martes. 23.04.2024
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Bullying • Descontrol de confianza

Bullying • Descontrol de confianza

El caso de Roberto Hernández, el chico de trece años de edad, estudiante del primer grado en la secundaria federal uno “Hermanos Aldama”, en el barrio del Coecillo, víctima de “bullying” y hospitalizado con lesiones severas, se ha convertido en todo un desafío para las autoridades.

Por supuesto para las educativas, que van de charla en charla sin atinar en la manera de atajar el fenómeno que propios y extraños reconocen como un peligro en las escuelas secundarias.

Y también para las responsables de la procuración de justicia que prefieren no hablar, con la excusa de que se trata de menores de edad.

El director de la escuela, Abel Ortiz, recién llegado, dice que encontró un plantel “muy tranquilo”, “muy disciplinado”, pero ya será cosa de que se vaya enterado de dónde está parado. En la federal uno, en la esquina de la calle San Pedrito y el bulevar Vicente Valtierra, coinciden muchachos de las calles duras del barrio del Coecillo, de La Carmona, de El Cortijo. Hace un par de años ahí mismo otro alumno fue herido con un arma blanca.

Dice el director Abel, que los agresores fueron identificados y se entregó un informe detallado a la Secretaría de educación de Guanajuato, la SEG.

Esa especie la confirma el delegado, Francisco Javier Zavala, quien suena enérgico. Asegura que más allá de la expulsión de los agresores y la atención psicológica que necesitan, tendrán que enfrentar las consecuencias legales de su proceder.

Vía su departamento jurídico, entregarán la información de los resultados de la indagatoria a las autoridades que se las requieran, porque el asunto está ya en manos del Ministerio Público.

El problema es que ahí, con la racha que se cargan, de querellas por violencia contra las mujeres, ya hasta al jocoque le soplan. En un giro que tienen muy ensayado –y gastado-, en la subprocuraduría de la zona sacan el librito y declaman que no habrá información, esta vez, porque se trata de menores de edad.

En realidad el asunto no es tan complicado. A Roberto, sus compañeros de tercer grado pretendían obligarlo a fumar un cigarro y él se negó. Lo golpearon duramente. Todavía nadie confirma si fueron dos, cinco o siete los golpeadores. El chico fue internado, grave, en una clínica del IMSS.

Más allá del estudio y las propuestas de prevención y atención a ese fenómeno social que se ha dado en llamar “bullying”, a Roberto lo golpearon y pusieron en riesgo su vida, de acuerdo al diagnóstico médico. Eso es un delito de lesiones de consideración. Como los agresores son menores de edad, irán al tutelar en la capital del estado. No hay manera de eludirlo si en la procuraduría hacen bien su trabajo. Es simple.

Por lo pronto, para Roberto fue todo en la secundaria uno del Coecillo. Apenas salga del hospital, donde felizmente ya dejó el área de terapia intensiva, se le buscará acomodo en un colegio particular; simplemente no quiere regresar ahí y necesitará además apoyo psicológico. La experiencia no fue menor.

Mientras, en la Secretaría de Educación de Guanajuato, ya sabe usted, anuncian un programa: “Educando para la Paz”, se llama el que está en turno y es para prevenir casos de violencia como el que nos ocupa. Los doscientos profesores que ya fueron capacitados, multiplicarían la enseñanza a un total de 3 mil 900, responsables de las formación de 80 mil muchachos.

En los esfuerzos oficiales contra el fenómeno del “bullying”, participan el sindicato magisterial, el DIF Estatal, la iniciativa privada y la Secretaría de Seguridad Pública del estado. Suena bien.

Álvar Cabeza de Vaca, el secretario de Seguridad en el gabinete del gobernador Márquez, reconoció que en las afueras de las secundarias de León hay “focos rojos” de inseguridad, tanto por la violencia escolar como por la delincuencia. Álvar fue el jefe de los policías de la ciudad y conoce el terreno.

Como quiera que sea, el caso de  Roberto en la secundaria del Coecillo ha dejado encendidas las alarmas, y nada justificaría la inacción de las autoridades ante este episodio de un fenómeno que a punto estuvo de tener un desenlace fatal.

Por otra parte, el castigo ejemplar –suponemos que será así- a los agresores, debiera servir también para desalentar ese tipo de conductas. Habrá que seguir de cerca el proceso.

Descontrol de confianza

En palabras del secretario de Gobierno del estado, Antonio Salvador García López, el 97.73 por ciento de los policías de los municipios de Guanajuato han sido evaluados ya en los exámenes de control de confianza, a los que obliga la federación.

Toño Salvador lo que hace es curarse en salud. Dice que en Guanajuato estaban en lo dicho y que cumplirían al plazo fijado originalmente, que fue el 28 de octubre, pero que, bueno, ante el descontrol que se traen por donde quiera, los federales otorgaron otro año de prórroga y nos vamos hasta octubre de 2014.

A ver, a ver. La aprobación de los exámenes de control de confianza, entendemos que es sólo un peldaño del entramado de la estrategia de seguridad que nos prometieron. Seguiría, por ejemplo, el establecimiento de un mando único. Don Toño Salvador haría bien en explicarnos si esa acción también se va a tardar otro añito.

El secretario de Seguridad estatal, Álvar Cabeza de Vaca, ha dicho una y otra vez que no habrá coordinación con los municipios que no hayan concluido la depuración de sus corporaciones policíacas ¿Eso también se recorre un año?

Ahora que, de haber sabido que habría esa prórroga pequeñita, la alcaldesa de León, Bárbara Botello, bien se pudo ahorrar las prisas en las liquidaciones y los gritos de los policías inconformes en manifestaciones por las calles de la ciudad.

En León se concluyó la depuración, según informó oficialmente el gobierno municipal, hace un rato de ello, así que usted diga cómo los ciudadanos han apreciado cambios o refuerzos en las estrategias… pues no. Lo hemos dicho otras veces: la realidad, es terca.

La Jaula

El Secretario de Turismo, Fernando Olivera y la directora del Festival Internacional de Cine de Guanajuato, Sarah Hoch, presentaron los resultados de la edición 16 del GIFF. Excelentes cuentas.

Informaron que en 16 años de existencia, el Festival es ya uno de los principales eventos culturales del país. Registró una asistencia de 121 mil 354 personas a las actividades del programa oficial y una derrama económica de 193 millones 144 mil 543 pesos.

Entre el 19 al 23 de julio, a la ciudad de Guanajuato llegaron 25 mil 691 turistas, 34 por ciento más que en la edición anterior. La ocupación hotelera promedio en Guanajuato y en San Miguel de Allende fue del 69 por ciento, superior en un 3 por ciento al año anterior.

Vino gente de 35 países y de 30 estados de México, que disfrutaron de conciertos, proyecciones, conferencias, talleres, homenajes y otras actividades.

Fernando Olivera salió en la foto y qué bueno, pero el reconocimiento es todo para Sara Hoch y su trabajo lleno de pasión, desde que el GIFF era aquel festival de “Expresión en Corto”. Enhorabuena.

Comentarios y quejas: [email protected] y @FPacomares