viernes. 27.06.2025
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Trabalenguas

¿Qué objeto tiene jugarlos? El juego es muy importante para el desarrollo de habilidades. Una inadecuada conceptualización supone que solo los niños deben jugar. Es cierto que para ellos es fundamental, pues se encuentran en etapa formativa. Sin embargo, jamás en la vida un ser vivo deja de incorporar experiencia a través de las actividades (sean lúdicas o no). Por ello, debía propiciarse más el juego entre adultos (el deporte es una forma de jugar, aunque muchas veces se promueva solo argumentando el factor de salud física). El aspecto de diversión dota a las actividades (cualesquiera que estas sean, incluso podrían ser laborales) una mayor perdurabilidad pues rebasa el aspecto de habilidad para incorporar el componente emocional. Eso hace más efectiva la experiencia y aporta al individuo mayor grado de habilidades e identificación con lo que realiza.

Los trabalenguas, desde la perspectiva del lenguaje, son de los juegos con mayor intensidad emocional. Estos son combinaciones de sonidos, enunciados rítmicamente, que ofrecen dificultad para pronunciarse a una cierta velocidad demandada. El trabalenguas pone a prueba la coordinación entre lo que se debe enunciar y lo que se enuncia, en el que juega un papel aparentemente secundario el significado. Fisiológicamente, cualquiera posee las mismas capacidades que otros para enunciar algo (ello nos viene por el género); pero dado que son palabras que tienen significado, entonces el componente semántico también interviene. Al expresar un trabalenguas la coordinación psicomotora se ve intervenida por el sentido de las palabras.

Sin embargo, el trabalenguas es un juego social. Raramente un individuo ensaya solo el trabalenguas sin pretender ponerse a prueba frente a los demás posteriormente. Su propósito, en última instancia, es demostrar las habilidades para enunciarlo sin errores.

El rey de Parangaricutirimícuaro/ se quiere desemparagaricutirimicuar. / Quien lo desemparangaricutirimicue / será un gran desemparangaricutirimicuador.

 Entonces, el trabalenguas aporta socialización, desarrollo de habilidades del lenguaje y mejor precisión entre pensamiento y coordinación motora para la emisión de una palabra (cuerdas vocales, pulmones, diafragma, labios y lengua).

El trabalenguas es el equivalente al malabar en el juego de ritmos, impulsos y coordinación. Sin embargo, para el cerebro representa el mismo proceso: establecer conexiones neuronales para lograr cumplir con la función. En ese sentido, logra mayor habilidades y tiene, por tanto, mejores capacidades quienes dominan malabares y trabalenguas que quienes ni siquiera lo intentan.

Discovery reporta el caso de una persona que desde pequeño sufrió una lesión en la vista. La persona debió esperar 35 años para contar con la tecnología y poder solucionar su problema. De adulto logró recuperar la visión. Sin embargo, no pudo dejar el bastón porque las conexiones neuronales que se logran con el juego (por ejemplo, andar en bicicleta y poco a poco adquirir la experiencia para calcular distancia, movimiento y profundidad) eran inexistentes. Esas vinculaciones entre neuronas debía lograrlas mediante actividades equivalentes. El juego, a pesar de ser adulto, seguía siendo una forma de conseguirlas.

Lo mismo sucede para quien no practica trabalenguas. Los adultos podríamos recuperar o conseguir estímulos que hicieran propicio conexiones neuronales que nos aportarían mayor número de habilidades para nuestro desenvolvimiento en sociedad.