Postemporada NFL [III]: Mejores los colorados que los pintos
Los partidos por el título de las conferencias marcaban favoritos a los locales pero quedaba el resquemor de la posibilidad de una sorpresa en ambos casos, por razones diferentes: el impulso de unos por haberse convertido en el caballo negro con todo y el jalón motivacional alcanzado en busca del banderín de la Americana, y por la experiencia de los otros, que acechaban por el título de la Nacional, sobre todo en la posición clave del juego. Se anuncian nuevas generaciones de mariscales, jugadores de referencia, entrenadores y, en parte, de franquicias ganadoras. Así la década de los veintes del siglo que corre. ¿Será?
El Titán encontró a su Jefe
En un clima engañosamente soleado, gélido hasta las entrañas, el primer cuarto empezó de acuerdo con la tendencia mostrada de manera reciente por ambos equipos en sus anteriores encuentros de la postemporada: los Titanes de Tennessee arrancaron en plan contundente emulando a su estrella Henry, primero con gol de campo de Joseph y después con anotación del susodicho para irse arriba 10-0 como si estuvieran jugando en el campo del barrio y no en el rojo y tribal estadio de los Jefes de Kansas City, saltando como favoritos por dos anotaciones según los momios principales y tratando de aprovechar su segunda incursión seguida en esta instancia, ahora como locales.
Pero dejaron despertar a los de casa antes del término del primer periodo con anotación por aire finiquitada por Hill, quienes se dieron cuenta que el asunto no era como para dar tanta ventaja; el segundo cuarto registró otra anotación de la visita vía pase corto de Tannehill a Kelly y como haciendo un inesperado acto de memoria, los anfitriones asumieron su rol de anfitriones favoritos y se lanzaron con todo a la ofensiva, de paso ajustando tuercas en el aparato defensor, sobre todo frente al monumental corredor rival. Mahomes se volvió adulto más rápido que en anteriores encuentros y lanzó pase de anotación a Hill y corrió a la zona esperada para dejar el marcador 21-17 rumbo al descanso: basta de sorpresas, parecían decir los poseedores del tomahawk.
El frenesí de la primera mitad se topó con pared durante el tercer cuarto, en el que los dos conjuntos lograron contener a las ofensivas y dejarlas sin puntos, si bien Williams culminó un consumidor ataque de más de siete minutos para mandar arriba a los locales al inicio del cuarto periodo, dejando la pizarra cuesta arriba para los Titanes, todavía más hundidos tras el pase largo de Mahomes que conectó con Watkins, poniendo la meta en un lugar inalcanzable. No se rindieron los visitantes, a pesar de la algarabía que ya invadía las tribunas del estadio de la flecha, que esperaba este momento hace cincuenta años, y todavía acortaron la distancia gracias a la anotación del receptor Firkser para dejar el 35-24 definitivo.
Encontrando el oro en la tierra
Los partidos se ganan en la trinchera, decían los clásicos. Si un equipo consigue establecer el juego terrestre es más probable que termine con el triunfo: deja mucho tiempo a la ofensiva rival en la banca, desgasta a la defensiva y va convirtiendo anotaciones que cada vez serán más difíciles de remontar, por las primeras dos razones. Los 49’s de San Francisco, después de su época dorada hace varias décadas y con algún momento célebre más reciente, volvían a la final de la conferencia Nacional con todo a su favor, sobre todo por la consistencia que lograron a través de la campaña, incluso regalándonos juegos emocionantes semana tras semana, ganando o perdiendo pero siempre al límite.
Los gambusinos probaron por tierra y les resultó: tuvieron cuatro yardas menos al final del juego que los Empacadores de Green Bay, pero sus avances fueron mucho más efectivos, sobre todo a ras de pasto. Mostert abrió el marcador en el primer cuarto con largo recorrido, como anunciando lo que estaba por venir: tuvo 220 yardas por tierra y cuatro anotaciones. Aprovechando errores, dominando la línea y concretando con eficacia de remolque, los de casa se despegaron en el segundo cuarto a un nivel difícil de alcanzar, vía un par de goles de campo del efectivo Gould y un par de anotaciones del mencionado corredor para dejar el partido, al medio tiempo, prácticamente decidido, sobre todo por la inconsistencia de los de verde.
Rodgers volvió al tercer cuarto para romper el cero con pase a Jones, levantando cierta expectativa, pero otra vez los de la bahía (californiana), respondieron pronto a través de una corrida más de Mostert, recibiendo balones a granel de la mano de Garoppolo, más dedicado a esta labor que a lanzar pases. Con 27 puntos de diferencia, el asunto estaba finiquitado salvo que ocurriera uno de esos milagro que necesitan condiciones distintas a las presentes: no obstante, en el cuarto final los visitantes no bajaron los brazos ni detuvieron las piernas y se acercaron a través de sendas anotaciones de Jones y Sternberger, quedando a dos posesiones de distancia con poco más de ocho minutos por jugarse. La emoción duró poco y Gould sentenció el partido con gol de campo para dejar el score 37-20 a favor de la casa.