miércoles. 24.04.2024
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Chispitas de Lenguaje • Estaciones del año • Enrique R. Soriano Valencia

"Las estaciones del año solo son cuatro. Deben escribirse con minúscula inicial porque no son sustantivos propios son nombres cíclicos."
Chispitas de Lenguaje • Estaciones del año • Enrique R. Soriano Valencia

La palabra estación procede del verbo estar. Se refiere a la permanencia de algo de forma temporal. Y cuando se trata de las del año, justo alude a un periodo en el que un clima característico permanece durante un lapso. Las estaciones del año solo son cuatro. Deben escribirse con minúscula inicial porque no son sustantivos propios son nombres cíclicos.  

Según la mitología griega, en un principio en el mundo solo había una sola estación: la primavera. La palabra primavera procede del latín prima y ver / veris. Su combinación forma el concepto primera edad. Es decir, se trató del primer clima o estación que los seres humanos percibieron o registraron (o al menos de los que tuvieron consciencia). 

Según la tradición legendaria, con esa estación los seres humanos siempre contaban con condiciones para tener alimento y flores para adornar su persona y sus casas. Es decir, un clima permanente de bienestar, incluso como se conceptúa en el Edén judío, donde todo estaba para el disfrute de los seres humanos. 

La responsable de esas condiciones era la diosa griega de la agricultura Deméter (con los romanos pasaría a llamarse Ceres, de donde procede la palabra cereal). Esta era la diosa Madre (de la palabra Deméter derivó el vocablo madre). Deméter tenía una hermosa hija que se llamaba Perséfone. Esta chica fue raptada por Hades, el hermano derrotado por Zeus y condenado a habitar el inframundo, que en la tradición judeocristiana pasarían a llamarse infiernos.

Deméter pidió ayuda a los otros dioses para rescatar a su hija. Egoístas, el resto de dioses no atendieron la solicitud de Deméter. Entonces, la diosa Madre dejó de ofrecer un clima benigno. Los seres humanos empezaron a descuidar sus rituales de alabanza a cada dios porque pasaban hambre y estaban más ocupados en sobrevivir. 

Así, los dioses decidieron hablar con Hades para que liberara a Perséfone. Según la mitología, nadie ni nada podía salir del inframundo una vez entrado a él. El único, era el propio Hades. Ante los ruegos de todos los dioses, accedió, pero por temporadas. Para ese momento, la misma Perséfone ya había aceptado ser la mujer de Hades, por lo que tampoco deseaba abandonar su nuevo hogar y a su pareja. 

Así, una vez al año, por seis meses, Perséfone visitaría a su madre. Los cambios en el estado de ánimo de Deméter, darían los diversos climas. El verano sería la época de intensidad emocional por el encuentro entre madre e hija; el otoño, cuando la tristeza invade a la madre por el reciente retorno de su hija a la casa de su pareja; y el invierno, la época de total tristeza donde sufre la ausencia de Perséfone. Por supuesto, la primavera, es el momento del reencuentro con la diosa Madre. 

El vocablo verano procede del latín verānus-a-um que estrictamente significa verdadero o de verdad, que por distintas variaciones en su uso se refería a la verdadera temporada intensa por estar juntas madre e hija. La palabra otoño, por su parte, procede de raíces griegas y significa la plenitud del año. Por último el término inviernoprocede del griego y de ahí pasó al latín hibernus para referirse a la época de mayor frío.