Si de verdad quieres a Pachita • David Herrerías

“Hay mucha información en internet sobre el trámite; basta con teclear: “seguro trabajadoras del hogar”. ¡No nos hagamos…!”

Si de verdad quieres a Pachita • David Herrerías

A Pachita la “tienen como si fuera de la casa”, dicen para expresar su cariño. Eso quiere decir que la “muchacha” –así le llaman, aunque tenga sesenta años– vive en la casa y le dejan ver la tele con los niños, porque así está atenta y les sirve de cenar. Su jornada, gracias a que la tratan “como si fuera de la casa”, empieza a las 6 de la mañana y termina a las nueve o diez de la noche. Eso sí, tiene derecho a sus tres comidas, aunque nunca tuvo Seguro Social y su pensión dependerá de la buena voluntad de sus patrones. 

Es indudable que hemos avanzado en el reconocimiento de los derechos de las mujeres, aunque existiendo una enorme brecha que recorrer. Y en este campo como en muchos, la inequidad socio económica condiciona el acceso a los derechos. Muchas mujeres de las clases medias y altas han podido desarrollarse profesionalmente, no porque los varones hayan asumido las tareas que les corresponden en el hogar, sino por la labor de las trabajadoras del hogar, otras mujeres que, en la mayoría de los casos, trabajan en condiciones muy precarias.

Cada vez hay menos familias que tengan trabajadoras del hogar de tiempo completo, como Pachita, pero abundan las que contratan mujeres “de entrada por salida”, uno o dos días a la semana. Eso las pone en condiciones todavía más difíciles, aunque al menos sus horarios de trabajo no sean tan amplios. 

Se calcula que en México 2.3 millones de personas se dedican al trabajo en el hogar remunerado, más del 90% son mujeres. Y en este ámbito también hay diferencias de género: según CONAPRED, tres de cada diez hombres trabajadores del hogar perciben menos de dos salarios mínimos; entre las mujeres, la proporción aumenta a cuatro de cada diez. El 83.2% de los hombres en esta ocupación no tiene acceso a servicios de salud; entre las mujeres aumenta a 98.1% ¡Casi la totalidad! Una tercera parte de ellas empezaron a trabajar siendo menores de edad, muchas de ellas antes de los 15 años. (CONAPRED, Ficha Temática Trabajadoras del Hogar).

Uno de los avances de los últimos años fue, primero, que existiera la opción de darles seguridad social a través de un mecanismo adaptado a este sector, aunque no era obligatorio. Desde noviembre del año pasado ¡ya es obligatorio!, si las personas empleadoras no realizan este trámite, estarán incumpliendo la Ley Federal del Trabajo y La Ley del Seguro Social. Pero este cambio legal, como muchas otras cosas en México, puede quedar en letra muerta si no se hace realmente exigible.

Cuando en No+Pobreza hemos hablado en varios foros sobre el Salario Digno, la atención se centra, naturalmente, en las empresas, y muchos de los que se escandalizan por los bajos salarios y las malas condiciones de los trabajadores en las fábricas, tienen trabajadoras del hogar en condiciones inferiores, con salarios bajos y sin seguridad social.

El seguro para las trabajadoras del hogar contempla enfermedades y maternidad, riesgo de trabajo, invalidez y vida, con una pensión que, ante su muerte, dé a su familia cobertura; ahorro para el retiro, cesantía en edad avanzada y vejez, así como guarderías y prestaciones sociales.

El mecanismo que ha establecido el IMSS es muy sencillo y se adapta a las condiciones de trabajadoras que laboren incluso un solo día por semana. Es un trámite fácil y su costo compensa con mucho la posibilidad de hacer justicia a este sector de la población que tanto bienestar aporta y que tan mal ha sido retribuido. 

Hay mucha información en internet sobre el trámite; basta con teclear: “seguro trabajadoras del hogar”. ¡No nos hagamos…!

Comentarios