Cuando el destino nos… ¡alcanzó!
Finlandia, el país más avanzado en Educación –según la ONU–, anunció hace unos días que dejará de enseñar a los niños a escribir a mano a partir del otoño del 2016. Minna Harmanen, de la Junta Nacional de Educación de ese país, reconoció que la renuncia a la escritura manuscrita será una transformación cultural importante. La escuela, enfocada al desarrollo de habilidades para la vida, se ha topado, a causa de la tecnología, que cada vez es menos regular esta habilidad como una necesidad concreta. Esta decisión del país vanguardista ha abierto un debate en Europa, que en la Cumbre Iberoamericana celebrada en Veracruz no ha asomado, a pesar de que el tema central es la educación.
Hace treinta años escribí un cuento de ciencia ficción sobre el tema. En un futuro nada próximo, padres de familia protestaban ante un supuesto Ministerio de Educación por la decisión de una maestra de enseñar a sus alumnos a escribir directamente con las manos. Según la historia, los argumentos de los padres iban desde la deformación de estas extremidades, hasta el impacto psicológico por tratar de desarrollar una práctica abandonada hacía siglos. Aquel cuento lo escribí al suponer que las máquinas de escribir (en ese momento, las más avanzadas eran eléctricas y nada permitía imaginar –aunque ya estaba en la mente de los ejecutivos de IBM– que se vendría una revolución con las computadoras personales, las PC) serían el futuro. Visionaba que el teclado físico sería cada vez más popular (nunca imaginé el teclado en la misma pantalla, como los teléfonos inteligentes).
Cuando comenté hace unos días el tema finlandés con personal dedicado a la Educación (algunos doctores de esta especialidad), les pareció una idea tan chocante que de inmediato reprobaron la decisión. Sin embargo, entre personas no relacionadas con el sector educativo, no pareció tan descabellada la decisión.
¿Qué tanto podría afectar la falta del dominio de estas habilidades psicomotrices en el desarrollo del cerebro? Es cierto que la evolución del primate en el ser humano actual no tuvo algo que ver la escritura, pero sí mucho la psicomotricidad fina. Elaborar instrumentos de caza o pesca, así como bienes para la vida cotidiana, obligó al cerebro del joven ser humano a desarrollar conexiones cerebrales que le dotaron de un enorme potencial. La escritura solo empezó a masificarse en la Edad Moderna, cuando se rompió con el concepto medieval de que el conocimiento era producto del pecado original.
Pero también es cierto que la potenciación de las capacidades y habilidades se ha dado en la Edad Moderna, en la que los hombres escriben y leen. Ello facilitó el intercambio de ideas para el análisis de la realidad, así se enriquecieron los conceptos particulares con los sociales. En la aparición de esta potencialidad, ¿tuvo que ver la psicomotricidad fina (habilidad de manipular un instrumento fino) o tan solo el intercambio de ideas y reflexiones? (que no se perderá, gracias a los sistemas de manejo, almacenamiento y trasmisión de información). Es decir, leer y el intercambio de ideas no se perderá.
Leer ha contribuido enormemente en el desarrollo de las habilidades cognitivas, pues propicia la conceptualización (y eso enriquece la visión de la realidad). Contra ello no se atenta la decisión finlandesa. Pero, ¿llegaremos a protestar porque alguien enseñe a un niño a escribir a mano? Dejar de usar las manos para escribir, ¿afectará la conceptualización? Eso estará por verse, porque no se sabe tanto del cerebro. El futuro ya empezó… solo esperemos que vaya en la dirección correcta.