La seguridad: El fin del cuento • Las drogas de Fox • El observatorio y la alcaldesa • Cruzada contra el hambre

La seguridad: El fin del cuento • Las drogas de Fox • El observatorio y la alcaldesa • Cruzada contra el hambre

La seguridad: El fin del cuento

Un policía municipal en León; el hermano del alcalde en Villagrán; tres hombres en un domicilio particular de Celaya; otro en Uriangato y cuatro más en Cuerámaro.

El cuento se acabó.

Del “madruguete” aquel, entre la Navidad y el año nuevo, en el que se anunció la asignación opaca, millonaria y directa del contrato de asignación del proyecto “Escudo”, hace ya siete meses. Diez, de la toma de posesión de Miguel Márquez, como gobernador; del repetidor, Carlos Zamarripa, como procurador de justicia; y de Álvar Cabeza de Vaca, como secretario de seguridad.

La fórmula salidora de los “hechos aislados” y de Guanajuato como isla segura en el país, está agotada.

A Seguritech, se le firmó un contrato a seis años, por un monto de 2 mil 727 millones 893 mil 413 pesos. Al cierre de 2013 le habremos pagado ya, mil millones de pesos. El resto, será en abonos chiquitos de 800 millones de pesos anuales, hasta el 2018. Ya falta menos, diría el optimista.

Seguritech, nos llenó el carrito del súper. La verdad, es una chulada todo lo que compramos:

Son: 2 mil 556 cámaras, de diferentes tecnologías; 1 sistema de transmisión estatal de datos; 1 sistema de red de fibra óptica de 320 kilómetros; 1 sistema de administración, gestión, visualización y monitoreo de video; 1 sistema de radiocomunicación con cobertura en los 46 municipios; 32 sitios de repetición; mil radios portátiles; mil terminales móviles; 20 mil botones de enlace ciudadano; instalaciones especiales y equipamiento para la central estatal de monitoreo C-4; 23 adecuaciones a centrales de emergencias 066; sistema de atención de llamadas 066 de emergencias y 089 de denuncia anónima; administración y consolidación de tecnologías en emergencias; y servicios de capacitación, gestión y certificación, controles y baterías incluidos.

De cobertura estatal, con todo eso se alcanzarían dos objetivos: el primero, atender a la población de una manera más eficiente, en el número 066, de emergencias, y en el 089, que está para la denuncia anónima; y el segundo, ojo, lograr la coordinación única entre los tres niveles de gobierno en materia de seguridad pública, y de los gobiernos estatal y federal, en la procuración de justicia.

Pero el “Escudo”, es apenas uno de los elementos de la estrategia de seguridad que nos prometieron y que, vistos los hechos, es simplemente inoperante.

Para comenzar, la aplicación de los exámenes de control de confianza, y con ello el cese a los policías preventivos reprobados, estalló en las manos de los funcionarios de las administraciones municipales. En León, primero dijeron que no, luego, que sí, y después no supieron cómo: hoy mismo tienen a los gendarmes apostados a las puertas de la alcaldía, exigiendo que les paguen, que los despidan, pues, pero que les paguen.

Y son unos cuantos, el grueso de los policías que no son aptos para el servicio, siguen patrullando las calles . . .

En nada, todavía, ha quedado el compromiso de la implementación del mando estatal único -recurso cuya paternidad se disputan la Conago y el gabinete peñanietista-, para todas las Policías en los municipios de las entidades; acá, no fue más allá de un par de citas del gobernador Márquez con los Alcaldes del corredor industrial, y no se supo más. Ya por ahí el procurador, Zamarripa, salió a decir en alguna ocasión que lo importante no es el mando único, sino coordinar las estrategias. La tomamos como una opinión valiosísima.

Peor está el asunto de la comandancia regional Centro - Occidente, a la que se asignó al estado de Guanajuato, una de las cinco en las que el gabinete de seguridad de Enrique Peña Nieto, dividió al país. Los gobernadores y los secretarios federales llegan, se encierran y se van. Resultados a la vista de los ciudadanos: cero.

Además de palabras, palabras y palabras, eso es lo que hay. Así que mientras terminamos de leer las etiquetas y los instructivos de los juguetes del proyecto “Escudo”, el hampa actúa impune y los muertos siguen.

Probado está: los discursos no detienen las balas.

Las drogas de Fox

Concluyó el simposio sobre la legalización de la mariguana en México, que organizó en su rancho el expresidente Vicente Fox, y que salvo en el Distrito Federal, donde el perredismo gobernante afina una Iniciativa de Ley al respecto, no será referencia ni, mucho menos, moverá un ápice las estructuras oficiales en nuestro país.

En el terreno de los hechos, el encuentro pasó sin pena ni gloria. Asistieron unas cincuenta personas, estudiantes incluidos. El exsecretario de Relaciones Exteriores en el sexenio foxista, Jorge Castañeda y el escritor, Héctor Aguilar Camín, ajustaron sus agendas lo más que pudieron para estar un día antes de las discusiones, pero no más. El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, mandó a un representante.

Así que además de los acuerdos comerciales con su socio Jamen Shively, cualquiera que éstos hayan sido, el único que ganó fue Vicente, en el plano que más le interesa, el de su permanencia como una figura pública vigente, así sea a partir de sus consabidas ocurrencias.

En la versión de sus promotores, entre los beneficios de la legalización del consumo de la mariguana, se encuentran: separar violencia y crimen del tema de salud; disminuir el consumo; reducir los ingresos de los cárteles; destinar tiempo y recursos para atender otras formas de criminalidad, e impulsar el crecimiento económico y la generación de oportunidades.

Puesto en la materia, Fox, dijo que aun con la legalización, el gobierno tendrá que seguir aplicando la ley y perseguir a los criminales; en el nuevo escenario, el gobierno habrá de educar, regular y prevenir. Su amigo Jorge Castañeda, reflexionó que no tienen sentido las muertes de la población por el tráfico de drogas, si al cruzar la frontera, son legales. El Centro Fox no promueve el consumo, sino el debate, dijeron.

En la parte seria, hubo opiniones encontradas, Dolf Hogewoning, el embajador de Holanda en México, confirmó que, desde la óptica mexicana, su país se ubica en otro universo: los Coffee Shops, para la compra y consumo; los cinco gramos para el consumo personal legal; los 500 gramos como cantidad máxima disponible en el establecimiento; las políticas públicas que evolucionan en ese sentido, desde los años 70 . . .

El mexicano, Federico Cano Valle, titular de la Comisión Nacional contra las Adicciones, la Conadic, obvio, se pronunció abiertamente contra legalizar el consumo de mariguana en México. El promedio del consumo de mariguana aquí es del 1.2 por ciento de la población. No es un problema de salud pública que anime a su legalización.

Al otro extremo, el médico Julio Frenk Mora, secretario de Salud con Fox como presidente, advirtió que hay un descenso en la esperanza de vida de casi un año en los hombres de México, por los homicidios relacionados con las drogas.

Pensar que la legalización de la mariguana tendría un efecto significativo en la reducción de la violencia en México, es una utopía, dijo de plano, Javier de la Fuente Hernández, director de la Escuela Nacional de Estudios Superiores de la UNAM en León.

Por acá anduvo el diputado federal del PRD, Fernando Belaunzarán Méndez. Él presentó en 2012 una iniciativa en la materia. Calificó de incongruente, que se reconozca la portación para consumo, pero se les castigue por obtenerla. Entre una conferencia y otra, Belaunzarán, se la pasó peleando en twitter con sus detractores a los que lo menos que les dijo, fue: “tartufos de quinta . . . “.

Fox, tuvo pues, una reaparición como las acostumbra: con toda la estridencia que sea posible y apenas con la inversión que sea necesaria.

Mañana lunes, en lo doméstico ya prácticamente nadie se ocupará del tema y mucho menos a nivel nacional; si acaso, hoy mismo, la jerarquía de la Iglesia Católica, podría reclamar a Vicente Fox la analogía que intentó entre su embestida en favor del uso de drogas y el edén, Adán, Eva y la manzana de la discordia. Ad doc, claro.

El observatorio y la alcaldesa

En su momento, le expusimos aquí que la versión II del Observatorio Ciudadano de León, ahora con Luis Alberto Ramos al frente, hace dos modificaciones a sus modos anteriores: la reclamada independencia económica respecto al gobierno, y la medición de resultados, que no de procesos.

Desechado el IWA 4, que buen dinero costó a los contribuyentes, el OCL, se concentraría en estudios específicos sobre diez temas sensibles: la reducción de la pobreza; la reducción de la criminalidad; generación de empleo; cobertura y calidad educativa; cobertura y calidad en salud; transporte y otros servicios públicos; gestión ambiental integral; infraestructura, urbanismo y ordenamiento territorial; planeación democrática, finanzas sanas, evaluación del presupuesto y reducción de la corrupción; y participación ciudadana.

León seguiría así, desde la perspectiva de sus integrantes, los pasos de ciudades y estados con observatorios ciudadanos avanzados: Monterrey, Guadalajara, Estado de México, Distrito Federal, Puerto Vallarta, Aguascalientes, y Ciudad Juárez, por ejemplo. Al Observatorio de León, lo gobierna un Consejo Directivo de 25 personas, de las que ya están confirmadas 17, y un Consejo Técnico, con profesionales en distintas ramas.

El hecho es que luego de su presentación a los medios, las mujeres y los hombres del OCL pudieron finalmente reunirse la semana pasada con la alcaldesa, Bárbara Botello, la enterradora del Proyecto Uno, que el exalcalde Ricardo Sheffield, patrocinó generosamente a la fundación que preside Carlos Medina y a la anterior presidenta del OCL “Coco” Carpio.

En la versión que difunde el OCL, la presidenta municipal, Bárbara Botello manifestó apertura y disposición a escuchar sus propuestas para ejercer un buen gobierno.

Acompañaron al presidente del OCL, Luis Alberto Ramos, los consejeros, Mario Plascencia Saldaña, Alejandro Zermeño Padilla y Eliseo Martínez Pérez, exalcalde y expanista.

Entregaron por escrito su propósito de realización de estudios técnicos que midan el avance o retroceso de los temas más sensibles para los leoneses, y de acercar a la autoridad más elementos para reforzar o rectificar sus acciones. Y dijeron algo que la Alcaldesa quería escuchar: que trabajarán con independencia, autonomía y pluralidad.

La Presidenta de León les habría evidenciado su satisfacción de contar con mediciones serias y técnicamente sustentadas, para apoyar la toma de decisiones.

En su presentación anterior, Luis Alberto Ramos dijo que permanecen con la convicción de que si no logran un impacto positivo en la vida diaria de los leoneses, incumplirían sus objetivos.

El próximo martes, presentan el primer estudio, habrá que preguntarles ahí qué tiempo consideran prudente para conocer si el OCL impacta o no “en la vida diaria de los leoneses” y quién y cómo, mediría ese impacto. El OCL, está de regreso.

Cruzada contra el hambre

No que, no. Eso de la Cruzada contra el Hambre en Guanajuato, es un galimatías disparatado.

Primero, la Sedesol, anunció en su oportunidad que el programa federal únicamente cubriría a los pobres de nueve municipios de la entidad.

El gobernador de Guanajuato, Miguel Márquez y su secretario de Desarrollo Social, Éctor Jaime Ramírez Barba, fueron y vinieron de México y anunciaron, triunfantes, que la Cruzada contra el Hambre se extendía a los 46 municipios guanajuatenses, claro que sí.

Hace unas semanas, estuvo por acá, Rosario Robles, la secretaria federal del ramo y les corrigió la plana. Estaba en lo dicho: alcanza para los depauperados de los nueve municipios anunciados. No más.

Ahora, ni ellos.

La agencia Apro, nos descubre que la Cruzada extenderá sus brazos a únicamente 80 de los 400 municipios anunciados inicialmente por el presidente Enrique Peña Nieto. De Guanajuato, ninguno.

Es más, Peña culpa, sin nombrarlo, a Gustavo Madero, el dirigente nacional del PAN, porque “por una acusación infundada de proselitismo electoral, la estrategia desaceleró el paso”. Ese fue Madero.

Entonces, este año, ni siquiera los primeros nueve municipios: León, Irapuato, Celaya, San Miguel de Allende, Pénjamo, Dolores Hidalgo, Silao, San Felipe y San Luis de la Paz, tendrán recursos con ese origen.

Con toda la frialdad de los números: la Cruzada contra el Hambre, atendería a 811 mil 153 guanajuatenses en condiciones de pobreza extrema; no, únicamente a 221 mil; no, ninguno.

Pese a todo, al día siguiente de conocerse la mala nueva, se realizó en León, como si nada la “sesión ordinaria del comité municipal intersecretarial de la cruzada”. Eso sí, no vino la delegada de la Sedesol, Claudia Navarrete, -dijeron que andaba en California-, y estuvo para hacerle el quite el delegado de la secretaría de Economía, Alberto Bello Albo.

Cosas de la política y de la pluralidad, justo cuando el gobernador Márquez intenta virar su discurso de la atracción de inversiones automotrices, que le llena el ojo a cada vez menos, hacia el desarrollo social, los hechos no lo respaldan. Los cruzados, como el tren, no pasan por Guanajuato.

La Jaula

Esta semana, el gobierno del estado y la Federación pusieron en marcha de manera oficial el operativo “Bienvenido Paisano”. Esperamos a unos 18 mil en Guanajuato.

Se dispusieron seis módulos informativos en las centrales de autobuses de León, Silao, Irapuato y Celaya; además del entronque de las carreteras 57 y 110, en el municipio de San Luis de la Paz.

También, otro módulo en el Aeropuerto Internacional de Guanajuato, que promedia 12 operaciones internacionales de entrada por día y atiende en promedio 200 paisanos cada 24 horas.

Ya está el Operativo. Pues, ¡Aguas, paisano!

Comentarios y quejas: [email protected] y @FPacomares