viernes. 19.04.2024
El Tiempo

Futbol • Liguilla Apertura, final desequilibrada • Fernando Cuevas

"Dispareja y por ende poco lucidora terminó siendo la serie definitiva por el título del fútbol mexicano entre los dos equipos más ganadores de torneos cortos"
final pachuca
Liguilla Apertura, final desequilibrada
Futbol • Liguilla Apertura, final desequilibrada • Fernando Cuevas

Dispareja y por ende poco lucidora terminó siendo la serie definitiva por el título del fútbol mexicano entre los dos equipos más ganadores de torneos cortos. Pasada la media hora del primer partido todo parecía estar decidido, dada la contundencia de uno y la fragilidad del otro, ahora sin contar con la suerte que tuvo en los partidos anteriores, las salvadoras intervenciones de Volpi -quien paradójicamente en su anterior final en México (Clausura 2015) también recibió una goleada defendiendo la puerta del Querétaro- y mostrando carencias impensables en la zona defensiva para un equipo finalista; en contraparte, el rival fue consolidando su juego desde la segunda mitad del torneo, lo siguió desarrollando en la liguilla y llegó a punto para el partido final. Como visitantes, los Tuzos derrotaron 4-1 a los Choriceros en el enfrentamiento que tuvieron durante el torneo y, por lo visto, aquel partido resultó premonitorio.  

El Toluca saltó al campo en la Bombonera muy bien arropado por el graderío y tuvo una oportunidad temprana a balón parado que terminó desperdiciando: a partir de ahí, todo fue cuesta abajo. Un fugaz contragolpe fue sentenciado por Ibarra al ‘8, seguido por un error de la zaga que Cabral concretó cinco minutos después. El 1-2 resultó demoledor, al punto que Ibarra anotó el tercero, segundo para su causa, e Isaías el cuarto del Pachuca antes del término de la primera mitad: cuatro goles de ventaja en una final que ponían de manifiesto la distancia entre ambos equipos, un poco difuminada antes del partido por el ímpetu del cuadro rojo y su capacidad de sobrevivencia. Tuvo sus llegadas el cuadro local pero claramente estaba siendo superado en el mismísimo infierno, ahora convertido en un paraje tranquilo para el cuadro tuzo, sin fuego amenazante.

Muy pronto, por si hubiera algún intento de reacción, Ibáñez clavó el quinto en los inicios del segundo tiempo y el asunto aumentó su nivel de escándalo. Reaccionaron los de rojo e impulsados por el clásico “sí se puede”, que recordaba gestas memorables, mantuvieron cierta actitud para recortar el marcador, logro que consiguieron vía Sierra al ’78 y de paso encender ligeramente la esperanza para iniciar una recuperación impensable. Todavía al final tuvo Fernández el segundo a través de un penal pero lo falló, apagando casi en definitiva cualquier tipo de anhelo para remontar en la vuelta. Se esperaba que el equipo hidalguense se llevara el triunfo pero no con tal holgura ni comodidad, sobre todo considerando que el cuadro mexiquense traía cierta motivación por los angustiosos triunfos que lo pusieron en esta instancia.

El partido de vuelta en el estadio Hidalgo se antojaba como un trámite previo a la celebración del título. Así fue, aunque los Diablos Rojos anotaron primero por conducto de López poco después de los veinte minutos, lanzando un disparo que le botó al portero y se le escurrió entre los brazos. Antes, Volpi ya había salvado en un par de ocasiones el arco de la visita, otra vez asediado desde el inicio, si bien no con la misma intensidad, sí con la punzante cuota de peligro para no caer en ningún exceso de confianza, no obstante fallar un penal rápidamente enmendado: hacia  el final de la primera parte, después de un periodo de control por parte del anfitrión, emparejaron el cartón vía Guzmán, regresando la ventaja de cuatro anotaciones en el global.

La segunda mitad fue aún más de trámite, ante los intentos infructuosos de los mexiquenses por acercarse en el global y la solvencia del pachuqueños, pronto anotando el segundo gol por conducto de Ibáñez y poniéndole más leña a la hoguera celebratoria de un título que ya tenían en la bolsa desde días antes. La fiesta se avivó más, por si hiciera falta, con el tercer gol anotado por Cabral desde los once pasos, después de que el árbitro revisara la jugada en la que hubo mano en el área. Ya lo demás fue esperar a que el reloj avanzara para que el júbilo explotara, mientras que el técnico Ambriz y los suyos mostraban buena actitud en la derrota, saludando y felicitando al equipo rival.

El Toluca sorprendió gratamente en la liguilla, después de un triste desempeño en la segunda mitad del torneo, pero decepcionó ampliamente con su participación en el duelo final, exhibiendo justamente todas las carencias que caracterizaron su juego en el tramo referido del certamen y en ciertos momentos de los partidos de cuartos y semis. De cualquier manera, el hecho de llegar más lejos de lo esperado puede ayudar a darle la solidez necesaria, sobre todo en el cuadro bajo, y que merece un equipo de esta envergadura. Por su parte, el Pachuca confirmó la buena etapa por la que atraviesa y el prometedor proyecto que está desarrollando, participando en su segunda final consecutiva, ahora ganándola con facilidad. Se trata de instituciones de las que se espera una fuerte contribución para generar jugadores mexicanos y seguir siendo animadores de nuestra liga, compromiso más asumido por el conjunto tuzo en años recientes.