viernes. 27.06.2025
El Tiempo

La Miguel Alemán • Los padres putativos

La Miguel Alemán • Los padres putativos

La Miguel Alemán • Los padres putativos

A partir de un estudio contratado por el Instituto de Planeación del estado de Guanajuato, el Iplaneg, que se presentó ya al consejo del Instituto de Planeación municipal, el Implan, el reportero Julio Salas presentó en la edición dominical de EL HERALDO de León, un retrato inquietante de la manera en que se vive en la avenida Miguel Alemán y su zona aledaña, justo en el centro de la ciudad.

El estudio se denomina “Plan de Regeneración Urbana de la Avenida Miguel Alemán”, y fue elaborado por el despacho “Taller de Diseño Urbano”.

Ahí desarrollaron también el plan de regeneración del Barrio Arriba, con la colaboración de los vecinos; en la Miguel Alemán, los amenazaron y los echaron.

El estudio revela que el 51 por ciento es habitacional; 27 por ciento, comercial; 17 por ciento, de servicios; 2 por ciento, industrial; y el 1.7 por ciento, con usos especiales: sexo comercio y venta de bebidas alcohólicas y droga.

Los investigadores revisaron con lupa 1.7 kilómetros que es la extensión de la avenida y una superficie de 49 hectáreas. Encontraron de todo… lo malo.

Primero, que los accidentes aumentaron cuando a algún genio del municipio le pareció buena idea habilitar un carril “reversible” para el tránsito de las orugas. Basta con pararse en el puente frente al Descargue Estrella para dimensionar los (malos) alcances de la ocurrencia.

Documentaron el añejo fenómeno de la prostitución en esa zona, ahora, peligrosamente agravado: mujeres, hombres y menores. Unos mil 500 de ellos y ellas. Al finiquitar la obligatoriedad de las revisiones médicas –que ciertamente nunca fueron un permiso expreso para prostituirse-, se dispararon las enfermedades de transmisión sexual.

En los alrededores hay construcciones de fachadas inocentes que en los traspatios enormes levantan construcciones que funcionan como moteles y “deshuesaderos”.

Las calles Rivera y Nuevo León son ejemplos magníficos de las soluciones cosméticas que suelen ofrecer los gobiernos a los ciudadanos: en el trienio de Vicente Guerrero como alcalde y Álvar Cabeza de Vaca al frente de la seguridad pública, las sitiaron durante semanas para acabar con la compraventa de objetos robados. Hoy todo es como ayer.

La Miguel Alemán y su área de influencia son el paraíso de los prestamistas, las casas de empeño y el trasiego de objetos de oro: todo sin facturas y sin averiguaciones.

El deterioro insultante de la imagen urbana de la zona, dicen los investigadores, refleja el más absoluto desinterés de las autoridades, los vecinos, los comerciantes y hasta los compradores a lo largo de muchos años.

Las condiciones de inseguridad asustan hasta a los propios: en el año 2000 vivían ahí 4,396 personas; en 2010, sólo 3,357; y en 2030 quedarán menos de mil 400: menos del 40 por ciento. Los vecinos dicen que confían más en la policía que en las familias, lo que ya da mucho en qué pensar.

Hay un dato de escándalo: el 4.5 por ciento del vecindario es de población analfabeta; el resto incumplió la instrucción básica y el mayor grado de preparación es de segundo de secundaria.

La zona está abandonada, así de simple. Su análisis develó nueve puntos de conflictos vehiculares, problemas de movilidad peatonal y un déficit del 49 por ciento en cajones de estacionamiento. No hay infraestructura para los ciclistas pese al flujo. Ciclistas, vehículos particulares y orugas cohabitan a puro valor mexicano.

En la Miguel Alemán hay peleas, asesinatos y robos. El estudio propone 22 programas y 149 proyectos de regeneración de la zona: seguridad, urbanismo y servicios públicos; planeación, movilidad y medio ambiente; desarrollo social, economía y restauración.

Tarde o temprano los caballeros y las damas del Ayuntamiento habrán de decidir qué hacen con la propuesta que viene del Iplaneg y pasa por el Implan: poner manos a la obra o simplemente heredar el estudio a la posteridad. Se aceptan apuestas.

Los padres putativos

A ver qué dicen a lo largo de la semana los insignes legisladores federales que regalaron a los mexicanos una miscelánea fiscal que tiene enardecido a todo mundo: los que votaron a favor, para argumentar su decisión y los que votaron en contra, para tratar de explicar exactamente para qué sirven, entonces.

Para empezar, los empresarios están que trinan. El Presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en León, Juan Rodrigo Moreno González, firma que está en contra de casi todos los apartados de la miscelánea: “afectan seriamente a la productividad nacional, a la inversión extranjera y a la competitividad de México”.

A nivel nacional, la Coparmex comprometió que iniciará una cascada de solicitudes de amparos: “defenderemos por todos los medios a nuestro alcance a nuestros agremiados”, dice Juan Rodrigo.

La Coparmex es apartidista, subrayó en la semana Moreno Rodríguez. Eso porque, en plena tribuna, los priistas gritaron al PAN que respondía a los intereses del sindicato patronal de la Coparmex.

Pronto, con el colmillo retorcido que le han dejado sus muchísimos años en la nómina del erario público, salió a intentar una primera respuesta el diputado federal priista Francisco Arroyo Vieyra.

Que los legisladores no están exentos de equivocarse y que él está dispuesto a proponer las correcciones que sean necesarias. Entre líneas, bien podríamos leer en las palabras del padre Arroyo, que en el gobierno federal no les salieron las cuentas y las revisan bajo la lupa.

Arroyo hasta se permitió “coincidir” con la postura de la Coparmex. Bueno, nada más en la línea de discurso que reza: “…Ser muy estrictos en la austeridad, en no generar más burocracia y en no generar más corrupción”. Todo fuera como el rollo.

Eso por lo que respecta a los priistas con Pancho Arroyo como vocero, pero también habrá que escuchar a los legisladores panistas, tirados al piso porque no les hicieron caso y preguntarles entonces exactamente por qué, si nada logran, deben seguirles pagando los ciudadanos.

La Jaula

Ups. A propósito de la iniciativa del Papa Francisco de llevar un cuestionario a todas las familias, para conocer su problemática general, el rector de la Catedral Metropolitana de León, el padre José Salomé Lemus Rodríguez, calificó como “no naturales” y “no normales” las preferencias homosexuales.

Opinó que en temas como la homosexualidad, son los padres de familia quienes deben prevenir esas “actitudes”.

-Estén muy atentos a sus hijos desde su nacimiento y estén cercanos a su crecimiento sano e integral; desde chiquitos se ve quien prefiere jugar con muñequitas o quien prefiere jugar rudamente. Los papás necesitan mucha preparación”, dijo el padre Lemus. Ups.

Comentarios y quejas: [email protected] y @FPacomares