martes. 24.06.2025
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Rusia 2018, día 16: saldos de la primera fase

"...En un análisis de las decisiones si no se hubiera empleado el sistema, se observa que al final hubieran calificado los mismos equipos, aunque con algún cambio de posición..."

Rusia 2018, día 16: saldos de la primera fase

En la décimo sexta jornada los estadios guardaron reparador silencio, aunque provocándonos un inesperado síndrome de abstinencia, dada la costumbre generada durante las dos semanas anteriores. La fiesta continuó en las calles rusas. Concluyeron los partidos de grupos y en términos de buen fútbol el balance es positivo: si bien algunos partidos ya se irán quedando fuera de los márgenes de la memoria, la mayor parte mantuvo el interés del aficionado más allá de nacionalidades y afinidades. Solo hubo un olvidable empate a cero, porque los hay memorables, y no faltaron las goleadas y los encuentros equilibrados. Hasta donde se sabe, tampoco se han presentado hechos graves vinculados con la seguridad en los estadios y las tribunas han sido terreno propicio para la algarabía, incluso superando la tristeza inmediata de la derrota.

La primera utilización del asistente de video arbitral (VAR, por sus siglas en inglés) resultó positiva y justiciera, si bien todavía quedan algunas dudas en cuanto a porqué determinadas jugadas no fueron revisadas, cuando por sentido común lo ameritaban. En un análisis de las decisiones si no se hubiera empleado el sistema, se observa que al final hubieran calificado los mismos equipos, aunque con algún cambio de posición. Los árbitros, por su parte, salieron en su mayor parte con la consigna de guardarse las tarjetas lo más posible, situación que por momentos provocó que algunos partidos fueran demasiado interrumpidos por las mal llamadas faltas tácticas, que finalmente representan el desprecio por el juego limpio. Si bien hubo fallas arbitrales, no ubico alguna que fuera determinante para cambiar por completo del destino de un partido.

Sorpresas gratas, cumplimientos y decepciones

La selección anfitriona jugó mejor de lo esperado en sus dos primeros enfrentamientos, saltando la barda de la fase de grupos cuando las dudas se posaban sobre ella; los japoneses, en un sector muy duro al menos en el papel, consiguieron su pase sobre todo aprovechando su primer partido y mostrando capacidad de recuperación en el segundo. Los suecos se levantaron de una dolorosa derrota de último segundo para consolidar su pase en el juego definitivo frente a México, también logrando su pase en particular por el enorme partido inicial que brindaron, uno de sus mejores en Copas del mundo, sobre todo considerando al rival.

Justamente Alemania se constituyó como la mayor decepción del torneo, quedando fuera en la primera ronda como no sucedía desde 1938: ya estarán de regreso más pronto de lo imaginado por lo que hay los equipos clasificados deben aprovechar su ausencia en esta fase. Polonia también decepcionó, sobre todo después de la gran eliminatoria que brindó y los africanos más fuertes, Nigeria y Senegal, tuvieron en sus manos el pase a la siguiente ronda en la última jornada y no consiguieron mantener la necesaria solidez para consumarlo: en el caso de los segundos, fue el número de tarjetas amarillas el que decidió que no siguiera en la competencia.

Irán brindó un Mundial por encima de lo previsto y se quedó a muy poco de calificar, mientras que Perú y Costa Rica parecieron merecer más de lo que terminaron cosechando en términos de puntos: sobre todo los incas brindaron un fútbol alegre y elusivo que no alcanzó para catapultarlos a los octavos. Corea del Sur fue un rival duro tanto en las derrotas como en el gran triunfo que consiguió en su último partido, en tanto Serbia se desempeñó conforme a sus posibilidades. Australia e Islandia cumplieron de acuerdo con las expectativas y si bien solo obtuvieron un punto, en todos sus encuentros manifestaron carácter y opusieron buena resistencia.

Marruecos y Arabia Saudita, después de un triste y desesperanzador inicio, recuperaron las formas y terminaron con dignidad su participación, al igual que Túnez, oponiendo resistencia en sus derrotas y cerrando con un triunfo. Egipto y Panamá se fueron con las manos vacías a pesar de que los primeros dieron buena pelea en todos sus partidos y los segundos terminaron con un mejor ánimo después de la catastrófica goleada recibida. Por primera vez desde 1982, el continente africano no tendrá un solo representante en la ronda de octavos, lo que representa un retroceso en la tendencia generada a lo largo de todos estos años.

Los clasificados

Tres equipos terminaron con los nueve puntos posibles: Bélgica, la mejor ofensiva; Croacia, el medio campo más sólido y Uruguay, que no recibió ningún gol. Desde mi opinión, fueron los mejores de la primera fase, en ese orden. Francia y Brasil hicieron lo necesario todavía sin explotar la gran cantidad de talento que habita en sus filas, en tanto Dinamarca, Suecia y Suiza cumplieron con una consistente participación que les alcanzó para estar presentes en estas instancias, ganando los partidos clave. España y Portugal, ubicados en un grupo accesible, alcanzaron la meta dejando ciertas dudas en el camino, después de regalarnos el mejor partido de la primera fase, mientras que Inglaterra retomó alcurnia dejada hace varios años en el vestidor y brindaron una convincente actuación.

Rusia, Argentina y México clasificaron a pesar de haber perdido uno de sus partidos tres goles a cero. Para el efecto anímico del torneo, resultó bienvenido el avance de los locales, fuertes en sus primeros dos encuentros y desnudados en el tercero. Sin mucho fútbol y con alineaciones inexplicables, los pamperos salvaron el honor con las uñas y los mexicanos fueron de más a menos pero les terminó alcanzando para estar presentes en esta fase, como lo han logrado desde 1994. Colombia se recuperó después de un inicio incierto y consiguió prolongar su presencia en tierras mundialistas y Japón, único representante asiático, agradeció su buen comportamiento en el campo cual reflejo de su sociedad, y alcanzó el segundo puesto del grupo por tener menos tarjetas amarillas que los senegaleses, con el que empató en todo lo demás.

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