Utilidad del idioma
"Estudiar y entender tiene muchas más ventajas que solo poseer buena ortografía y habilidades estilísticas..."
Cuando se imparte español en la escuela, todos –incluso profesores–, limitan el alcance a solo escribir correctamente. Estudiar el idioma ofrece muchos más beneficios de los que en esta colaboración anotaré.
El peso de la lengua en la evolución humana y el crecimiento de la bóveda craneal es incuestionable. Es decir, nos dio raciocinio y la fisonomía actual. Desarrollar la función del lenguaje obligó al cerebro a otras muchas funciones como la memoria a largo plazo. Es cierto que otros factores también estuvieron presentes, como el dedo prensil –que dotó de una extensión a la fuerza del brazo y con ello de igual forma incidió en la conformación del cerebro y el desarrollo de la tercera capa–. Sin embargo, el lenguaje tuvo más un papel protagónico en la geografía cerebral. Por ello, estudiar el idioma no solo confirma, fortalece y recupera la experiencia histórica, también finca las bases para proyectarla. Con ello, como la evolución no es proceso acabado en ningún ser vivo, se fortalecen las condiciones para que la raza humana siga siendo lo que hasta hoy: un ser creativo para encontrar soluciones.
El lenguaje está vinculado a la risa. Esta última surge cuando el cerebro descubre lo absurdo. Y este, a su vez, solo puede aparecer cuando se comprende cómo una idea, concepto o secuencia lógica deja de serlo. Es decir, que la risa fortalece las capacidades y la rapidez analítica. Según Richard Withmark, investigador inglés, los mejores chistes están vinculados al idioma. Es decir, son narrados.
Y aquí se presenta otro factor de suma importancia relacionado con el idioma: la narración que de forma creativa y extensa se llama literatura. Leer poesía y prosa lleva a desarrollar la imaginación. Este es un proceso de conceptualización mucho más allá que la simple formulación de secuencias de imágenes para describir historias. En realidad, dotar al lector de datos y elementos –en la narrativa– para que formule hipótesis de a lo que se enfrentarán los personajes, forma conceptos en la mente que rebasan la definición de imagen. Un concepto es algo mucho más abstracto y, por tanto, de mayor profundidad. Entonces, leer favorece de forma muy contundente la conceptualización. Pero si a ello sumamos que el propio lector puede pasar al papel de redactor, entonces esa habilidad se intensifica.
Por otra parte, estudiar el idioma facilita ese proceso conceptual porque el lector estará preparado para valorar, sopesar y profundizar en lo que cada palabra y construcción representan.
Leer –ya en otra ocasión lo señalé– permite un mayor proceso de identidad con personas de diferentes características (los personajes). Ello, entonces, favorece la tolerancia y la solidaridad. Es decir, que hacer al hacer suyos a los personajes, el lector aprende a aceptar distintas personalidades, a reconocer puntos de vista diferentes y a aceptar la diversidad.
Por si no fuere suficiente con lo señalado, escribir o redactar literatura propicia que las conexiones neuronales se intensifiquen. Eso da como resultado que las personas que redactan sean creativas, mejores planificadores y que su toma de decisiones sea mucho más adecuada. Esto último ya ha sido difundido tanto por este columnista como por la revista Forbes. En uno de sus números señala que los empresarios o, cuando menos, los ejecutivos de firmas, deben ser hábiles redactores. Serlo da habilidades para la rápida toma de decisiones.
No obstante, si no fueran razones suficientes las anteriores, estudiar el idioma, usarlo para razonar, para leer, para argumentar y para escribir previene el Alzheimer. Al multiplicar las conexiones neuronales, la ausencia de algunas zonas físicamente hablando no representa un problema serio.
Conocer el idioma también previene la alexitimia, que es un trastorno relacionado con el autismo. Saber describir los padecimientos, permite entender y da habilidad para comunicarlos. Este solo hecho hace catarsis y por tanto evita, previene y aleja el padecimiento.
Estudiar y entender tiene muchas más ventajas que solo poseer buena ortografía y habilidades estilísticas. Dominar el lenguaje nos hace más la raza humana. Finalmente, el lenguaje y la risa –que ya comenté, está vinculada al razonamiento– es lo que nos distingue de los otros seres vivos de este planeta.