las asociaciones que más lo necesitan, lleve a un endurecimiento de las reglas, lo que hará que quienes se sigan beneficiando sean las asociaciones más grandes.

Desde la cercanía que he tenido con este proyecto puedo expresar mi confianza en que no hay nada que ocultar, y vale la pena abrirse y transparentar su operación, pero convertirlo en botín político podría llevar a su desaparición, con lo cual se destruiría una iniciativa que puede dar mucha vida al trabajo de las organizaciones de la sociedad civil en Guanajuato.